FOTOGRAFÍAS: RICARDO CASTILLO CUEVAS
BOYENA
Para quienes desean tejer recuerdos desde la sabiduría, belleza y amor de las ancianidades.
BOYENA

“Tejemos el mundo a veces con punto de cruz, a veces con punto de fantasía.”
Un nuevo sol se levanta. El canto de gallo que lanza la gallina Malena despierta a un grupo de encantadoras ancianas quienes se preparan para continuar con su ardua tarea diaria: tejer el mundo. Sin embargo, esta mañana la melancolía se ha apoderado de Boyena pues hace un año que su amado nieto Sergei se deshilachó en polvo y, desde entonces, no ha podido sonreír de la misma manera. Entre rebeliones laborales, albóndigas tejidas y una gallina que también ladra, estas abuelas buscarán la manera de devolverle la felicidad a su amiga mientras que les enseñan a las infancias que la tercera edad es un momento en la vida que se celebra, donde aún se puede despegar y volar, así como tejer las más bellas memorias.
“Las personas tejidas no podían tener los mismos derechos que las personas reales.”
“Boyena” de Itzel Lara nace del deseo de la escenógrafa Natalia Janco, de descendencia checa, de rendirle un homenaje a su abuela Božena Vacova. Tomando como fuente de inspiración el cuento de La Abuela Tejedora del escritor polaco Uri Orlev, y a partir de la necesidad artística de la misma Janco, y los también escenógrafos Edgar Mora y Malinali Ríos Vargas de diseñar proyectos escénicos que surjan de sus propias ideas creativas, la dramaturga teje un universo surreal y fantástico para las infancias. En este espacio, donde la imaginación y el mundo se tejen con punto de cruz, se abordan temas como la vejez y la memoria de manera sensible y lúdica, al mismo tiempo que se atreve a tocar tópicos de mayor seriedad como el abandono de las ancianidades.
“Si nuestras leyes del tejido se rompen, nuestro mundo se acaba.”
En un acto de amor a su amiga, y de profunda rebelión contra las reglas de las tejedoras, la ciega Tanita decide tejerle a Boyena su nieto de vuelta; mientras que se va armando una revuelta que podría paralizar la fábrica de tejedoras, y poner a la autoimpuesta líder Delfina en un serio aprieto, Jesusa ve una oportunidad de oro de, por fin, ser la empleada del mes; aunque los sueños de volar de Amelia ya son más terrenales que aéreos, eso no le impide tejerle una gorra de aviador a una gallina con ínfulas de gallo y aspiraciones caninas. Al momento de irse a dormir, las viejecitas cantan una canción de cuna checa, uno de los muchos guiños que se hacen a la Boyena original.
“Ella puede ser lo que quiera ser que para eso tengo ganchos.”
Por un lado, “Boyena” resulta entrañable por los personajes que Lara construye desde la dramaturgia. Cada una de las ancianas que conforman la narrativa tiene su propia historia que contar, sus propios sueños y afectos, así como también son dueñas de sus lamentos y pesares, combinación que las convierte en seres complejos sin perder la accesibilidad para las infancias que conectan con ellas a nivel anímico. Por el otro, la narrativa que poco a poco se va hilvanando conduce al espectador a un lugar tanto onírico como imaginativo, donde todo es posible si se tiene suficiente estambre y unas agujas de tejer, un espacio donde los jóvenes pueden apreciar el amor que viene de las personas de la tercera edad, sobre la importancia de la memoria, y de la necesidad de siempre construir el mundo que uno desea, no el que le dicen a uno que es. Aun cuando a la narrativa se empantana por largas discusiones en torno a las reglas de las tejedoras o la historia detrás de un nombre que, aun cuando sea hermosa, no aporta realmente a la progresión de la historia, la dramaturgia funciona entre burbujas y una estética que sencillamente inspira y encanta.
“Ganchos y agujas no deciden sobre el futuro de la humanidad.”
Boyena es, de la cintura para arriba, el títere de una anciana de mirada dulce y gran pelo blanco. De la cintura para abajo, es una mesa blanca con cajones y patas onduladas, con un violín incrustado en uno de sus lados, guiño a la profesión de la mujer para quien se dedica la obra. El resto de las ancianas cobran vida desde la máscara, caras arrugadas que dejan ver la sabiduría y la ternura que se encierra en cada una de ellas. La gallina Malena, así como varios elementos de la utilería, incluyendo unas albóndigas, son hechos con estambre, creaciones realizadas con minuciosidad, cuidando pequeños detalles como el ponerle una brújula en el pecho al títere de madera que representa a Sergei, el nieto de Boyena, representando el deseo de pilotear que tienen varios de los personajes, incluyendo uno que es un guiño a la piloto Emilia Earhart.
