TIJUANA
TIJUANA
Setenta pesos con diez centavos. Esa es la cantidad exacta que gana una persona al día por realizar un trabajo monótono y repetitivo durante toda una jornada. Con ese dinero una persona debe cubrir sus necesidades más básicas de vivienda, alimento y transportación con la esperanza de tener un poquito extra para poder comprar una cerveza el fin de semana. Ganar el salario mínimo durante seis meses, bajo la identidad de Santiago Ramírez, viviendo bajo las condiciones que esto implica en una de las ciudades fronterizas más importantes del norte del país es el reto que Gabino Rodríguez se plantea y documenta para la elaboración de la obra “Tijuana”.
A partir del diario que escribió Rodríguez durante su experimento, mismo que se va proyectando durante la representación en una pantalla junto con diversos fragmentos de video y fotografías tomadas durante la experiencia, así como basado en textos e ideas de Andrés Solano, Arnoldo Galves Suárez, Martín Caparrós y Gunter Walraff “Tijuana” es una puesta en escena que busca retratar la pobreza que viven millones de mexicanos todos los días desde diferentes aristas que van desde las condiciones de vivienda en las que una persona a quien pagar 800 pesos al mes por rentar un cuarto representa ya un lujo, el tipo de comunidades de las que uno se vuelve parte y las divisiones que existen o las limitaciones a las que uno se ve obligado a tener, hasta el tipo de política local que existe en zonas marginales o la justicia por mano propia que gobierna ahí.
El resultado es una cierta glamorización de la miseria a partir de convertirla en una puesta en escena que sea entretenida como innovadora, una presentación oportunista de una terrible realidad desde la comodidad de quien la vive sabiendo que en el segundo que así lo desee puede dar por terminada su investigación y volver a una comodidad con sabor a café café expreso. Así como lo realizó el documentarista Morgan Spurlock en el año 2005 con el primer capítulo de su serie 30 Days donde él y su novia vivieron treinta días ganando ambos el salario mínimo, el experimento nunca existe pues, a diferencia del actor, las personas con quienes él interactuó no tienen la opción de dar por terminada su situación cuando les duela la espalda o sientan peligro por sus vidas. Gabino Rodríguez tiene la libertad de irse, los demás no.
Un piso de tabiques que a lo largo de la obra se convierten en las calles del sector A de una colonia popular en la ciudad titular, una botella de 600 ml de Red Cola y una naranja, una lona con una bella visión de la ciudad y una fila de botellas de cerveza. Bajo la dirección adjunta con Luisa Pardo, la escenificación de Tijuana es efectiva sin duda, provocadora y, a momentos, incluso poderosa para quienes conectan con el montaje. Con imágenes interesantes y bien logradas, haciendo uso de la controversial técnica de la no actuación donde el trabajo actoral es libre de toda intención o matiz, y utilizando la ironía como herramienta para el humor, Gabino Rodríguez es inteligente sin duda, una voz poderosa en su quehacer teatral, al mismo tiempo que usa lenguajes escénicos propios atractivos en el nuevo milenio con resultados que serán equidistantes en las opiniones de diferentes espectadores dependiendo de la perspectiva con que se reciba la apuesta escénica.
¿Fue ficción o realidad la estancia del ficticio Santiago Ramírez durante varios meses en la ciudad de Tijuana viviendo bajo las condiciones que dice haber documentado? ¿La realización de esta obra es producto de una verdadera inquietud social, de una necesidad de explorar un mundo ajeno al propio y denunciarlo o meramente es una idea surgida de la mente de creadores para provocar y escandalizar, para ganar reconocimiento o un lugar en la Muestra Nacional de Teatro o en festivales internacionales? Preguntas que no puedo evitar pensar mientras espero a que me sirva unos esquites una señora que posiblemente sabe perfectamente lo que es ganar setenta pesos con diez centavos al día, todos los días de su vida, sin recibir aplausos al final del día por simplemente vivir su vida.
“Tijuana” se presentó en la Caja Negra MNT en la Ciudad de León, Guanajuato bajo la línea curatorial cuerpo y territorio dentro de las actividades de la 38 Muestra Nacional de Teatro.