Para quienes quieren rendirle homenaje a una de las mujeres más importantes en la historia de la moda.

COCO, MADEMOISELLE GABRIELLE

“Mi edad depende del día y de las personas que me rodean.”

El olor a camelias y a vejez se ha permeado por todas las paredes de su lujoso cuarto del Hotel Ritz de Paris, recinto que será testigo del último día de vida del más grande ícono de la moda. 87 años de recuerdos se arremolinan en su mente, memorias de un padre que la abandonó, de un profundo amor que murió, de fiestas repletas de excesos e intelectuales de la época y de duros interrogatorios en su contra. En reinventar su estilo revolucionó la moda, en alejarse del pasado conquistó el olfato del planeta, con un nuevo y hermoso nombre cambió su destino al de Coco Chanel.

“Ya sé que estoy vieja, pero tengo estilo.”

El secreto detrás del perfume más famoso en la historia podría revelar la mágica alquimia de un perfumero ruso o confesar el doloroso aroma resguardado en el único verdadero amor que sintió; su infancia pudo haber sucedido en medio de la soledad y el abandono entre las paredes de un orfanato o en casa de unas tías que la acogieron de niña. Verdad o mentira, ilusión y fantasía son los elementos que utiliza la escritora y directora Silvia Peláez en la construcción de “Coco, Mademoiselle Gabrielle”, un monólogo de sólida manufactura que se adentra en la mente de la mujer responsable de construir el imperio Chanel.

“Esconder es acentuar.”

Transitando libremente entre mostrar a una frágil anciana que lucha en contra de la inminente llegada de la muerte, una niña que aun trata de entender el abandono de su padre, una de las más poderosas figuras de la moda, una mujer que supo gozar de muchos de los placeres prohibidos que ofrece la vida e incluso una simpatizante nazi, “Coco, Mademoiselle Gabrielle” consigue dar una bella, poética y bien documentada pincelada sobre lo que fue la vida de Coco Chanel con buen equilibrio entre lo personal y lo profesional, entre la creación de una de las marcas más poderosas del mundo y la vida privada de una mujer que se vio obligada a recrearse una y otra vez ante todas las adversidades que tuvo que enfrentar durante su vida.

“Me reinventé donde otros se dieron por vencido.”

Con una escenografía enmarcada por paneles del rosa emblemático de la marca, un diván y una mesa donde destacan hilo y aguja para coser, el montaje de “Coco, Mademoiselle Gabrielle” a cargo de la misma Peláez es eficiente y solvente en su escenificación, haciendo buen uso del espacio disponible, destacando el uso de las escaleras que bajan a la butaquería para acercar a la mítica figura con el resto del mundo, hecho que se aprovecha para una breve interacción con el público. Sin embargo, a momentos pareciera que la puesta busca la creación de ciertas atmósferas a través de recursos de iluminación o audio sin ser realmente poderosos en su desempeño. Una vez dicho esto, se aplaude el buen manejo del tono en la obra, misma que se aleja del chantaje o de la exacerbación emocional para entregar un producto equilibrado en su manejo de la tensión dramática.

“Dime cómo te vistes y te diré quién eres.”

Una anciana que se aplica su propia inyección de morfina se convierte en una niña que se inventa una mejor realidad ante su miseria para después ser transformarse en una poderosa empresaria al mando de una exitosísima compañía. El verdadero motivo para aplaudir “Coco, Mademoiselle Gabrielle” recae en el trabajo actoral que realiza Pilar Boliver al encarnar a la grandiosa Coco Chanel en todas y cada una de las diferentes facetas de su vida. En un momento se puede ver a una mujer con el corazón en pedazos, llorando la muerte de su único verdadero amor, en otro a una costurera respondiendo a un interrogatorio sobre su involucramiento con el partido nazi durante la Segunda Guera Mundial. El poder camaleónico de Boliver es indudable, sus tablas sobre el escenario y su inmenso talento completamente al servicio de la puesta en escena. Sin embargo, es de notar que el mayor enemigo de la actriz es ella misma, cuando a momentos se deja vislumbrar la propia personalidad de Boliver en el papel de Chanel en búsqueda de la comedia en la cual ella también es una experta. En la medida en que Boliver desaparezca por completo para dar paso por completo a tan mítica figura de la historia su trabajo alcanzará los mismos niveles a los que llegó en su monólogo anterior “Emma, la Mujer más Peligrosa” (crítica en www.entretenia.com).

“Yo no hablo de moda, hablo de mi estilo.”

Recuerdo a la perfección que en mi infancia siempre podía encontrar las botellas de Chanel no. 5, tanto la pequeña de muestra como la presentación de 100 ml, entre los diferentes perfumes de mis dos abuelas y de mi mamá. En mi mente se encuentra ese siempre presente aroma en ocasiones especiales de mi familia pues esa esencia de costo elevado sólo ameritaba su presencia en contadas ocasiones. Coco cambió la historia, abrió camino hacia la liberación femenina, transformó la moda e inauguró el omnipresente pequeño vestido negro en todos los closets del mundo. Pero, al menos para mí, siempre estará presente como esa botella de perfume caro que enmarcaba de elegancia a las mujeres que más he amado en mi vida.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Coco, Mademoiselle Gabrielle”

DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Silvia Peláez

ACTUA: Pilar Boliver

DÓNDE: Teatro La Capilla

DIRECCIÓN: Madrid 7, Del Carmen Coyoacán.

CUÁNDO: Lunes 20:00 hrs.

COSTO: $250 entrada general. Aplican descuentos.

DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.