Para quienes quieren ver un hermoso espectáculo clown que les devolverá el corazón al pecho.

LIMBO

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)

Ella, tendida en una cama de hospital, no está ahí. Su corazón late aún con fuerza, sus pulmones inhalan y exhalan el aire que tanto necesita su cuerpo para continuar existiendo día tras día, pero su mente, su alma misma, se encuentra muy lejos de tan frío lugar. Allá, en ese espacio que se haya entre la vida y la muerte, en ese valle donde los árboles se confunden con muletas y las hojas no son muy diferentes de las miles de placas de rayos X que le han tomado, es donde ella espera pacientemente. No hay más que tomar un camino para salir de ahí, tiene que decidir entre caminar hacia la lápida o reconocerse en un espejo, romper los hilos que unen a su corazón con este mundo o dejar que las gotas de lluvia le recuerden lo bello que es vivir.

Tras haberse ganado un sinnúmero de ovaciones de pie tanto en México como alrededor del mundo con su magnífico espectáculo unipersonal clown “Perhaps, Perhaps… Quizás” (crítica en www.entretenia.com), Gabriela Muñoz toma inspiración de su propia vivencia de una época en que estuvo en estado de coma para presentar un exquisito viaje surreal y onírico intitulado “Limbo”. Muñoz regresa al escenario pero ahora el público la encuentra postrada en una cama de hospital, lugar adonde llegará una bizarra criatura que la llevará de la mano hacia el camino de la recuperación y la sanación, no sin antes haberle arrancado muchas carcajadas a los asistentes y una que otra lágrima.

El nivel de honestidad con que Gabriela Muñoz ha construido “Limbo” es verdaderamente sobrecogedor. Por una parte, quien conoce el trabajo de esta magnífica clown podrá reconocer ciertos elementos presentes en trabajos anteriores de la artista como lo son su habilidad natural para hacer reír al público con tan solo una mirada o una mínima inflexión de su voz, la presencia de papel y comida durante la representación, la participación directa con el público a quien vuelve una parte integral del montaje o la facilidad con que es capaz de llevarnos de una desbordada carcajada a un llanto cargado de sentimiento en cuestión de segundos. Sin embargo, “Limbo” muestra un lado mucho más íntimo, oscuro y personal de Gabriela que impacta al espectador con toda la fuerza de su belleza estética pero también con un poderoso subtexto cargado de vida y muerte que lleva a cada uno de los presentes a reflexionar sobre la naturaleza de su misma existencia.

“Limbo” es claramente el resultado de un talentosísimo equipo de trabajo bajo la batuta de la misma Muñoz. El bufonesco vestuario de Valentina Muñoz, la hipnótica musicalización de Marian Ruzzi, el gran maquillaje de Sol Kellan y el verdaderamente impresionante trabajo de escenografía e iluminación a cargo de Ingrid Sac elevan esta puesta de un mero espectáculo clown a una verdadera obra de arte que arrebata suspiros con la misma facilidad con la que provoca pesadillas. Un pavoroso árbol construido con muletas y una serie de casitas que encierran un macabro secreto en su interior se contraponen con una serie de respiradores con plantas en su interior o con una lluvia en escena que elevan el alma y nos recuerdan que tan bello es poder abrir los ojos y simplemente sentir el latir de nuestro corazón en nuestro interior. Cada elemento presente en “Limbo” añade a la belleza estética del montaje imágenes que muy fácilmente se pueden volver indelebles.

El personaje de Greta que Gabriela Muñoz presenta en “Limbo” resulta tan adorable como lo era en “Perhaps, Perhaps… Quizás”. Sin embargo, el trasfondo que el personaje adquiere ahora es mucho más maduro, profundo y encantador. Muñoz entiende perfectamente el balance que existe dentro del clown en su capacidad de hacer reír y conmover al público, elemento que explota de lleno para compartir este viaje con cada uno de los asistentes. Acompañándola en esta aventura se encuentra Ernesto García quien logra un estupendo trabajo a lado de Muñoz en un papel que podría interpretarse como una especie de clown terapeuta que llevará a Greta por el camino hacia la recuperación. Entre ambos actores, “Limbo” cobra fuerza y dimensión, sobre todo en los momentos en que algún miembro del público se convierte en el tercer personaje en la obra. Estoy convencido de que con cada nueva representación, el montaje se fortalecerá, sobre todo en cuestión de ritmo, consiguiendo su máximo potencial y belleza.

“Limbo” es un viaje sobrecogedor que nos recuerda la vital importancia de apreciar cuán maravillosos es vivir, respirar, sentir nuestro corazón palpitando en nuestro interior; es un espectáculo sensorial que impacta al espectador a nivel emocional, intelectual y psíquico de forma profunda; es la prueba absoluta del por qué Gabriela Muñoz es considerada uno de los clowns más importantes de nuestro país y, me atrevo a decir, del mundo.

El año pasado perdí a una de las mujeres más importantes en mi vida, no sin que antes estuviera ella un par de semanas en coma. Gracias Gabriela por regalarme la esperanza de que mi amada Maru fue feliz en el interior de su mente durante esos últimos días de su vida navegando entre panecillos blancos, cajas llenas de sorpresas y buscando esa lluvia refrescante que la preparara para partir. De todo corazón gracias.

 

DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)