EMIGRANTES
Para quienes entienden que el problema de migración es un sueño amargo encerrado en Mickey Mouse.
EMIGRANTES
“¿Por qué aquí no hay moscas?”
Es la última noche del año. En un mísero cuarto compartido, dos venezolanos demasiado lejos de su patria comparten lo poco que tienen, ya sea una lata de comida o una anécdota inventada. Entre el fuego que emana de una cubeta de metal para calentar la poca agua que hay para hacer un café, cansados por el trabajo físico que les destruye el cuerpo, o agotados por un libro que muy posiblemente nunca verá la luz del sol, dos hombres equidistantes en su cosmogonía habitan el mismo espacio, entienden el mismo dolor que la distancia produce, se unen en un abrazo fraternal que encierra toda su soledad, una que ni la sonrisa perenne en un peluche del más famoso ratón podría borrar.
“Yo algún día voy a ser rico.”
La migración, a causa de problemas políticos, económicos o bélicos internos, o en búsqueda de la promesa de una vida mejor en otro país, es una de las problemáticas más recrudecidas en la actualidad. Ya sea en Medio Oriente, por toda Europa, en Sudamérica, o en la frontera con los Estados Unidos, millones de personas se encuentran desplazadas de sus países de origen, cada una de ellas con una historia particular que contar, un inmenso número de ellas unidas por el mismo sentimiento de ser un extranjero no deseado en el lugar donde buscan refugio, una vida mejor, una posibilidad de supervivencia. Es a partir de esta lamentable situación que el dramaturgo polaco Sławomir Mrożek escribió “Emigrantes” en 1975, hace ya 50 años, y su texto se recibe de una manera pertinente, urgente y dolorosa en la actualidad.
“Tú, aquí, eres un esclavo.”
Un intelectual y un obrero, un hombre de letras y uno motivado por sus sueños, el primero en saco y el otro en mezclilla, ambas prendas raídas por la miseria. Entre discusiones que van de lo más racional a lo sencillamente fantasioso, entre descubrir que una lata de alimento no debería ser apta para consumo humano y checar la hora en un reloj que hace mucho tiempo dejó de funcionar, los dos venezolanos descubren que sus circunstancias no son tan distintas, que sus dolencias son más similares de lo que quisieran, que la no pertenencia los une más que nada. “Emigrantes” es un vistazo a una dura realidad, una fina, dolorosa, más ingeniosa pincelada que da cuenta de una noche nada más en la vida de dos desplazados de su patria tratando de mantenerse a flote más que nada por sus irrealizables sueños. Es en este hermosamente devastador vistazo que se puede apreciar la capacidad de Mrożek para volver universal su discurso migratorio, más también la presteza con que la traducción del también actor Sebastián Torres lo lleva a la realidad de Venezuela en este preciso momento. Es en esta particularidad universal que la dramaturgia es capaz de tocar fibras sensibles en todos los espectadores, genera empatía no en migrantes, sino en seres humanos que ven sus fantasías de felicidad aplastadas de manera estrepitosa por el inconmensurable peso de la realidad.
“Yo no sirvo para decir: lo que usted diga comandante eterno.”
La absoluta precariedad en la que viven los habitantes de tan misero cuarto es patente. Desde lo raído de las cobijas sobre camas con colchones desvencijados hasta la llave del agua que no ofrece suficiente líquido, la pobreza es indiscutible. Esto también se refleja en la texturización del vestuario, que abarca desde calcetines rotos hasta la suciedad en un saco que pretende dar aires de superioridad. La manera en que los protagonistas se hablan es realista, da cuenta de sus limitaciones y de sus dolores, más los pequeños tintes de comedia que se han insertado en el diálogo sirven para aligerar la carga dramática y alejarse del melodrama. Bajo la dirección conjunta de Jesús Delgado y Dimas González, “Emigrantes” es una pieza que consigue el cometido de concientizar, abrir conversaciones necesarias, conmover y provocar sin la menor necesidad de caer en el chantaje sentimental o en la manipulación de emociones. A través de un cuidadoso trabajo de ambientación, conseguido gracias al diseño de escenografía de Edgar Mora y Miguel Moreno, el diseño de Iluminación también de Edgar Mora y un diseño de vestuario por Jesús Delgado, texturizado por Jonathan Gutiérrez, la puesta en escena consigue dar un vistazo al espectador del tipo de condiciones de vida que enfrentan estas personas desplazadas. Sin embargo, la verdadera fortaleza se halla en el manejo tonal que el montaje establece para que la obra hable por sí misma, que su contundencia surja de manera orgánica.
“Yo sí puedo regresar.”
Las campanadas de la medianoche han sonado, el año nuevo ha llegado. El obrero y el intelectual se abrazan y, en una escena que dura unos cuantos segundos, se puede percibir la vulnerabilidad y soledad que acongoja a ambos, se permite un momento de comedia y de machismo innecesario, para luego mostrar a dos seres humanos rotos por la distancia de su patria. Esa unión de dos cuerpos por una celebración que no tiene nada de festiva es testimonio de la honestidad con que ambos protagonistas se han entregado a la escena. La compañía teatral Grupo Teatral Emergente está conformada por artistas venezolanos en el exilio, incluyendo a los actores que conforman “Emigrantes”, Sebastián Torres y Jesús Delgado. El tema es tan cercano a ellos, tan evidentemente sensible, que sus interpretaciones provienen de un espacio de fractura evidente, mismo que se deja ver en escena, ya sea como un lerdo obrero aparentemente gandalla o como un pedante intelectual que no tiene más que ofrecer al mundo más allá de sus palabras. En estos roles, ambos mucho más complejos y vulnerados de lo que se presenta en un inicio de la obra es que Torres y Delgado demuestran su capacidad para la creación de personajes complejos inmersos en la zozobra.
“Dios le pague.”
CON
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Emigrantes
DRAMATURGIA: Sławomir Mrożek
TRADUCCIÓN: Sebastián Torres
DIRECCIÓN: Jesús Delgado y Dimas González
ELENCO: Sebastián Torres y Jesús Delgado.
DÓNDE: Foro Shakespeare.
DIRECCIÓN: Zamora 9, Colonia Condesa.
CUÁNDO: Domingo 18:00 horas. Hasta el 26 de enero 2025.
COSTO: $350. Boletos en taquilla y Boletos | Emigrantes | SHKSPR & CÍA
DURACIÓN: 80 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Hay un estacionamiento justo a lado.