EL BESO DE LA MUJER ARAÑA

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Para quienes desean aplaudir una sólida producción de un uno de los mejores musicales escritos por Kander y Ebb.

EL BESO DE LA MUJER ARAÑA

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Cortesía de la Producción

 

“Su nombre es Aurora… y es tan hermosa… tan irresistible.”

El teatro se ha convertido en una cárcel argentina donde la ley y los derechos humanos se olvidaron hace mucho tiempo. Sin embargo, en la mente de Molina, quien cumple una sentencia de 8 años por haber corrompido a un joven menor de edad, este infierno se ha convertido en un escenario ideal para recrear todas y cada una de las películas que estelarizó la gran actriz Aurora… excepto una. Con la llegada de su nuevo compañero de celda, un revolucionario con el corazón entregado a una burguesa, el principal escaparatista de las tiendas Montoya tendrá que enfrentar su más grande miedo al mismo tiempo que pierda el corazón, mientras que sus labios se acercan a una telaraña de la cual no hay escapatoria.

“Si ella besaba a alguien, esa persona muere.”

Una mujer cuyo beso significa la entrada al más allá, un marxista con la inquebrantable esperanza de que algún día las cosas habrán de mejorar y un hombre afeminado a quien podría hoy en día considerarse como trans. Estos tres personajes habitan una pequeña celda donde una relación involuntaria habrá de orillarlos a un encuentro donde el amor, la valentía, la traición y el miedo se fusionarán en un abrazo mortal. Basado en la novela homónima de Manuel Puig, “El Beso de la Mujer Araña”, musical ganador en 1993 del Tony al mejor musical gracias a la mancuerna creada por el dramaturgo Terrence McNally a cargo del libreto, y el dúo responsable de otra joya musical, Cabaret, John Kander y Fred Ebb, es una poderosa pieza teatral tanto por su fascinante y obscura historia como por un conjunto de canciones que se enredan en la mente del espectador por su fascinante manufactura.




“La Mujer Araña es real y está aquí.”

Encerrados en su celda, Valentín y Molina piensan en las mujeres que los esperan afuera de prisión. Para el primero, se trata de Martha, una mujer de clase acomodada que representa todo lo que él repudia. Para el afeminado Molina, su madre. Ambos sueñan desesperadamente con volverlas a ver al mismo tiempo que desean que sigan sus vidas sin que piensen en ellos. La canción que este momento provoca, intitulada Mi Amor, es una pieza a cuatro voces que toca el corazón tanto por su belleza como por su fuerza musical que poco a poco alcanza un crescendo emotivo pocas veces visto en un musical. Con una buena traducción a cargo del también director Miguel Septién y Yang E. Coutiño, “El Beso de la Mujer Araña” es tan relevante en su temática hoy en día como lo fue en el día de su estreno, sus canciones tan contundentes. La canción Es Mujer que canta en solitario Molina es un doloroso lamento a la imposibilidad de ser quien uno quisiera, algo que toda persona gay o trans podría entender a la perfección; Todo por Él es una retorcida canción de amor, manipulación y muerte que lleva al espectador al estado justo de tensión necesario para alcanzar el clímax de la historia; La Carta de Gabriel/ Mi Primera Mujer es un patético retrato de dos realidades muy lejanas a la comodidad de una butaca. A lo largo de más de veinte números musicales, algunos de ellos cargados de glamour y grandes bailables como Donde Estás, Dame Amor y Buenos Tiempos, este musical es una prueba contundente de la capacidad del género para contar una contundente y profunda historia a través de la música.

“Sé lo que quieres de mí, pero no soy así.”

Al frente del escenario Aurora, vestida en un traje sastre blanco con todo y sombrero, canta y baila junto con una corte de prisioneros a su lado sobre la necesidad de escapar con la mente del lugar donde te encuentras, sobre todo si se trata de una cárcel donde la tortura es cosa de todos los días. Al fondo, en su celda, Molina sigue a la perfección la coreografía de la actriz imaginaria, recordándonos que toda la acción está sucediendo en la mente del prisionero. Esta escena refleja la buena dirección que realiza Miguel Septién en “El Beso de la Mujer Araña” sobre todo en su capacidad de retratar la soledad del personaje principal en medio de uno de los montajes más vistosos de la obra. Aun cuando es cierto que las coreografías son poco espectaculares, algunas rayando en lo básico, a momentos el uso del teatro entero como parte de la cárcel no es tan bien empleado, y algunos elementos de la escenografía mal confeccionados, específicamente en el número titular de la puesta, sus aciertos sobrepasan sus áreas de oportunidad. Esto se aprecia en su capacidad de montar números musicales más íntimos de manera honesta como en No me Avergüenzas donde la madre del joven homosexual le declara su amor incondicional o en su montaje final el cual es verdaderamente admirable, un giro inesperado y hermoso que no me atrevo a describir por temor a arruinar la sorpresa. Miguel Septién, cuyo montaje de Urinetown se hizo acreedor al reconocimiento de Mejor Musical por parte de la ACPT, sigue creciendo, madurando sus dotes como director, dejando en claro que es un talento a quien no se le puede perder de vista.




