Apostar por Oaxaca: Colectivo Punto y Vuelta

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Alejandra Serrano

El Colectivo Punto y Vuelta de Oaxaca capital presentará Ahí nos vemos en la 44 Muestra Nacional de Teatro, obra con la cual fundaron su grupo a partir del proyecto de titulación de Emiliano Guerrero (codirector, escritor e intérprete). En entrevista con varixs de lxs integrantes platicamos sobre la obra, el grupo y el panorama teatral en Oaxaca. Estuvieron presentes: Ferchi Mora, bailarín e intérprete; Emiliano Guerrero, codirector, escritor e intérprete; Karime Tobías, asistente de producción y redes sociales y Abigail Sánchez Cué quien se encuentra codirigiendo esta obra con Emiliano y también en la producción: Si bien el proyecto surgió de la iniciativa de Emiliano para generar una obra artística en su proceso de titulación –interviene Abigail– y él tenía que estar en todos estos roles de escribir, dirigir, actuar, desde el principio fuimos cómplices y en una segunda etapa del proyecto, cuando ya profesionalizamos la obra, estamos ahora en una codirección: la dirección general es de todo el colectivo.

El Instituto de Estudios Superiores de Artes Escénicas en Oaxaca (IESAEO), de donde egresó Emiliano y donde es profesora Abigail, es una escuela privada con diez años de trayectoria, que cuenta con la única Licenciatura en Teatro en Oaxaca. De las personas que han egresado han sido pocas participaciones en términos de convocatorias y premios —cuenta Emiliano— creo que sí, yo he sido el que más ha permeado por ahí, que no dudo que las nuevas generaciones tengan sus proyectos.

Por supuesto intenté sacar ficha en la ENAT o en otra escuela, pero quería apostar por la ciudad y la gente de acá, apostar por mis maestros antes de decidir estudiar teatro. Me cobijaron y me dieron oportunidad. Y también creo que, si uno se va y se queda allá, pues no podemos seguir creciendo. Entonces también es un apostar a lo que la tierra oaxaqueña nos puede dar, acompañar. Para mí ha sido afortunado porque he visto gente que se va a estudiar y cuando regresa le cuesta trabajo por los contactos, porque no conoce a la banda de acá. Si considero que tiene sus pros y sus contras […] y que una escuela no lo hace todo”.

Abigail agrega: mucha gente de la escuela viene de otras regiones de Oaxaca y no es una escuela muy cara, es accesible para quien quiere lograrlo y por lo mismo también tiene sus limitantes en cuanto infraestructura.

Por su parte, Ferchi estudió danza en la Ciudad de México y comentó: cuando estudias artes escénicas todo el mundo te dice que difícil, pero hay cierta ignorancia de las circunstancias reales. Uno está muy apasionado. Otra cosa que tiene Oaxaca es que es un poco bipolar: las instituciones que se encargan de cultura de plano ni te dan una cita. De parte de las instituciones hay mucha carencia, pero por otro lado en Oaxaca ha cierta comodidad e inspiración, hay esa magia, yo por eso me regresé de la Ciudad de México. Y los espacios independientes son muy accesibles y eso hace que sea posible. Respecto a esto último comentan que Casa Ceiba los ha acompañado al grado de poder considerarlos como coproductores.

Sobre la génesis de la obra, se trata de un tema muy personal para Emiliano, en el que también se involucró Ferchi:  …me tocó que una de mis abuelas falleciera durante la pandemia. Entonces no pude ni ir a despedirme, ni pude ir a su funeral. No pude hacer muchas cosas y decidí tomar esta premisa de despedida que era homenajearla, despedirme de ella en escena y hablar de lo que había vivido y lo que me había heredado de conocimientos, lenguajes, historias, memoria… Estaba buscando el casting y dio la casualidad de que Ferchi había regresado a Oaxaca por la pandemia. Entre ambos fueron construyendo la obra a partir de sus diferentes historias y la relación con sus abuelas. Creo que estamos tratando un discurso por el que todos atravesamos—nos dice Ferchi—. La obra es un homenaje a nuestras abuelas, pero no solo la memoria. De mi parte hablo de la abuela que no conocí. Así que también es hablar de las personas que no conocimos, de ese legado que nos dejaron, ese conocimiento que pareciera que siguen vivas. Esa ha sido mi reflexión. Creo que unir esas dos partes ha hecho que la gente pueda involucrarse.

Nos hemos dado cuenta de que la obra le habla a muchas personas de diversos lugares y que se acomoda también en diversos espacios— dice Abigail—. Quienes están en escena, Diego, el músico, Ferchi y Emiliano han logrado eso, según quienes están en el público, hablarle a esas personas […]  Ha sido eso, adaptarnos. Porque creo que también es lo que el teatro en Oaxaca ha tenido que hacer para existir. No podemos perseguir el foro o el teatro tradicional. La propia dinámica de vida de Oaxaca nos arroja a decir que nos tenemos que adaptar a una multiplicidad de públicos, de espacios, de dimensiones de distancias y la obra desde el principio se pensó así. Y tenemos pendiente de mover la obra por Oaxaca, para seguir probando comole puede hablar a más personas de acá.

Para Abigail la obra funciona como ese calorcito de tomar un té con tu abuela, que te sirvan el plato de frijoles […], creo que es una vuelta a la sencillez de mirar como niños, es una sorpresa que no necesita mucha elaboración racional y de análisis crítico de las personas que van mucho al teatro y luego estamos mal acostumbrados buscando todas las conexiones que vemos. Creo que la clave en la obra es llegar a la sencillez, a la sorpresa, que es una característica que, a mí, como habitante de la ciudad de Oaxaca desde hace cinco años originaria de la Ciudad de México, es lo que Oaxaca me ha enseñado: volver a mirar con sencillez, de estar en el presente, bajar un poco toda esta elaboración mental racional que el mundo contemporáneo nos obliga.

Mencionan que la obra tiene una participación del público a partir de solicitarles escribir testimonios y que, en este momento, después de tres años y 15 funciones, cuentan con una cantidad importante de testimonios que los ha llevado a pensar en cómo profundizar en la propuesta y están considerando hacer un libro. También señalaron que el colectivo está en un momento de reestructuración, donde hay una madurez y perciben que en ese sentido su participación en la Muestra será un punto significativo para saber cómo continuar.

Sobre la Muestra, Ferchi comentó: Me resulta excitante llevar la obra al norte, geográfica y culturalmente son lugares muy distintos, estamos en diferentes extremos del país. He ido muy pocas veces al norte, pero las veces que he ido es como: ¡Wow, dónde estoy! Se siente muy distinto, es otro lugar y espero que puedan llevarse la experiencia de la obra, sentir un poquito el sur y transformarlo a su propia experiencia.

Ahí nos vemos se presenta el viernes 8 de noviembre a las 20:30 en el Teatro de la Ciudad de La Paz, BCS como parte de la 44 Muestra Nacional de Teatro.

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