Arando en el desierto. Entrevista con Misael Martínez
Alejandra Serrano
Misael Martínez, director de la obra sudcaliforniana Las sirenas no usan falda, es originario de Santa Rosalía, BCS y estudio artes escénicas en Hermosillo, en la UNISON: Cuando egresé, me quedé tres años trabajando en Hermosillo en una compañía de teatro infaltil con Cutberto López y Any Torres (Mago de Oz) y después me llamó la tierra y llegué a trabajar en una Asociación Civil donde empezamos con actividades culturales, rescate de tradiciones y de ahí fue el “vamos a hacer teatro infantil”.
Al inicio teníamos el apoyo de una minera que financiaba el festival del día del niño. En Santa Rosalía no hay un edificio teatral, todavía. Entonces era en el templete, con 300 o 400 personas viendo Caperucita Roja, Hansel y Gretel, los clásicos. Después en salones de eventos y los niñxs empezaban a reconocernos en la calle.
Al ser Santa Rosalía un lugar pequeño (cerca de 15 mil habitantes), la relación con el público es muy cercana, por lo que Misael recibe los comentarios muy directamente y también responde a ellos, escucha a su público. En primera instancia le pidieron hacer teatro con niñxs, por lo cual abrió un programa en las primarias llamado Educar para la Vida, donde trabajó el tema de cultura y pertenencia. De ahí surgió la puesta en escena El pueblo que no quiso morir, donde 50 niñxs en escena contaron la historia de Santa Rosalía, un pueblo minero de franceses en el desierto. Posteriormente le solicitaron también teatro para público adulto y de ahí nació Las sirenas no usan falda, seleccionada para la Muestra Estatal, que implicó la asesoría escénica de Cristian David Mercado y Claudio Valdés Kuri: Cambiaron muchas cosas a favor, no perdió la esencia de lo que yo quería plasmar, pero con ellos fue una cosa abismal y logramos aclarar y aterrizar muchas cosas. Hubo más claridad.
Es un tema difícil [el feminicidio], pero que existe y que creo que se tiene que enunciar, que nombrar. Al principio, en mi locura, quería que fueran cuatro actrices. Hace año y medio que empezamos y me quedé con dos. Durante el proceso fueron pasando cosas, detonantes que nos hicieron abrazar un poco más el texto.
Un mes antes del estreno el grupo se enfrentó con una noticia que sacudió Baja California Sur y que llegó a los informativos nacionales: el cuerpo de una doctora, originaria de Santa Rosalía, fue encontrado sin vida dentro de una maleta en Los Cabos. El grupo conocía bien a la hermana de la doctora. Habían trabajado antes con ella y eso les dio mayor compromiso con la obra.
La respuesta ha sido buena, ha salido gente muy movida, muy tocada: se sorprenden con las actrices. El público nos ha dicho muy buenas cosas. Al tener a lxs espectadorxs tan cerca, Misael escucha comentarios que usualmente la gente de teatro ya no observamos tanto: la curiosidad que genera sobre el proceso creativo y la actuación.
Sobre Santa Rosalíá
Santa Rosalía está a 8 horas de La Paz y lo más cercano es Loreto [a casi tres horas de distancia]. Es difícil, porque no hay colegas, no hay gente de teatro en Santa Rosalía, hay más en Los Cabos y en La Paz. Por lo mismo no tenemos público. En 2017 yo empecé haciendo teatro infantil con gente que no hacía teatro. Por ejemplo las chavas [de esta obra] están conmigo desde 2017, pero somos una población en la que los talentos se nos van para ir a estudiar fuera y dejan de hacer teatro o buscan ellos por allá.
A veces me entra la depre de decir “quisiera estar donde hay mucho teatro” y luego digo, “no, aquí estoy bien y estoy sembrando semillitas y estoy logrando cosas”. Vamos a estar en la Nacional y eso está chido. Misael me cuenta con emoción que al finalizar una de las funciones de Las sirenas no usan falda, la presidenta municipal, que había asistido, anunció que ese espacio se convertirá en el primer teatro de la ciudad de Santa Rosalía. En realidad, será el segundo, puntualizó Misael con una clara pasión por la historia local. Me cuenta que cuando los franceses habitaban la ciudad existió el cine teatro Trianón, de donde él ha tomado el nombre para su grupo. Ya nos enseñaron el proyecto, va a ser un espacio de 450 butacas. Sí se está considerado un proyecto grande, algo bien y me emociona mucho.
La actividad teatral es poca en la ciudad y no es sostenible un proyecto con taquilla y con pocas funciones al año. Sin embargo, la actividad cultural es mucho más amplia, así como las posibilidades. De este modo Misael ha podido dedicarse por completo a la actividad cultural: ha propiciado espacios, programas, puestas en escena y ahora logró el compromiso de la construcción de un teatro.
Sobre su participación de la Muestra comenta: Les digo a las chicas, vamos a disfrutar esto, a mostrar nuestro trabajo. Ellas están muy emocionadas. Yo soy de los que procura ir a la Muestra, al estado donde esté, ahí ando de colado siempre. Para ellas es su primera Muestra. Vieron un poco de teatro de la Muestra Estatal y estaban fascinadas. Ahorita están vueltas locas porque quieren ver todo el teatro nacional. Sí me pone medio nervioso también, porque es estar en el ojo de todos, pero es una satisfacción bonita, es rico poder ver hasta dónde estamos, desde tan lejos, que estas sirenas puedan llegar al puerto de La Paz y que podamos estar en los ojos de muchos colegas. Esto sucederá el miércoles 13 de noviembre a las 18:30 horas en la Casa de Cultura del Estado de BCS, en un programa doble, junto con otra obra Sudcaliforniana, dentro de la 44 Muestra Nacional de Teatro.