
CERO EN CONDUCTA
Para quienes quieren ver un musical donde la pérdida de la virginidad y de la inocencia no son la misma cosa.
CERO EN CONDUCTA
“Lo que están a punto de ver es la historia de mi primera vez.”
Cuando Pierina, la cerebrito de la clase, le mandó un mensaje de texto a Darío, un bully que deja mucho que desear académicamente, para que se vieran en su casa en la tarde supuestamente para estudiar química, el joven adolescente estaba seguro que iba a ser su primera vez. Entre descubrir la verdad de sus amigos, que la aspirante a alumna de honor no es precisamente lo que él pensaba, y averiguar lo que realmente le pasó a un profesor durante el fin de semana, Dario se verá involucrado en un oscuro y maquiavélico plan que va mucho más allá de la pérdida de su virginidad.
“Igual los lentes pueden ser sexy, ¿no crees?”
Escrita originalmente para el formato de MicroTeatro en Perú, Cero en Conducta es un musical que aborda la angustia adolescente desde una visión aparentemente inocente, en la que Dario está más que emocionado ante la promesa de perder su virginidad, y que poco a poco va revelando una trama mucho más profunda y perversa. Contada a dos voces, la de un típico chico desastroso que le importa más la opinión de sus cretinos amigos que pasar sus materias de la escuela, y la de una joven estudiosa dispuesta a todo con tal de alcanzar sus objetivos académicos, el musical con libreto y letras de Mario Mendoza y música compuesta de Sergio Cavero es una interesante propuesta que presenta canciones que hablan desde de la metamorfosis y angustia adolescente, o el dolor que le causa a un chico el verse traicionado, hasta los retorcidos pensamientos que se albergan en una mente claramente perturbada.
“¿Cómo saber a los dieciséis lo que en tu vida quieres ser?”
Al inicio de la obra, Darío se dirige directamente al público para informar que la historia que va a contar es sobre cómo fue su primera vez. A medida que la historia avanza, se abren narrativas paralelas sobre sus amigos, sobre el profesor Miguel, sobre las aspiraciones que él y Pierina tienen para sus futuros, elementos que parecieran estar alargando la trama más que avanzarla. Sin embargo, en cuanto se revela un giro de tuerca que obliga al espectador a repensar por completo todo lo que se ha visto, estos subtemas cobran sentido y revelan que el musical no es nada inocente en sus pretensiones. A pesar de su corta duración, y un final que se percibe como abrupto, Cero en conducta es más que efectivo tanto por su narrativa sorpresiva, como por la presencia de números musicales que, aunque a momentos demasiado cortos o genéricos en sus ritmos, consiguen tanto avanzar la trama como profundizar en los personajes. Es en este equilibrio que la propuesta funciona cabalmente ya sea como un divertimento o como una oportunidad para abrir conversaciones sobre la importancia de no juzgar las cosas por la primera impresión, o acerca de cuán retorcidos pueden ser los pensamientos, y las acciones, de los adolescentes cuando no son conscientes de las consecuencias de sus acciones, o en su egoísmo simplemente no les importa.
“No reprobé, me confundí.”
El escenario de la Sala B de la Teatrería es verdaderamente reducido. Sin embargo, gracias a un diseño de escenografía de Jorge Ballina y la iluminación de Raúl Munguía, este espacio se convierte efectivamente en la casa de Pierina, en su recámara, en un salón de clases, en el interior de la mente de los protagonistas, todo a través de mamparas movibles y un par de mesas con una paleta de colores azul y roja, y usando cabalmente lámparas de mesa comúnmente usadas para estudiar. El manejo tonal del musical permite que el espectador sea conducido de la ingenuidad y la ternura hacia lo criminal de forma orgánica y creíble, permitiendo que a momentos el teatro ría a carcajadas para momentos después escuchar un grito ahogado comunal entre las butacas a medida que lo inocente se revela como perverso. Bajo la dirección de Héctor Berzunza, Cero en conducta alcanza un potencial inusitado, principalmente considerando las circunstancias bajo la que opera. Con un ritmo que permite eficientemente que el drama y la comedia convivan, manejando el suspenso con precisión para máximo entretenimiento, y explotando los aspectos técnicos para que sirvan de lleno a la propuesta, el montaje es un acierto que lleva la dramaturgia a un espacio mucho más elevado.
“Voy a portarme mal, pero haciéndolo bien.”
En un intento fallido por impresionar a Pierina, Darío pronuncia mal el nombre de una materia escolar de forma sencillamente encantadora. Cuando busca ser sensual, se ve un tanto ridículo, y cuando cuanta sobre sus sueños o dolencias quizás no alcance a la nota correcta, pero la emoción con la que interpreta deja ver una muy tierna juventud vulnerada. Por su parte, en un simple aplastar una mariposa de papel, en su manera de jugar coquetamente con las emociones de Darío, Pierina va mostrando poco a poco su lado menos inocente. Cero en conducta cuenta con un elenco profundamente joven, aun en desarrollo de sus capacidades vocales y actorales que busca ser compensada con ternura, entrega y candidez. Lorenzo López y Paula Anaya, quienes alternan funciones con Farah Justiniani y Diego Enriquez a momentos se oyen nasales en su cantar, no proyectan por completo la voz, más son pecados de la edad, factor que se debe de tomar en cuenta no como una justificación, pero sí como algo que se debe de tomar en cuenta para poder apreciar, y aplaudir la puesta en escena, más considerando que López es quien está a cargo de la gestión y producción del musical proveniente de su tierra natal.
“Haré todo lo que pueda para ser alumna de honor.”
La adolescencia es, quizás, la época más egoísta del ser humano. Lo único que buscan en satisfacer sus necesidades, sus deseos, fantasías y, en algunos casos, su sed de venganza. Recuerdo que cuando yo fui adolescente mi muy introvertida mente era capaz de ir a lugares muy oscuros y retorcidos, más cuando no se cumplían algunos de mis tantos caprichos. Sin embargo, hay una clara diferencia entre el pensar y el accionar, entre imaginar escenarios catastróficos y el llevarlos a cabo. Es ahí donde la primera vez de un criminal… puede ser a muy corta edad.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Cero en Conducta
LIBRETO Y LETRAS: Mario Mendoza
COMPOSITOR: Sergio Cavero
DIRECCIÓN: Héctor Berzunza
ELENCO: Lorenzo López, Farah Justiniani, Paula Anaya y Diego Enríquez.
DÓNDE: La Teatrería Sala B
DIRECCIÓN: Tabasco 152, Colonia Roma Norte.
CUÁNDO: Jueves 20:00 horas.
COSTO: $450. Disponibles en taquilla y Boletos | Cero en Conducta | LaTeatreria
DURACIÓN: 65 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con valet parking o estacionamiento.