DIANE
Para quienes quieren asomarse a través de la muy particular lente de una de las fotógrafas más influyentes del siglo XX.
DIANE
“Uno no debe llorar cuando viste a la moda.”
Click, la portada de la revista Vogue con una modelo perfectamente vestida a la moda. Click, un hombre con tubos en el cabello fuma un cigarrillo en casa. Click, cinco nudistas se relajan en la sala de algún departamento neoyorquino. Esta velada habrá una elegante cena. Los invitados, sujetos de todo tipo que han sido vistos bajo la misma mirada, capturados para la inmortalidad por una mujer quien encontró belleza en donde nadie buscaba. Esta noche será la última para una artista cuyo hígado la ha llenado de melancolía, y cuya salida sólo se encuentra en unas pastillas y en el filo de una navaja.
“Mamá era un faro, y en medio del mar sus hijos naufragaron.”
Reconocida mundialmente como una de las fotógrafas más destacadas del siglo XX, principalmente por su trabajo con personas de físicos poco convencionales o socialmente rechazadas, Diane Arbus es el objeto de estudio sobre el cual la dramaturga Itzel Lara construye “Diane”. Este monólogo explora distintos aspectos de la vida de la artista, desde su carrera en la industria de la moda, hasta su ambiente familiar, sus estragos con la depresión, y su suicidio, expresado como una cena final a donde todos sus freaks retratados han sido invitados. A momentos poético y doloroso, en otros Intencionalmente atípico y poco asequible en su esquema narrativo, la dramaturgia es un vistazo hacia el interior de la mente de una mujer cuyo dolor no le permitió traspasar los 48 años.
“La toma perfecta no se consigue cuando estás atrapada en una vitrina.”
Diane prepara la cena. Uno de los ingredientes es una lechuga, representada bidimensionalmente como hojas separables de cartón en blanco y negro, que al voltearse muestran las bellas modelos que la fotógrafa retrataba para revistas de moda. Otro ingrediente es un pavo, representado con la misma estética, que al abrirse en dos revela a varios personajes en la vida de la protagonista, incluyendo a su madre. De estas viandas también se revelan un corazón cuyos hilos asfixian a Arbus, un pulmón que será pesado en los platillos de una batería. Cuando de maternidad se trata, una sandía cuya fruta está creada con estambre rojo, mostrará cómo salen los hijos desde su interior, representados como muñecos de cartón. “Diane” cobra potencia escénica, contundencia en su mensaje, y se transmuta en un fenómeno visual hipnótico a partir de la estética que el director Luis Alcocer Guerrero le imprime con un sello que ya es distintivo en su quehacer teatral. Combinando el teatro de objetos con elementos multimedia sutiles y un uso de máscara que recrea a Arbus desde el color plata propia de la fotografía en blanco y negro, cada uno de los elementos que la dirección propone suman para recrear el caótico, complejo y oscuro mundo en el que el Diane habitaba. Es importante destacar la labor de musicalización y diseño sonoro por parte de Rodrigo Castillo Filomarino quien se destaca en la creación de atmósferas lúgubres y envolventes.
“El cuarto oscuro comenzó a asfixiarme.”
Al comienzo de la obra, la actriz Itzhel Razo se mueve en el escenario, calentando el cuerpo a partir de una serie de movimientos precisos que la ayudarán a convertirse en el personaje, o en sus fenómenos fotografiados. Una vez que la máscara se ha puesto, se convierte en Arbus, en un ser atormentado por la melancolía, cuya historia es contada, más allá de la palabra, con su corporalidad, con el movimiento híper-preciso de los objetos que manipula, con su relación con enormes partes caricaturizadas de pollo hechas con cartón. La demanda que la propuesta de dirección de Alcocer pone sobre la actriz en “Diane” es un reto, mismo que Razo asume de lleno tanto en su lenguaje corporal como en su capacidad de dotar de vida a todos y cada uno de los elementos de utilería que la obra utiliza. No obstante, vocalmente, la Arbus que se presenta es a momentos mono-tonal, carente de amplitud de matices, propuesta que se justifica dentro de la depresión que aquejaba al personaje, pero que en escena es demandante para quien la escucha. A lado de Itzhel Razo, se encuentra Vladimir Grajales quien funge como la sombra silente de Diane. Su presencia acentúa varias escenas, entrega dinamismo al flujo de la acción, aun cuando una complicidad entre ambos actores no está plenamente desarrollada, elemento necesario para alcanzar mayor potencia.
“La cámara es el timón de este cuerpo que se hunde.”
Hace muchos años mi cerebro le dio instrucciones a mi cuerpo de morir. Dejé de comer, de moverme, de hablar. Estaba sumido en la melancolía. No hace tanto, una persona que amo contempló el aventarse por una ventana como solución muy real a sus problemas. Estaba sumido en la melancolía. La depresión es un problema muy real que aqueja a miles de personas todos los días sin que siquiera lo sepan. Esperemos que nunca, nadie más sea convidado a una cena final, aquella donde explota el confeti con pastillas y en la que los fenómenos llegan a celebrar.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Diane”
DRAMATURGIA: Itzel Lara
DIRECCIÓN: Luis Alcocer Guerrero
ELENCO: Itzhel Razo y Vladimir Grajales
DÓNDE: Teatro La Capilla
DIRECCIÓN: Madrid 7, Del Carmen Coyoacán.
CUÁNDO: Lunes 20:00 horas. Hasta el 26 de Septiembre 2022
COSTO: $300 entrada general. Boletos en taquilla y en Diane – Boletópolis (boletopolis.com)
DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.