Para adultos que quieren seguir al conejo a través de la violencia sexual de las “Maravillas”.
ALICIA
Por Alejandro Velázquez (@velalejo)
Fotografías: Producción
www.entretenia.com
“¿Quién está lo suficientemente enfermo para fijarse en el interior?”
Allí está Alicia, una dulce adolescente, antes ignorante de la perversidad humana, afianzada a su perpetuada castidad. Tras ser arrancada violentamente de este plano real, llamémosle el País de la Doble Moral y las Perversiones, ella cae en un mundo onírico, el País de las Maravillas, donde cada ser refleja un eco de la violencia sexual que la trajo hasta el punto culminante de su dolor. ¿Podrá Alicia llegar a tiempo a la madriguera de la Reina de Corazones donde todos los seres fantásticos están desesperados por entrar? ¿Podrá aferrarse a esta meta con tal de hallar un hueco dónde esconder su poca integridad mental y su inocencia, tal vez lo único que le queda? ¿Podrá alcanzar la suficiente negación para que el acoso y la depravación no la derriben? Si quieren saber qué pasa con ella sigan al conejo blanco, pero con cuidado, no vaya a metérseles en la madriguera, conquistar sus bajos impulsos y llevarlos a la desfachatez total.
“¡Deja que el conejo entre en tu madriguera!”
Luis Santillán, dramaturgo y director de “Alicia”, evoca al matemático, al filósofo lógico, al fotógrafo y al amante del teatro Lewis Carroll, una de las mentes brillantes del siglo XIX, cuyo cuento infantil “Alicia en el País de las Maravillas” representa uno de los más importantes e influyentes de la literatura inglesa hasta la actualidad. Tan extensa ha sido la lectura de este texto que ha sido editado incansablemente además de haber sido adaptado a diferentes formas de expresiones artísticas, entre ellas el surrealismo. También las interpretaciones se expanden sobre la vida del autor ya que se ha dicho que el mismo cuentista fue abusado sexualmente durante su niñez, además de que se le ha asociado con la pederastia, ya que su fijación por los niños a través de la fotografía está bien documentada. Esta adaptación libre que nos presenta Santillán retoma varios de estos temas para exponer el estado alienante de una sociedad infecta de depravación, donde las mujeres sufren la violencia sexual de distintas formas. Esta obra de protesta social ubica a una Alicia pura y casta en un viaje circular a través de un país onírico adulterado por la fornicación y la urgente necesidad de entrar en dicha experiencia; este camino, más que un sueño, resulta una pesadilla que refleja, tal como el espejo surrealista, los más mordaces y bajos instintos del hombre.
“Vienes como una espantosa oruga, mañana podrás salir como una hermosa mariposa.”
Esta combinación de elementos tanto de cuento como de protesta son vertidos en “Alicia” en un concepto estético bien equilibrado, en el cual se brindan aspectos semejantes al texto original como divergencias explícitas. En el primer caso se aprecia el cuidado que tuvo Santillán para brindar una trayectoria circular similar a la presente en el cuento de Lewis Carroll. De igual manera se retoman algunos diálogos de los personajes originales así como preguntas filosóficas y la inclusión de los seres básicos dentro de la trama del cuento original, como es la Reina de Corazones. En los cambios, destaca la caracterización de dichos seres, pues tienden a ser personajes femeninos perversos que quieren corromper a Alicia, lo cual sugiere varias interpretaciones: incluyendo que el victimario de esta joven es femenino y, por ello, que el grado extremo de violencia que recibe la joven proviene de su mismo género. Santillán da un giro en el cierre al presentar cifras y datos que representan una incómoda verdad donde la violencia en la mujer persiste y que está allí afuera, esperando su próxima víctima.
“El 39.7% de las mujeres de 15 y más años ha sufrido alguna agresión pública de carácter sexual, que puede ir desde insultos hasta violaciones.”
Santillán también se hace cargo de la dirección, en la cual destaca una ambientación estridente que adquiere una esencia multifacética, pues en una parte se observan escenas violentas en las que se busca impactar al público y en otras una delicadeza para conmover o deleitar, ya sea mediante el baile sensual de sus actrices o con los coros que impregnan nostalgia a la escena. Para este efecto, tanto la musicalización como la iluminación cumplen un papel esencial, ya que sirven para crear imágenes y sensaciones desoladoras después o antes de situaciones sumamente agresivas, donde se aprecia cómo los cantos de los coros, bajo la dirección de Melanie Borgez, calman la tensión de una escena agresiva haciendo uso de “Mutter” de Ramnstein, o, de manera inversa, para imprimir velocidad, por ejemplo, al ritmo de “Lady Marmalade”.
“¡Socorro, esta crápula quiere deslindarme de mi precioso himen!”
En actuaciones se aplaude la labor de Jheraldy Palencia, en su personaje de la Falsa Tortuga, por la comicidad y la proyección de la doble moral, así como en sus demás personajes; de igual manera sorprende el trabajo de Zayra Zolano en la Reina de Corazones y la Mariposa Glamour. Melany Cruz, como Alicia, cumple presentándonos un personaje ñoño e ingenuo que se niega ante cualquier acto de perfidia, generando un contraste con los demás personajes que son básicamente opuestos; a veces la presencia de Alicia se pierde dado que presenta una actitud débil, a veces un poco sosa.
“Aquí todo es normal, hasta meterte un vegetal es normal.»
“Alicia” entra en un mundo de fantasía, uno superficial, donde es más cómodo ignorar la violencia que se ejerce diariamente en nuestro País de las Maravillas. Tal es la magnitud de esta situación por la que vivimos que incluso diariamente gente cercana a las víctimas después del abuso sexual prefieren ignorar el pasado, sin antes protestar, informarse, alzar la voz, tratar de enfrentar dicho problema desde el hogar o entablar simplemente una conversación; esto puede encerrarlas en un círculo, como el trayecto de Alicia. También conozco la normalización de la violencia sexual a la que se alude en la obra, presente a la vuelta de la esquina, en el metro e incluso en espacios más confines y académicos como la Facultad de Filosofía y Letras. Creo que todos la conocemos, al menos sabemos que está allá afuera, sólo que no sabemos cuándo somos portadores de ella; es cuestión de buscar en el espejo, seguir al conejo o de que éste llegue hasta nuestra madriguera para asimilarlo.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Alicia”
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Luis Santillán
ACTÚAN: Paty Ordaz, Itzmana Ponce, Jheraldy Palencia, Zaira Rocha, Melany Cruz Morales y Zayra Solano.
CANTAN: Natalia Alanis, Melanie Borgez y Alexa Martín.
DÓNDE: Centro Cultural de la Diversidad. Colima 267, Colonia Roma Norte.
CUÁNDO: Martes, 20:00 horas.
COSTO: $200.
DURACIÓN: 100 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con valet parking o estacionamiento. El Centro Cultural de la Diversidad cuenta con una extensa cartelera por lo que recomendamos revisar sus otras opciones.