BLACKBIRD

Por  |  0 Comentarios
COMPARTE!




Para quienes desean ser testigos de un reencuentro entre el abuso, los traumas del pasado y un deseo prohibido.

BLACKBIRD

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“¿Cómo me encontraste?”

Han pasado 15 años desde que se vieron la última vez. A través de una revista, un artículo con una fotografía, fue que Uma dio con él a pesar de que ahora responda por otro nombre. Ahora, en una inmunda oficina atestada de papeles, vasos de café vacíos y contenedores de comida sucios, se vuelven a mirar, y la tensión no podría ser más densa. Hay mucho que platicar, versiones que contraponer, sacar a la luz todo aquello que no ha encontrado solución en sus mentes para quizás, entonces, haya un atisbo de paz.

“Pedí hablar con Peter y apareció Ray.”

Dentro de las creencias de los animales espirituales, un ave negra en vuelo representa la tentación del deseo. Sin embargo, Ray lleva ya tiempo disciplinándose para poder resistir aquello que lo llevó a pasar 3 años en prisión. “Blackbird” del reconocido dramaturgo escoces David Harrower explora los fantasmas del pasado, aquellos que parecieran imposibles de reconciliarse con el presente, en la forma de Ray de 55 años y Uma de 27, y en el encuentro que existió entre ellos tiempo atrás y que los dejará marcados, principalmente a ella.




“Tú no tienes derecho a mi humillación.”

Al inicio de inesperado encuentro, Ray lo único que quiere es que la puerta no esté cerrada, que el encuentro se lleve a cabo de manera rápida, incluso preferiblemente al aire libre. Su molestia es evidente ante la presencia de Uma, ya que viene a interrumpir su día laboral y pareciera robarle su paz mental. Mientras tanto, la joven lo observa, lo analiza detalladamente en una mezcla de fascinación, horror y dolor, en busca de ese hombre que le robó de tener una vida normal.  Sin poder ahondar en detalles, dado que la verdadera potencia de la obra radica en los múltiples giros de tuerca que van resignificando la obra una y otra vez, “Blackbird” cuenta una historia fascinante desde dos puntos de vista contrastados, ambos desde sus trincheras y dolores. El enfrentamiento que plantea Harrower es poderoso, shockeante a la vez y detestable, adentrándose en psicopatías socialmente reprobables, aunque dentro de un estilo de juicios o señalamientos acusatorios. Es en este punto, en la neutralidad con que plantea la situación el autor, una donde no se responden todas las preguntas, en que el espectador es libre de llenar los huecos desde su propia perspectiva.

“¿Le importas a alguien en la vida?”

La angustia de Uma se ha calmado un poco, al igual que el enojo de Ray. Tras muchos reclamos y justificaciones se ha iniciado un franco recorrido por lo que realmente sucedió. De momento, la deprimente oficina atiborrada de archiveros verdes se transforma en una tarde soleada donde se escucha el mar y el sol entra de lleno por las ventanas de un hotel cerca de la playa. Los recuerdos de ambos los llevan por un instante de magia vivida antes de volver a la cruda realidad. Apoyada por un sólido diseño de escenografía por Adrián Martínez Frausto y la exquisita iluminación a cargo de Ingrid Sac, la directora Katina Medina Mora es capaz de crear la intimidad precisa, así como la asfixiante atmosfera, que requiere una obra tan compleja como “Blackbird”. Manteniendo la obra libre de toda exageración tonal, en un espacio alejado por completo del melodrama exacerbado y apostando por un realismo meticulosamente cuidado tanto en ambientación como en propuesta actoral, Medina Mora demuestra un claro entendimiento del texto en sus diferentes capas de lectura y de una clara capacidad para traducirlo a escena.




“Escribí que quería sacarte los ojos.”

Uma no puede quitarle la mirada a Ray. No importa por donde se mueva el hombre de edad madura por toda la oficina, sus ojos lo siguen. Pareciera que la joven está a punto de llorar a momentos, en otros que está por liberar su furia. Con cada nueva interacción, el peso del pasado que carga Uma en sus espaldas se revela en su voz, en sus movimientos, en todo su ser. Más allá de una dura historia y una exitosa propuesta escénica, “Blackbird” es un suceso dada la contundente interpretación actoral que realizan Cassandra Cianguerotti y Alejandro Calva. Mientras que Calva realiza una actuación más explosiva, visualmente más externa con puños cerrados, movimientos nerviosos y respiraciones alteradas, perfectamente alineado todo con el perfil de su personaje, Cianguerotti da una verdadera clase en contención emocional, entregando una Uma en medio tono que es capaz de revelar el torbellino emocional que lleva en el alma sin siquiera alzar la voz, salvo en una ocasión durante toda la obra. Es en ambas actuaciones que la puesta en escena crea una atmósfera en el Foro de tal densidad que el público pareciera incapaz de respirar por miedo a interrumpir la escena. El nivel de tensión dramática que generan ambos histriones, accionando a partir de las emociones guardadas y libres de exageración, es aquello que obliga a recomendar este montaje.

“Tú me convertiste en un fantasma.”

Nosotros ya acabamos con el pasado, pero el pasado no ha terminado con nosotros. Icónica frase de la película Magnolia de Paul Thomas Anderson que encuentro de particular relevancia tras ver “Blackbird”. Ray ha huido de su pasado, lo ha escondido bajo una nueva identidad, y a partir de crear un mundo más seguro a su alrededor. No obstante, Uma ha regresado inesperadamente, sin anuncio, para voltear de nuevo toda su existencia de cabeza. Yo me pregunto, ¿quién sería mi Uma? ¿Qué tan difícil sería que un buen día apareciera mi pasado tocando a mi puerta para destruir mi paz? No se engañen, todos tenemos una Uma escondida en el clóset.

 

Búscanos en Facebook e Instagram como Entretenia
Twitter: @Entretenia




DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Blackbird”

DRAMATURGIA: David Harrower

DIRECCIÓN: Katina Medina Mora

ACTUAN: Alejandro Calva y Cassandra Cianguerotti.

PARTICIPACIÓN ESPECIAL: Zoe Cassandra Iturralde y Luna Anaya (alternando funciones).

DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico.

DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn.

CUÁNDO: Viernes 20:30, Sábado 17:00 y 19:30, Domingo 18:00 horas. Hasta el 29 de Septiembre.

COSTO: $350. Disponibles en taquilla y https://www.helenico.gob.mx/

DURACIÓN: 80 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking y estacionamiento.

COMPARTE!

Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *