ENTREVISTA A ABRAHAM VALLEJO

“LA NOCHE JUSTO ANTES DE LOS BOSQUES”

La obra ya terminó y Abraham necesita un momento para recuperarse antes de poder empezar la entrevista. No me sorprende. Después de ver la vorágine que es el monólogo “La Noche Justo Antes de los Bosques”, cualquiera necesitaría más de un momento para, aunque sea, recuperar el aliento.

Ya sentados en el suelo, a un lado del escenario, me encuentro con un chavo. Esa es la impresión que me da. Un monstruo en el escenario y sencillamente un chavo en la vida real. No uso el término en sentido peyorativo, aclaro. No. Licenciado en Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM y egresado del Centro Universitario de Teatro, Abraham se dedica, aparte de la actuación, a la dirección y a la docencia actoral. Ósea, no es un improvisado, ni mucho menos.

Pero a quien veo sentado a mi lado es a un chavo, a un actor con hambre de expresar sus inquietudes y de que su voz se escuche. Sencillamente, Abraham Vallejo, protagonista del monólogo “La Noche Justo Antes de los Bosques”, es un actor talentoso buscando su espacio en el mundo teatral de Ciudad de México, picando piedra duramente, sin ningún tipo de pretensión más allá de la de trabajar en lo que claramente ama: el teatro.

Estaba buscando algunos textos para mis alumnos cuando di con este texto maravilloso. Yo ya conocía al autor, pero al encontrar “La Noche Justo Antes de los Bosques” entendí que este no era para mis alumnos. Esta obra era para mí.

Ahora, los lunes en La Gruta del Centro Cultural Helénico, Abraham recibe un espacio y no está perdiendo el tiempo. “La Noche Justo Antes de los Bosques” es un montaje fuerte dirigido a jóvenes espectadores que habla de la soledad y de una búsqueda de algún espacio donde uno pueda existir sin ser invisible. Cualquier similitud con la realidad, es mera coincidencia.

Lo que me atrajo a la obra es la idea de ser extranjero y de ser anónimo; de no tener identidad. Este trabajo es una reflexión sobre la soledad y me llegó en un momento de mi vida donde estaba por esos temas, tratándolos en mi mente y en mi realidad. Sencillamente me sentí identificado.

Estar solo en sociedad. Estar en la gran ciudad y de alguna manera estar solo. Este es un tema con el que todos podemos sentirnos identificados. Es un problema muy profundo, sórdido y crudo, pero existe. Estas personas a las que no queremos ver, existen. Están ahí, son parte de nuestra realidad pero que por alguna decisión personal decidieron salirse del sistema y ya no pertenecer a la productividad.

Al estar viendo la obra, y ahora escuchando a Abraham, me entra una duda sobre la posibilidad de una lectura donde el personaje que nos presenta, que no está dispuesto a trabajar, que rechaza todo y acusa al sistema de todos sus problemas, sea percibido como una víctima.

La lectura que abordamos para la obra es la de que este cuate no es una víctima. De hacer eso, esto se volvería muy de cultura mexicana y ese no es nuestro objetivo. La idea es que él sea un héroe para sí mismo ya que es él quien decidió no pertenecer. Es un héroe que, al mismo tiempo, tiene toda una serie de conflictos con la realidad y con su sentimiento de pertenencia. Un personaje que nos obliga a preguntarnos en qué momento se perdió de esta realidad y decidió que ya está así, con los cables cruzados.

Aunado al tema de la soledad, “La Noche Justo Antes de los Bosques” habla de la necesidad de comunicación entre los individuos, de esta búsqueda que tiene el ser humano de conectar con alguien más para poder sencillamente hablar.

Hay una necesidad de comunicación en este personaje. Solo pide a gritos y en silencio que le demos un momento de nuestro tiempo, ya que quiere vaciar todo su universo. Esta obra es una reflexión sobre la vida, la muerte y la soledad.  Este joven quiere compartir su universo antes de expirar.

Siempre he pensado que la gente que se dedica al teatro y que tiene lo necesario para poder vivir de él tiene una pequeña llama en los ojos que les da un toque de locura y un toque de pasión. Abraham tiene esa llama y queda evidente a medida que me cuenta cómo es que logró llegar a La Gruta.

Empecé de cero pesos. Entendí que no tenía nada y tenía este texto. Decidí ver como le hacía y fue así que convoqué a todos los que están en este equipo y empezamos a trabajar. Tengo trabajando en este proyecto desde Marzo 2012 y te puedo decir que fue de la nada. Y de la nada empecé a participar en concursos, llenar convocatorias, preparar carpetas. Fue de ese trabajo que ganamos este espacio, un apoyo de fundación Bancomer y un apoyo del FONCA. Con eso es que se fue armando poco a poco y ahora tengo un año  de derechos y quiero darle ese tiempo. Tengo mi barco y puedo navegar chido por un año con este proyecto de agosto a agosto. Ahora ya nació, ya se creó y hay que darle difusión.

Esta obra es para jóvenes, 18 para arriba, que están en estos procesos de identidad, de adaptación, de decisión personal de su vida, de a dónde quieren ir.

Llenar un teatro, por más pequeño que sea o por mayor renombre que tenga, no es fácil. A esto le sumamos el factor del día: lunes y el reto no es menor. Abraham Vallejo no muestra miedo. Al contrario, el reto le infunde fuerzas para seguir. Está dispuesto a morir en el escenario y a salir a volantear en las calles para promocionar su obra. Está picando piedra. Merece nuestro apoyo. La obra y su trabajo valen la pena.

Entretenia agradece a  “Caja Negra Producciones” por hacer este artículo posible.

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