“Los recuerdos que importan son los que tejamos de ahora en adelante.”
El corazón latiente en “Boyena” es su estética. Orquestado bajo la dirección de Alejandro Cervantes, la puesta en escena es un deleite visual construido con filigrana, cuidando todo detalle, ya sea desde los engranes de un reloj colgados en la parte superior del escenario, hasta el polvo en que se convierte el títere de una mano cuando debe dejar a su imposible amada. Esto se consigue gracias a una visión precisa comandada por el diseño de escenografía y utilería por Natalia Janco, Edgar Mora y Malinali Ríos Vargas. A esta exquisita labor se suma el diseño de vestuario de la misma Junco, quien también está a cargo del diseño de máscara junto con Joaquín Conde y Tania Janco. El universo surreal, que claramente toma inspiración de la obra de Remedios Varo, se completa con la iluminación de Malinali Ríos Vargas y Edgar Mora y la música original de Bruno García Garduño.
“Abuela, ¿puedo ser un piloto?”
El caminar de las ancianas es con el cuerpo encorvado, sus voces son rasposas, sus movimientos representan la edad que cargan en las espaldas, aun cuando su energía sigue siendo la suficiente para rebelarse contra las reglas de la fabrica de tejido, para todavía atreverse a soñar con una nueva pareja de baile o emocionarse con una mano perteneciente a un amor del pasado, para entrar al teatro con toda la energía de alguien que está lista para emprender el vuelo. Los personajes que existen como títeres en escena, Sergei y Boyena, a momentos están atentos y vivos como sus contrapartes humanas, en otros son piezas de utilería en espera de ser animadas.
“Uno no puede modificar sus recuerdos, aunque quieras.”
El elenco de “Boyena” está conformado por Maira Carrillo, Yunuenn Hidalgo, Elba Nallely Maros, Nycolle González, Dano Ramírez, Fabo Varona y Marco Torres. Mientras que los encargados de darle vida a las ancianas están comprometidos con las personalidades de cada uno de los personajes, desarrollando características desde el movimiento, la voz y la actoralidad, aquellos con la responsabilidad de manipular a los títeres se enfocan mucho más en la interpretación vocal, en ciertos puntos no teniendo presente que la animación del títere es un arte que requiere sumo cuidado para que siempre esté presente el personaje y no aparezca un pedazo de madera en escena.
“Buenas noches y que sueñen con los estambritos.”
Irma Limón Walker fue la primera mujer piloto aviador comercial en México. Fue una mujer que en su juventud corría carros de carrera y, en pocas palabras, vivía la vida loca disfrutando plenamente de cada momento. Ya en su tercera edad, como mi abuela, fue una mujer profundamente amorosa, que me enseñó, no a tejer, pero sí a hacer muchas manualidades como collares y pulseras con pedrería, mientras que me hacía reír con sus anécdotas. Al final de su vida, cuando el Alzheimer acabó con sus recuerdos, mi familia y yo servimos como su memoria hasta el último día que respiró en esta tierra. Estas letras son para ti abue, tu presencia nunca ha desaparecido, el tejido que hiciste entre tu corazón y el mío sigue siendo un punto de fantasía fuerte y seguro en mi existencia.

DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Boyena
DRAMATURGIA: Itzel Lara
DIRECCIÓN: Alejandro Cervantes
ELENCO: Maira Carrillo, Yunuenn Hidalgo, Elba Nallely Maros, Nycolle González, Dano Ramírez, Fabo Varona y Marco Torres
DÓNDE: Teatro Orientación, Luisa Josefina Hernández, dentro del Centro Cultural del Bosque.
DIRECCIÓN: Reforma y Campo Marte, detrás del Auditorio Nacional, Chapultepec.
CUANDO: Sábado y Domingo 12:30 horas. Hasta el 14 de diciembre 2025. SUSPENDE 1, 2 y 8 DE NOVIEMBRE. REPONE 14 DE DICIEMBRE 10:30 Y 12:30
CUANTO: $80 infancias y $150 adultos. Aplican descuentos. Boletos en taquilla y en Boletos | BOYENA | Centro Cultural del Bosque
DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento.




