¡Ay Abuela, está bien difícil sostener a Dios! Un homenaje a la raíz ancestral
Karla Sarmiento
Mi abuela Carmen decía: El agua del río no corre dos veces por el mismo sitio, proverbio inicial que establece la idea que atraviesa el montaje Ahí nos vemos, homenaje a las abuelas de los intérpretes del Colectivo Punto y Vuelta. La puesta en escena escrita y actuada por Emiliano Guerrero, encargado también de la dirección con Abigail Sánchez Cué, con la actuación asimismo de Fernando Morales y la ejecución de la música en vivo de Diego Ayala, representa al estado de Oaxaca en la MNT. Contó con la interpretación en Lengua de Señas Mexicana (LSM).
En el escenario se pueden ver incienso, velas, tapetes de palma e ixtle, albahaca, canastas y olotes colgados, que ayudan a enmarcar los referentes del sureste mexicano dentro del dispositivo escénico. La acción se acompaña con el sonido de la jarana, esa que representa al sotavento —que comparten Veracruz y Oaxaca— que une al son jarocho, la afrodescendencia y lo indígena.
Desde el inicio los actores incluyen al público en una comunicación directa y honesta. Sin embargo, durante el desarrollo de la obra este interactuar se vuelve excesivo y limita la posibilidad del convivio genuino. Los ejecutantes narran con energía los paisajes de las comunidades habitadas por sus abuelas. El compromiso corporal de los ejecutantes es esencial para mostrar los recuerdos que construyeron al compartir con ellas.
Las historias de Carmen y Candelaria son trazadas con el juego escénico constante. Por ejemplo, evocan la limpia con el soplo tradicional del aguardiente y golpes con las hierbas sobre el cuerpo del niño enfermo, lo que se vuelve entretenido por los graciosos gestos del actor. Muchos de los personajes que formaron parte de la vida de cada abuela son representados con dinamismo, aunque por momentos rozan con estereotipos, lo que provoca la risa en lxs espectadores.
La dirección escénica de ¡Ahí nos vemos!, a cargo de Guerrero y Sánchez Cué, presenta una estructura definida e inamovible, que se usa en cada historia: Se apoya en la proyección visual de entrevistas y fotografías en determinado momento, para dar a conocer a cada abuela. Hace uso de las habilidades físicas y dancísticas de los actores, especialmente de Fernando Morales, quien potencia muchos de los momentos oníricos, sonorizados con la música de jarana, que propicia las transiciones, que difuminan cada escena con un cotidiano: Ahí nos vemos.
En este sentido las historias de estas abuelas, parecen distantes y segmentadas, en ningún momento se relacionan; no obstante, pueden entretejerse de manera intuitiva, tanto por el público como por los creativos, debido a la premisa que comparte la belleza de la palabra honrar, de significar la raíz ancestral, lo que puede abrir la puerta para que muchas y muchos reconozcan a sus propias abuelas.
En este mismo camino, la luz en escena se desvanece, mientras Diego Ayala, con su jarana, nombra a su abuela y emocionado de un modo sorpresivo, nos comparte que tres meses atrás trascendió. Agradece de manera entrañable todo el amor y ternura que le dio, al grito de un: ¡Ahí nos vemos, abuela! Como nieto, Emiliano Guerrero celebra el poder de las palabras y las posibilidades que el quehacer escénico le brindó, para realizar este homenaje que significa la vida de sus abuelas.
Ficha Técnica
Compañía: Colectivo Punto y Vuelta
De: Emiliano Guerrero Galindo
Dirección: Emiliano Guerrero Galindo y Abigail Sánchez Cué
Elenco: Fernando Morales, Emiliano Guerrero y Diego Ayala
Producción general: Emiliano Guerrero Galindo y Abigail Sánchez Cué
Musicalización y arreglos: Diego José María Ayala Cabrera
Diseño coreográfico: Fernando Morales
Vestuario, tintes naturales y confección de telas: Hilos Flojos (Carolina Garza)
Asesoría en dramaturgia: Marysol Ochoa
Iluminación: Abigail Sánchez y Emiliano Guerrero
Asistencia de producción, prensa y regidora de escena: Karime Tobías