SANGRE EN LA COMISURA DE TUS LABIOS
Para quienes quieren entrar en un círculo interminable de pasión y violencia.
SANGRE EN LA COMISURA DE TUS LABIOS
Por Juan Carlos Araujo
Ella está a punto de llegar. No está seguro cuándo fue la última vez que la vio, si hace un año o apenas hace unos segundos, pero la extraña mucho. Es por ello que se ha bañado para ella, ha levantado los cuchillos del lugar, se ha puesto ropa fresca y hasta le ha compuesto una canción. Ya sólo falta que llegue para comenzar de nuevo este ritual. Se verán, hablarán un poco, quizás esta vez venga menos tomada y, como cada vez, terminarán en la cama. La pasión se desbordará, las caricias se deformarán en violencia y, como siempre que se ven y para toda la eternidad, su encuentro terminará en sangre.
“Este año fue el del perro, el pasado fue el de la rabia.”
Un hombre y una mujer condenados a revivir su pasado sin ninguna esperanza de un futuro es la macabra, perversa y perturbadora propuesta que el escritor y director Arturo Honorio presenta en “Sangre en la Comisura de tus Labios”, una obra de suspenso con tintes eróticos que dejará a más de uno con un temblor en las manos y un escalofrío recorriéndole la espalda. Un cuarto de azotea que apesta a cigarros desechados y cerveza es el punto de encuentro donde estos dos seres se reúnen cíclicamente para tocarse de manera sensual o agresiva, en un recorrer por todo ello que los condenó y donde el autor presenta una historia libre de toda posibilidad de redención.
A través de diálogos que poco a poco revelan la naturaleza de la relación y situación de los dos personajes y de un adecuado manejo de la tensión dramática, Arturo Honorio lleva a que los espectadores se vean envueltos dentro del perverso juego al que han sido invitados para atestiguar. Ciertamente “Sangre en la Comisura de tus Labios” resulta mucho más interesante en el desarrollo de sus personajes y en la manera en que se relacionan entre sí, que en el violento misterio que encierra su historia. Sin embargo, el verdadero desenlace de la obra, con la aparición de un nuevo vestuario, consigue un cierre perfecto que perturba de manera profunda al espectador con la promesa de una realidad que nunca habrá de alcanzar la paz.
“Despídete de mi llanto que tanto te excita.”
Honorio toma una decisión arriesgada e interesante al dividir su dirección escénica en dos estilos que se contrapuntean. Por un lado, se encuentra una dirección realista, agresiva en su casi naturalismo, que lleva al espectador a compenetrarse con la historia al mismo tiempo que se incomoda al descubrirse como un voyeur invasor de la intimidad de dos amantes que se desean y se detestan al mismo tiempo. Por el otro lado, se encuentra una propuesta alternativa que pareciera combinar elementos simbólicos de un teatro mucho más físico y dancístico a la hora de expresar la guerra de poderes que existe entre ambos personajes, escenificando de manera no convencional la verdad detrás de estos encuentros en hoteles y cuartos de azoteas. Ambos estilos funcionan por separado pero a la hora de juntarlos podría dejar al espectador casual con un sentimiento de desconcierto. Sin embargo, la propuesta es valiente y bien ejecutada, provocadora e inteligente.
“Mis heridas son mucho más profundas que un simple rasguño.”
Dada la naturaleza de su montaje, “Sangre en la Comisura de tus Labios” resulta un trabajo demandante para sus actores tanto a nivel físico como psíquico y anímico. Damián Cordero, quien alterna funciones con el afamado cantautor Jaime López, se deja llevar tanto por la ternura como por la violencia de su personaje en un trabajo sumamente loable ya que, además de lograr construir con eficacia a este hombre agresivo, sorprende a la hora de realizar ciertas coreografías físicas dentro de la sección menos realista de la obra. A su lado, Mónicca Gómez entrega resultados similares a los de Cordero, siendo su mejor trabajo cuando se adentra en los aspectos más introspectivos de esta mujer que rechaza con toda su alma a la bestia con quien irremediablemente terminará acotada.
“Mi deseo es acabar con el deseo de repetir esto.”
El amor y el odio son dos sentimientos muy cercanos entre sí y ambos pueden conducir a una persona con una vida común y corriente a los peores excesos. La ambición, el deseo y la tentación son capaces de llevar a cualquiera a cometer los más horrendos actos. ¿Qué tan lejos estamos de condenarnos para toda la eternidad? Una pelea que se sale de control, una mala o irresponsable decisión, un error desafortunado o un acto de verdadera maldad podría provocar que cualquiera de nosotros nos encontremos encerrados en ese cuarto de azotea, víctimas de nuestros propios actos.
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DATOS GENERALES
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