RESPIRA Y CHUTA
RESPIRA Y CHUTA
Lo femenino no se pelea con la cancha
Con enorme energía y amplias sonrisas, cuatro fanáticas del soccer entran a escena tocando una batucada. Nos informan que estamos en los octavos de final de la copa del mundo y México está empatado contra España. La posibilidad histórica de pasar a la siguiente etapa es palpable. En realidad, estamos en un campeonato femenil de intersecundarias donde el equipo de las Campamochas ha pasado a cuartos de final y la felicidad de la victoria se ve opacada por un padre que se niega a que su hija continúe jugando en un deporte donde las mujeres no tienen cabida.
Bullying, expectativas familiares frustradas, desórdenes alimenticios, estereotipos de género y la lucha por defender la identidad en contra del deber ser. “Respira y Chuta” de la compañía Luciérnaga Teatro es una puesta en escena que crea un microcosmos futbolístico en el que se exploran toda una gama de problemáticas adolescentes actuales. La obra escrita por Verónica Villacaña es un intento por representar el viaje del héroe establecido por Joseph Campbell, más bien consiguiendo un exacerbado melodrama con muy bien logradas inserciones cómicas que, a pesar de caer en el terreno del culebrón, se beneficia profundamente por no caer en lo aleccionador, condescendiente o meramente chantajista.
Machorra, marimacha, trailera. Estos son algunos de los adjetivos con que la Chicharita es descrita. A pesar de ser una estupenda jugadora de soccer, es obligada por su padre a mejor tomar clases de ballet para que sea más femenina. La Messi no juega tan bien, pero anhela con toda su alma alguna vez anotar un gol para que su padre se sienta orgullosa. Uno de los puntos más interesantes y rescatables de “Respira y Chuta” en su dramaturgia es la manera en que dota a sus personajes de virtudes y defectos, de traumas y dolencias, contrastantes entre ellas. Mientras que Messi ha perdido la regla debido al desorden alimenticio que ha desarrollado, Chicharita está siendo presionada por su maestra de ballet para que pierda peso; mientras que la Beckham se muestra como una muy competitiva y violenta jugadora de balón pie, también está agobiada por la inseguridad de perder en un abrir y cerrar de ojos su supuesto poder por una mejor jugadora. Esta puesta en escena está enfocado a un público adolescente, capaz de conectar directamente con cada una de las situaciones tratadas en la obra y quienes, ciertamente, encontrarán el tono más amigable de digerir.
A lo largo de toda la obra se ha hablado de fútbol, pero en ningún momento se ha representado una partida. Lo más cercano es una de las muchas proyecciones que se proyectan en lo alto del escenario en la que se ve a las jóvenes entrenando en una cancha llanera. Sin embargo, cuando llega la punto climático de la puesta en escena, se representa el crucial juego con las baquetas de los tambores en una propuesta ingeniosa, precisa y contundente para transmitir la urgencia del evento. La dirección de Everth Yamil García Islas para “Respira y Chuta” consigue que el público se comprometa con el montaje, llevándolo a que vitoree los logros, se una a un canto de apoyo a una de las jugadoras o exprese su desilusión cuando el balón no entra en la portería. Ciertamente, la propuesta eleva aún más el nivel de melodrama, lleva los personajes a niveles casi estereotípicos como en el caso de Beckham como la antagonista, y el uso del video no aporta mucho a la propuesta. No obstante, su manera de conducir el flujo narrativo, así como el uso de la escenografía diseñada por Salvador Almanza en la que el mundo real y el de la cancha se dividen claramente con pasto artificial y una media gradería resaltan la escena con pocos elementos bien manejados.
La chicharito, muy a su pesar, toma una clase de ballet. Lo intenta, de verdad que pone su mejor esfuerzo, pero es incapaz de disimular su frustración o conseguir los precisos movimientos dancísticos que le impone su maestra. En su mirada se percibe su conflicto por querer mejor estar en las canchas. El elenco conformado por Tayde Pedraza, Sofía Herrera, Verónica Villicaña y Daniella Saucedo es la verdadera joya de “Respira y Chuta”. Con una amplia y contagiosa sonrisa, Pedraza toca el tambor, con rabia empuja a su contrincante fuera de la cancha, con emotividad toca la guitarra y con destreza domina el balón unas 25 veces. Todo esto realizado con una energía que se transmite hasta las butacas en su franca entrega a la puesta. Por su parte, Villicaña consigue adueñarse de las frustraciones que vive la Chicharita en un muy verdadero conflicto por complacer a su padre y la necesidad de patear un balón al interior de una portería. El conjunto es sólido, capaz de llevar el melodrama a un lugar asequible por el público al que está dirigida la puesta en escena.
Bajo la línea curatorial de Teatro para niños, niñas y adolescentes y representando al estado de Michoacán, “Respira y Chuta” es un muy entretenido y a la vez contundente grito por la libertad de ser quien uno quiere ser sin tener que vivir bajo la sombra de lo que dicta la sociedad. Se presentó en el Teatro Benito Juárez de la Ciudad de México dentro de la 39 Muestra Nacional de Teatro.
Créditos de fotografías: José Jorge Carreón, Raúl Kigra y Sebastián Kunold.