FOTOGRAFÍAS: RICARDO CASTILLO CUEVAS (@RiAlCastillo)
AMORATADOS
AMORATADOS
Por Juan Carlos Araujo
¡Qué bello es el amor! Las mariposas que se sienten cuando uno conoce a esa persona perfecta, inundarse en sus ojos, soñar con el futuro perfecto a su lado, hijitos y toda la cosa. ¡Qué patético es el amor! Descubrir que su madre lo tiene con la correa bien cortita, el primer engaño y la primera traición, su desesperación por tener hijos cuanto antes, su ausencia cuando más lo necesitaba, las mentiras que cuenta y los secretos que esconde, los fantasmas del pasado… tantas y tantas ataduras que complican algo que debería ser maravilloso. ¡Qué divertido es el amor! A pesar de todas sus complicaciones y problemáticas, se sigue buscando. La gente continúa poniéndose la soga al cuello, a sabiendas de que producirá lágrimas, suspiros y en muchas ocasiones una buena carcajada.
La increíblemente complicada naturaleza de las relaciones de pareja es una fuente inagotable de historias tanto serias como cómicas. El primer ligue entre un hombre y una mujer puede ser una situación de gran hilaridad, sobre todo si el espectador puede escuchar lo que piensan de verdad. La guerra de poderes entre una suegra y su no muy refinada nuera, el lloriquear de dos amigos que sencillamente no entienden las razones del por qué siguen solos o el sufrir de un gay por no querer ser el paño de lágrimas de sus amigas son igualmente buenas excusas para soltar una carcajada. Toda esta diversión se mezcla con los recuerdos persistentes de aquel que ya se ha ido, las confesiones que rompen el corazón o roban el aliento o las mentiras que acaban por destruirlo todo para crear una combinación cómico-melodramática de nombre “AmorAtados”.
A través de más de quince historias, el escritor Víctor Salinas nos presenta una plétora de situaciones donde se muestra la enorme complejidad de las relaciones humanas. Un homosexual del norte del país, dos chicas tipo Almodóvar, una hippie, un mirrey hijo de mami y hasta un travesti son tan sólo algunos de los personajes que pueblan el universo de “AmorAtados” en un claro esfuerzo por hacer reír y conmover a los espectadores. Los resultados son variados, algunas escenas mucho más afortunadas que otras, un par un tanto forzadas, manipuladoras, obvias o sobre-melodramáticas, pero la suma de todas da como resultado un fuerte trabajo que consigue su máximo objetivo: divertir a su público y conseguir un gran aplauso al final de la función.
La propuesta visual del director César Ortíz de Pinedo para «AmorAtados» es efectiva a partir de un escenario que, dada la distribución del mobiliario y la decoración, puede funcionar como la sala de alguna casa, un bar o hasta dos departamentos separados. El uso de una televisión para mostrar lo que sucede en el interior de la mente de algunos de los personajes es parte de los elementos que apoyan al montaje, mismo que logra transicionar entre el drama y la comedia sin grandes problemas gracias al ritmo cambiante y adaptable establecido por el director, quien saca lo mejor de cada escena gracias al talento actoral con quien está trabajando. Al igual que con la dramaturgia, los resultados pueden ser variantes, algunas escenas mejor logradas que otras, pero una vez más, el producto final -que es lo que cuenta- se sostiene y consigue que el espectador salga satisfecho y listo para recomendar la obra.
La presencia de hermosas caras, bellos cuerpos y enormes talentos son poderosas razones para ver “AmorAtados”. María del Carmen Félix, a quien recientemente aplaudí en montajes como “Fando y Lis” o “¿Cuál es la Mejor Droga para Mí? (críticas en www.entretenia.com), muestra su rango actoral y demuestra que no existe papel pequeño al lucirse a cada momento que se encuentra en el escenario, ya sea como una amiga solterona o con una voz ronca y profunda hablando de sus más íntimos secretos. La experiencia que Valeria Vera ha acumulado haciendo comedia y cabaret se nota y reluce, ganándose las ovaciones y las carcajadas de cada uno de los asistentes. Su interpretación de una hippie o de una suegra castrante son, sin duda, los momentos más memorables de la obra. El resto del elenco conformado por Ulises de la Torre, Jesús Moré, Fran Meric y Mariannela Cataño logra buenos resultados en general, cada uno teniendo la oportunidad de lucir sus mejores habilidades en escena. Ejemplo de ello es Jesús Moré quien además de interpretar exitosamente a tres personajes gay completamente diferentes a lo largo de la obra, dos de ellos muy graciosos y uno bastante cruel, consigue una escena verdaderamente enternecedora donde debe decir un muy necesario adiós al amor de su vida. Seis actores de diferentes escuelas y géneros que funcionan muy bien como una unidad bien amarrada.
Nadie es libre y lo sabemos perfectamente. He sido y me han sido infiel, a mis cuarenta años mi mami sigue siendo una influencia muy poderosa en mi vida y mis relaciones anteriores son sombras del pasado de las cuales prefiero ni nombrar por miedo a invocarlas. A veces los celos me han hecho cometer locuras pero al mismo tiempo los he provocado; he llamado con lágrimas en mis ojos a mi mejor amigo en la mitad de la noche para despotricar contra quien me ha roto el corazón o para contarle emocionado de una nueva aventura romántica. Hay tantas y tantas sogas, lazos, amarres y ataduras en la vida de uno que podrían ahogarnos si no aprendemos a reírnos de ellas una vez que las acabamos de llorar. Posiblemente después de ver “AmorAtados” sientan que las cuerdas se encuentran un poco más flojas.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)










