Para quienes quieren ver el musical más exitoso de Broadway.

WICKED

Marzo de 2006, Gershwin Theatre, Nueva York. Salí con la boca abierta. Ya había visto con anterioridad muchos musicales en Broadway como “Cats”, “Los Miserables” y “El Fantasma de la Ópera”, pero nunca había salido de un teatro con la boca abierta ante el despliego de tal producción. ¡Mentira! “Miss Saigon” ya lo había hecho, pero en toda justicia, ¡en ese musical salía volando un helicóptero de verdad! Pero el impacto de “Wicked” era algo que nunca había sentido antes y que solamente volví a vivir en Las Vegas con shows del Cirque du Soleil. Hasta que llegué al Teatro Telcel a ver “Wicked” en México, reviví las mismas sensaciones de hace años.

La historia de Elpheba, la malvada bruja del oeste del cuento “El Mago de Oz”, se escribió como novela por Gregory Maguire y fue muy libremente adaptada hace 10 años para crear un musical espectacular. Desde entonces, la obra se ha convertido en un verdadero fenómeno, volviéndose el musical más exitoso, hablando de dinero, en la historia de Broadway y uno de los boletos, hasta la fecha, más difíciles de conseguir. La canción principal de la obra, “Defying Gravity”, ha logrado entrar al panteón de los grandes himnos musicales, junto a “Memory”, “Send in the Clowns” o “I Dreamed a Dream”, así como conseguir uno de los papeles principales, ya sea el de la bruja malvada o el de Glinda, la bruja buena, es garantía de poder trabajar en la obra musical que se desee.

Tal vez por las expectativas, por el reto que implicaba o por puro malinchismo o envidia, al llegar “Wicked” a México en manos de Ocesa, los cínicos y los detractores saltaron ante la oportunidad y se lanzaron con toda una serie de “peros”: “¿Pero, en español?” La última vez que chequé, las obras en México se montan en nuestro idioma oficial; “pero, ¿va a estar igual que en Broadway?” No tenía por qué dudarlo. A fin de cuentas, “El Fantasma de la Ópera” y “Los Miserables” lo lograron.

Probablemente el punto que más controversia generó fue la decisión de dar el papel de Elpheba a la joven Danna Paola. Aquí quiero aclarar algo de suma importancia, para todo aquel que no ha visto la obra: así como Grizabella no es lo único que importa en “Cats” o Sandy en “Vaselina”, Elpheba no es «Wicked». La obra es muchísimo más grande que el personaje. «Wicked» es una mega producción con grandes números musicales, no todos interpretados por Elpheba, y, además de todo, el musical divide el protagónico entre las dos brujas de la historia, Elpheba y Glinda.

Aclarado esto, respondo a lo que todos me han preguntado desde que la ví. Danna Paola ciertamente da lo mejor de sí y hace un buen papel como Elpheba. ¿Llena por completo el papel? No. ¿Va a mejorar con cada función? Seguro. ¿Eso va a afectar mi disfrute de la obra? En absoluto. “Wicked” es más grande que la suma de sus partes.

En contraparte, Cecilia de la Cueva es Glinda. Aclaro esta frase, Cecilia de la Cueva no interpreta el papel de Glinda, sino que se posesiona por completo y se transforma en Glinda. Todo el egoísmo, la dulzura melosa, la simpatía y la hipocresía que conllevan el personaje están perfectamente representados y llevados por encima del rol mismo. Cecilia de la Cueva se lleva todas las palmas en “Wicked” México y es mi particular deseo verla recibiendo esas mismas palmas en “Wicked” Nueva York. Ella tiene la madera de una verdadera actriz de musicales.

Tristemente, es tanta la atención que se ha centrado en una sola actriz, que el resto del elenco pareciera que no existe. ¡Pero vaya que existe! Todos se encuentran dónde deben de estar. Beto Cuevas como el Dr. Dillamond, Anahí Allué como la perversa Srta. Mórrida, Jorge Lau como el galán Fiyero, Marisol Meneses como Nessarosa, la hermana de Elpheba, y todos los demás actores cumplen exactamente con el canto, actuación y baile que requiere la obra.

Idéntica. No parecida, no más o menos, no a la mexicana; la producción de “Wicked” en México es idéntica a la que se presenta en Nueva York. El boleto es caro, eso nadie lo discute, pero recibimos un producto que no le pide nada a Broadway. El vestuario, el dragón, la Ciudad Esmeralda y todos y cada uno de los elementos que han hecho a “Wicked” una leyenda están presentes en nuestra ciudad y todo aquel que se llame amante de los musicales debería de verla. Con el elenco que sea, en el idioma que sea y producida por quien sea, “Wicked” es un evento teatral que se tiene que vivir.

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