
DESTELLO
Para quienes creen que el amor trasciende violencias, es un recuerdo que, pase lo que pase, jamás se olvida.
DESTELLO
“¿Por qué sales en lunes?”
Hoy es un lunes cualquiera. Carlos va a salir a celebrar el cumpleaños de su mejor amigo, mientras que Julio prefiere quedarse en casa, posiblemente disfrutando de un buen baño de tina. Los abrazos que se han dado, la sombra de las violencias del pasado, un primer baile en la boda que genera la más amplia de las sonrisas, acuerdos a los que se llegan para que un matrimonio siga a flote, una historia juntos que vive en los recuerdos de dos enamorados. En medio del vacío, este lunes se siente eterno, un momento que se ha repetido en la memoria de una no perfecta pero sí maravillosa historia de amor a quien la oscuridad amenaza.
“Llamarme la Sirenita fue mal chiste.”
El amor entre dos hombres, uno que debe enfrentar las heridas provocadas en el pasado por el odio, la discriminación, el rechazo y el bullying, al mismo tiempo que deben combatir las inseguridades, celos y deseos en el presente, es una historia que se ha venido contando dentro la comunidad queer durante décadas Sin embargo, en “Destello” del dramaturgo británico Michael Batten, esta trama abarca capas mucho más profundas, íntimas y dolorosas al desarrollar dos líneas narrativas en paralelo, ambas sucediendo en la mente del protagonista y que esconden giros de tuerca imposibles de revelar.
“Por dentro me siento de veinte por fuera no siento nada.”
Dentro de su tina, Julio ha revivido una y otra vez aquel lunes en que su relación con Carlos cambió irremediablemente. En medio de esos recuerdos, le vienen a la memoria como flashazos de luz que deslumbran y luego desaparecen, otros momentos de su relación como fueron primera cita o el día de su boda en la bailaron una melancólica balada de Miguel Bosé. Mientras todos estos recuerdos vienen y se van de la mente de Julio, no puede evitar que los demonios que acechan en la oscuridad para destruir su felicidad aparezcan, no importa si es para interrumpir un momento de intimidad o en una plática casual en la quinta cita para decidir cuál será el apodo perfecto para la naciente pareja. A pesar de tocar lugares comunes dentro de los conflictos de una pareja gay, así como el tener una revelación que se puede considerar como predecible, “Destello” consigue ir un paso más allá al crear un personaje principal frágil, verdaderamente herido por su historia de vida, entrañable y patético al mismo tiempo, quien a pesar de sus circunstancias aún busca la felicidad, mucha de ella cimentada en su matrimonio con Carlos. Adicionalmente, Batten va hilvanando de manera elegante, consistente pero velada, el segundo secreto dentro de la trama, aquel que en realidad resulta ser la premisa cardinal de la obra y que resulta mucho más devastadora y que obliga, al término de la puesta en escena, a que el espectador repiense todo lo que ha visto para reconfigurar su lectura primaria. Es en esta madeja de lecturas, subtramas y revelaciones que la dramaturgia sorprende, rebasa el estereotipo y complejiza a un protagonista que pareciera, de primera instancia, un hombre gay atormentado por su edad y su inhabilidad para superar sus violencias de juventud.
“Siento que no sea la misma persona con la que te casaste.”
Cada vez que Carlos se va a celebrar el cumpleaños de su amigo Cristian, escena que se repite en diversas ocasiones durante la obra con diferentes matices, las luces del escenario parpadean mientras que Julio reacciona de manera temerosa. Estos parpadeos lumínicos incluso culminan con escenas en completa oscuridad, donde sólo las palabras de Julio se escuchan en un vacío que refleja una pare de su alma. Cuando Julio visita a un profesional de la salud, acción que sucede fuera del espacio designado para su marido, el médico se encuentra de espaldas al público, es un ser sin cara, que confronta al protagonista con verdades que no está dispuesto a enfrentar. En medio del escenario se encuentra una tina, espacio de refugio para Julio, donde tendrá sus encuentros más sinceros, íntimos y vulnerables con su pareja, aun cuando en ciertas escenas las emociones se exacerben innecesariamente mientras que la música lo acentúa. Visualmente, “Destello” es un logro destacable. Bajo la dirección de Sebastián Sánchez Amunátegui, la puesta en escena consigue reflejar el interior de la mente del protagonista, sus angustias y temores, sus fragilidades e incluso momentos de alegría. Esto se logra, principalmente, gracias al diseño de iluminación de Isaías Martínez. Tonalmente, Amunátegui apuesta por el melodrama para la obra. Esto se enfatiza con la musicalización de Tareke Ortiz, la cual llega a ilustrar de manera exacerbada los sentimientos del protagonista, adentrándose a momentos en lo telenovelesco. Una vez dicho esto, el tono es recibido de grata manera por un público que busca conmoverse y conmiserarse de las situaciones por las que atraviesa el protagonista.
“Eres la casa a la que siempre regreso.”
Durante su primera cita, Julio se ve diminuto frente a Carlos, no por la diferencia de altura, sino por lo apocado de su personalidad, por cuán inseguro se siente con un hombre que le atrae, por cuán poca cosa se considera a causa de los traumas con los que carga. A punto de tener relaciones sexuales dentro de una tina, Julio no puede evitar traer los horrores de su pasado al presente, hecho que impide que la intimidad avance, en múltiples ocasiones, creando una escena de humor involuntario donde lo patético, lo afectivo y lo humorístico confluyen en armonía. Rompiendo con la constante de personajes que ha interpretado en el pasado, tomando riesgos actorales que permiten ver aspectos más vulnerables en su quehacer escénico y empequeñeciéndose sobre el escenario a nivel anímico para reflejar la personalidad de Julio, Pablo Perroni entrega uno de sus mejores trabajos actorales en los últimos años. Ya sea esbozando la más genuina de las sonrisas en el día de su boda, tratando de cantar Si tú no vuelves junto a una sombra de un pasado que jamás volverá, o tirado en el suelo en posición fetal, Perroni demuestra a lo largo de gran parte de la obra un rango y fractura que es digna del aplauso final. A su lado, Alejandro Oliva realiza un trabajo igualmente loable como Carlos, aun cuando su papel tiene una demanda emocional menor. Adicionalmente, uno de los grandes logros en “Destello” radica en la evidente confianza que existe entre ambos actores, hecho que intensifica y fortalece la escena.
“No hay nada malo ni vergonzoso en ti.”
Hay días en que despierto y aun no puedo creer que estoy legalmente casado con un hombre, situación que cuando era un joven homosexual en los noventa parecía un sueño imposible de alcanzar. También hay días en que despierto y encuentro noticias sobre otra persona de la comunidad LGBTIQ+, de alguna una chica trans, que fue asesinade en un crimen de odio por el simple hecho de existir. Sí, “Destello” basa muchas de sus premisas en temas que se vienen tocando desde hace más de 40 años. Sin embargo, son relevantes porque las violencias siguen sucediendo, la homofobia y la transfobia siguen causando la pérdida de vidas de muches de nosotres, porque el odio sigue siendo un arma con la que buscan silenciarnos y aniquilarnos. Esto es algo que nunca… nunca… NUNCA debemos olvidar.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Destello
DRAMATURGIA: Michael Batten
TRADUCCIÓN: Pablo Perroni
DIRECCIÓN: Sebastián Sánchez Amunátegui
ELENCO: Pablo Perroni y Alejandro Oliva.
DÓNDE: Foro Lucerna
DIRECCIÓN: Lucerna 64 esquina con Milán, Colonia Juárez.
CUÁNDO: Jueves 20:30 horas hasta el 29 de Mayo 2025. A partir del 30 de Mayo, Jueves y Viernes 20:30, sábados 19:00 y domingos 17:30 horas. Hasta el 29 de Junio 2025.
COSTO: $500. Boletos en taquilla y en Boletos para Destello | Detalle de fechas para Obras de teatro | Ticketmaster MX
DURACIÓN: 80 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.