“Esta no es la muerte, es el éxtasis.”

Con fuego en la mirada, las venas saltando en su frente y los puños cerrados con todas sus fuerzas, Jorge Gallegos en el papel de Valentín canta con potente voz y verdadera fractura emocional Nuestro Día Llegará. Es tal su fiereza y honestidad en cada palabra que interpreta que el número musical es merecedor de una verdadera ovación de un público que se ha entregado por completo a su trabajo en el escenario. “El Beso de la Mujer Araña” es una opción obligada dentro de la cartelera únicamente por poder admirar la actuación de Gallegos como el atormentado revolucionario. Ya sea comportándose como una bestia homófoba que pinta su línea en la celda o llorando como un pequeño en brazos de la persona que en un principio tanto repudiaba, el Valentín de Gallegos es una prueba contundente de que el teatro musical tiene cabida para la verdadera actoralidad. A su lado, Rogelio Suárez como Molina alcanza buenos resultados, solventes a momentos, más sostenidos a medida que la obra avanza, siendo necesaria una creación de personaje capaz de alejarse de trabajos anteriores y buscando más la fractura real y no aquella basada en la forma y la pretensión. Sin embargo, la calidad de Suárez a nivel vocal es admirable, siendo en este punto donde se desenvuelve con mayor soltura, destacando el ya antes mencionado número de Es Mujer. Por su parte, Chantal Andere como la fantasía llamada Aurora es bella de ver, majestuosa y aterradora en el vestuario diseñado para ella por Eugenio Alzas y poco más. Desde el primer momento en que aparece sobre un puente para recibir en sus brazos a un prisionero que acaba de morir, su voz resulta difícil de entender en parte a una interpretación en un rango vocal demasiado bajo para el papel. Asimismo, su participación en las no tan complejas coreografías es limitada, hecho muy bien oculto por el ensamble a su alrededor, y su actuación como la femme fatal está basada en la sobre gesticulación y no en franca interpretacón. Afortunadamente, este factor no demerita en gran medida el total de la puesta en parte gracias al resto del elenco conformado por Luis Gatica, una entrañable Olivia Bucio, una potente Crisanta Gómez, Jimena Parés, Jair Campos, Eduardo Partida, Adrea Biestro, Fer Soberanes, José Ahued, Pablo Rodríguez, Claudio González, Gilberto Recoder, Mario Cervantes, Orville Alvarado, Francisco Huacuja, Gerry Pérez, Gerardo García, Oliver Kenay, Omar Hernández, Julio Montejano y Memo Sánchez Ponce.

“Perdóname por no ser el hombre que necesitas que sea.”

Habían pasado apenas dos semanas desde que había salido del closet con mi mamá cuando juntos fuimos a ver “El Beso de la Mujer Araña” en el Teatro de los Insurgentes. En la escena en que la madre de Molina le canta a su hijo que no siente ninguna vergüenza por su preferencia sexual mi mamá, sin voltear a verme, me tomó de la mano y me la apretó con todo su amor. Mis lágrimas cayeron en uno de los momentos más amorosos que he vivido. Gracias Juan Torres por devolverlo a los escenarios de esta ciudad en una producción tan bien realizada, aquel joven de 23 años y este hombre de 44 años te lo agradecen de todo corazón.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “El Beso de la Mujer Araña”

LIBRETO: Terrence McNally basado en la novela de Manuel Puig

MÚSICA: John Kander

LETRAS: Fred Ebb

TRADUCCIÓN: Miguel Septién y Yang E. Coutiño

DIRECCIÓN: Miguel Septién

ACTUAN: Chantal Andere, Luis Gatica, Olivia Bucio, Rogelio Suárez, Jorge Gallegos, Crisanta Gómez, Jimena Parés, Jair Campos, Eduardo Partida, Andrea Biestro, Fer Soberanes, José Ahued, Pablo Rodríguez, Claudio González, Gilberto Recoder, Mario Cervantes, Orville Alvarado, Francisco Huacuja, Gerry Pérez, Gerardo García, Oliver Kenay, Omar Hernández, Julio Montejano y Memo Sánchez Ponce.

DÓNDE: Teatro Hidalgo

DIRECCIÓN: Avenida Hidalgo 23, Colonia Centro.

CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:30, Sábado 17:30 y 20:30, Domingo 17:00 y 20:00 hrs.

COSTO: $1,000, $900, $850, $750, $550 y $450. Boletos en taquilla y ticketmaster.

DURACIÓN: 150 minutos con un intermedio de 10 minutos.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking. Se encuentra a lado del Palacio de Bellas Artes.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.