ESTRELLAS
Para quienes buscan que el mejor director de teatro en México los lleve a sentir donde sólo hay vacío.
ESTRELLAS
“Tiene que hacerme efecto la estrella, estoy aburrida.”Antón las consiguió; Jana está desesperada por sentir algo en su vida, lo que sea; Kille se rajó y simplemente la guardó en su bolsillo; Susana decidió subirse al manzano y empezó a volar. Una divertida velada llena de besos, caricias, poesía haiku y drogas se deformó y acabó con la más mínima esperanza de ser feliz para cualquiera de los involucrados. Cuatro estrellas estallaron en mil pedazos y arrasaron con todo lo que había en su camino. Buscaban vibrar, sentir, ser: lo opuesto tendrán.
“Yo diría que es aquí donde se acaba la diversión.”La alemana Anja Hilling entra al selecto grupo de dramaturgos que atraen a Hugo Arrevillaga quien ahora presenta, tras una temporada en La Capilla, la ópera prima de esta escritora. “Estrellas”, narrada en tres capítulos, divididos en pequeñas viñetas, cuenta de manera poética y horrenda la manera en que el camino se acaba, abrupta y definitivamente, para cuatro jóvenes tras experimentar con LSD las estrellas a las que hace referencia el título. Esto podría sonar a una clásica obra de teatro para jóvenes en contra del uso de las drogas, pero “Estrellas” va, en definitiva, mucho más allá de un mero montaje aleccionador para convertirse en un viaje que deja sin aliento a los espectadores.
Dirigida con un ritmo vertiginoso y preciso, Arrevillaga nos comparte la aceleración que puede provocar este viaje alucinante resultado de las drogas que estos jóvenes creen haber consumido. Muy al estilo de “Réquiem por un Sueño” de Darren Aronofsky, “Estrellas” consigue que una angustia, una especie de zozobra, vaya entrando en nuestro sistema, poco a poco, lentamente, hasta apoderarse por completo de uno, arrebatándonos la respiración. A medida que Susana trepaba por el manzano o que Jana pasaba de un hombre a otro, desesperada en su búsqueda porque alguien la quiera, que a alguien le importe, podía sentir como mi ritmo cardiaco se aceleraba y mi garganta se cerraba en un ahogo ante el horrendo suceder justo enfrente de mis ojos, impotente de hacer algo para ayudar e imposibilitado de apartar la mirada.
Cabe aclarar que el mérito de este poderoso efecto sobre el espectador no es exclusivo del director. El trabajo de musicalización de Ariel Cavalieri y la iluminación de Roberto Paredes juegan un papel muy importante dentro de “Estrellas”. Como la sangre que recorre las venas de cada uno de los personajes de la obra, la música electrónica va reflejando los estados alterados de ánimo a medida que todo va saliéndose de control. La iluminación cálida a momentos y blanca y fría a otros de igual manera consigue enfatizar cada emoción vivida con y sin los efectos de una estrella.
“A nuestra edad, ¿cuáles son los viejos tiempos?”Sería injusto resaltar el trabajo de uno sólo de los actores que participan en “Estrellas” cuando claramente es el resultado de un equipo, sin protagonismos y con talento. Pamela Almanza, quien anteriormente trabajó con Arrevillaga en “Sedientos” (crítica en www.entretenia.com), provoca escalofríos como Susana, narrando y siendo testigo de lo que su final provocó. José Juan Sánchez me sorprende gratamente al mostrar verdadera versatilidad como actor al interpretar a Antón, siendo que el último trabajo donde lo vi actuar era en un sencillo pero encantador montaje para niños llamado “Zoongoro Bailongo” (crítica en www.entretenia.com). Edgar Valadez consigue como Kille expresar todo su dolor, desesperación y rabia con tan sólo un cambio o inflexión en su mirada, mientras que Abril Pinedo me rompía el corazón como esta patética criatura desesperada por sentir algo o al menos lograr que alguien sintiera algo por ella. Hugo Arrevillaga normalmente logra sacar lo mejor de los actores con los que trabaja, pero sin una verdadera materia prima de calidad no hay nada que hacer. Estos cuatro actores muestran calidad y compromiso con su labor teatral y les aplaudo por ello.
“Ahora soy una cosa rota.”“Incendios”, “Bosques”, “Cielos”, “Antes te Gustaba la Lluvia”, “Sedientos”, «Aquí y Ahora” y “Estrellas”. Con cada nueva obra, con cada nueva visión, con cada nueva lágrima que me arranca, Hugo Arrevillaga se fortalece más y más en mi mente como el mejor director teatral de nuestro país. Me siento profundamente afortunado de poder ser testigo y crítico de cada nuevo trabajo que presenta pues con cada nueva sacudida a mi corazón que Hugo provoca, me demuestra que nunca he necesitado ni necesitaré de una estrella para sentir, para saberme vivo.
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