CIRCO CONFESIONAL PARA FENÓMENOS ANÓNIMOS
CADÁVER ESTACIONAL: VERANO
CIRCO CONFESIONAL PARA FENÓMENOS ANÓNIMOS
¡El verano ha llegado y con él, el espectáculo más patético de todos! La gran carpa se ha montado y toda una colección de fenómenos está lista para deleitar u horrorizar a todo aquel que se atreva a adentrarse en su interior. Tragasables, equilibristas, magos y bestias salvajes son algunas de las sorpresas que se podrán llevar una vez que tomen asiento, se pongan su casco de minero y se dejen llevar por las ilusiones y fantasías a punto de suceder frente a sus ojos. ¡El circo está aquí y nada es más bestial, ningún animal más feroz o fenómeno más horripilante que el que está ahí, en frente de ustedes, reflejado en el espejo!
“Amigas, amigos, ¿qué creen que hay detrás de esta cortina?”
“Soy él, soy ella, soy tres cosas porque también soy animal.”
La dirección de “Circo Confesional para Fenómenos Anónimos” corre a cargo de Martín Acosta quien en un acto de cinismo absoluto ofrece a los asistentes una carta explicativa de lo más divertida sobre su decisión de ignorar ciertas acotaciones hechas por David Gaitán. La marca visual del director de “La Velocidad del Zoom del Horizonte” (crítica en www.entretenia.com), escrita justamente por Gaitán, se encuentra presente y luce con el uso de una polifacética tarima donde los protagonistas de este zoológico humano aparecerán, serán exhibidos, admirados o humillados, provocando a los asistentes para que tomen la palabra, prendan su casco de minero y alumbren la vergüenza presente, o sencillamente reflexionen sobre qué tanto quieren saber realmente sobre su vida. Acosta se revela una vez más como un gran creador de la escena contemporánea, permitiendo que el verano salido de la mente de Escalante sea todavía más decadente.
Cada uno de los actores involucrados en “Circo Confesional para Fenómenos Anónimos” entrega el todo por el todo durante la función, claramente divertidos y comprometidos con esta nueva forma de crear y hacer teatro. Gonzalo Guzmán es atrevido y violento, provocador y ridículo, ya sea vestido en un tutú, a punto de incendiarse o siendo vulnerado por su propia desnudez; Ana Beatriz Moreno es sencillamente encantadora como la maestra de ceremonias, una mujer seductora y coqueta, una perfecta carta de presentación para adentrarnos en este circo donde todos participamos de manera anónima; finalmente, Gabriela Guraieb, quien hipnotiza tan sólo con su mirada, se muestra inocente en un inicio para crecer en escena, desarrollar un patetismo lamentable que terminará por revelar lo que se esconde detrás de un puñado de diapositivas. Los tres actores pueden fortalecer sus interpretaciones sin duda, pero es claro en cada cambio de escena, con cada nuevo personaje, que son talentos a explotar, a desarrollar y a quienes hay que seguirles la pista.
“No acepten ser su propio doble.”
Yo confieso no haber visto la primera parte de la tetralogía y haber buscado ver lo que el verano había inspirado a partir de la dramaturga y del director involucrados. Ahora que he vivido la experiencia, no habrá poder humano que me impida ver qué es lo que deparan el otoño y el invierno. Soy un hombre complicado, obsesivo y demandante. Voy al teatro en promedio seis veces a la semana, tengo tres trabajos diferentes y siempre quiero más. Me identifico con Enrique de Plaza Sésamo y con la Pantera Rosa y puedo citar palabra por palabra una enorme cantidad de caricaturas de Bugs Bunny. ¿Eso me convierte en un freak, en un fenómeno? ¿Qué es lo que te vuelve en uno a ti?
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