Para quienes quieren reír mucho con tres psicóticos relatos que no tienen nada de navideños.

PSICOSIS DECEMBRINA

Por Juan Carlos Araujo

El número de asistentes a las reuniones de P.A. siempre aumenta en estas fechas. ¿Será que la emoción de las fiestas decembrinas hace que aflore con más intensidad el malestar que aqueja a cada uno de los presentes? Los regalos, la cena del 24, las reuniones con familiares y la próxima llegada de Santa Claus siempre son motivos de estrés, y en estos tiempos delicados es cuando los miembros de este grupo se encuentran más vulnerables por lo que hay que dejarles hablar. Inmediatamente se nota que esa mujer que claramente odia a los hombres quiere tomar la palabra, aunque el hombre con la hogaza de pan y una botella de sidra también se ve ansioso por compartir algo; quizás la mujer que lo acompaña y que carga un misterioso regalo quiera también hablar de sus pensamientos. No importa, en Psicóticos Anónimos todos tienen la oportunidad de expresar sus malestares y en la Navidad todos tienen algo de que quejarse. Tomémonos de las manos y hagamos un círculo de confianza, que esta sesión está a punto de comenzar.

Desde hace algunos años la comunidad teatral de  nuestro país celebra la Navidad con dos tradiciones diametralmente opuestas: las pastorelas y las obras anti-navideñas. Mientras que por un lado se celebra con todo fervor, pasión y muchas veces con una buena dosis de humor el nacimiento de Jesucristo, del otro se encuentran relatos llenos de sarcasmo, ironía y cantidades abundantes de humor negro para verdaderamente pitorrearse de todo aquello que tenga que ver con esferas, arbolitos, trineos, renos o cualquier cosa alusiva a estas fechas. Es en este punto donde aparece el dramaturgo Hiram Molina para presentar “Psicosis Decembrina”, una obra conformada por tres cómicos monólogos que garantizan una excelente velada en la medida que el espectador se dé permiso de carcajearse de situaciones que de entrada parecieran no tener nada de graciosas.

El asesinato, la brujería, sangre por todos lados, la poca delicadeza y educación de los hombres en la actualidad, la cabeza parlante de una abuela tercera, una vecina sola y muy cachonda, cerdos, una esposa olvidadiza, el Perú y las compras de último minuto son temas que salen a flote durante una reunión de Psicóticos Anónimos, el marco de acción que utiliza Molina para presentar, junto con la directora Anabel Domínguez, “El Asesinato de los Diez Amantes”, “Fidel, Pan y Vino” y “Con Todas Menos Conmigo”. Cada uno de estos tres divertidos monólogos hace gala de una enorme cantidad de ingenio, talento y un humor sumamente negro y ácido que resultará una delicia para aquellos que decidan sacar a pasear a su Grinch interno.

El recorrido inicia con Anabel Domínguez interpretando “El Asesinato de los Diez Amantes”, texto que ya se había presentado con anterioridad dentro de los Cuentos Anti-Navideños del Teatro La Capilla, donde una mujer descrita por quienes la conocen como “la pinche vieja loca” expone sus múltiples y variadas razones para abominar al género masculino, quienes apenas merecen el denominador de cerdos. Un relato cargado de vísceras y sangre que cobra verdadera vida gracias a la comiquísima manera en que Domínguez aborda a su personaje, una bizarra mezcla entre una bibliotecaria conservadora, una amargada absoluta y una oligofrénica obsesionada con el Manual de Carreño. Sin duda, el bocado perfecto para iniciar el recorrido por “Psicosis Decembrina”.

El segundo monólogo corre a cargo del dramaturgo. “Fidel, Pan y Vino” transforma a Hiram Molina en un desesperado esposo que sencillamente ya no puede lidiar con las exigencias de último momento de su esposa, apenas minutos antes de que comience la cena de Navidad. La búsqueda frenética por pan y sidra en una época donde esa sencilla tarea se convierte en una verdadrera misión imposible poco a poco se va volviendo un desquiciado río de sangre que impactará tanto por su gracia como por su sadismo. Molina divierte mucho, sin duda, sobre todo cuando describe con detalle la manera en que Fidel logra conseguir cada una de las peticiones de su esposa, pero debe de mantener su personaje a lo largo de toda la obra, no sólo cuando esté en escena, ya que su propio divertimento durante los otros dos monólogos puede resultar en un quiebre de la ficción.

La velada cierra con broche de oro presentando “Con Todas Menos Conmigo” estupendamente interpretado por Christel Klitbo. La bizarra historia de una “niña bien” que viaja al Perú en busca de los restos de Sarah Ellen, su abuela tercera que fue torturada y asesinada por sospechas de brujería, se convierte en un oligofrénico homenaje a el séptimo disco de una banda juvenil de música pop gracias a la absoluta entrega de Klitbo, quien resulta cien por ciento convincente en su papel, consiguiendo que los asistentes no paren de reír ni por un segundo durante todo el monólogo. Sin duda, a nivel dramatúrgico, de dirección y actoral, “Con Todas Menos Conmigo” resulta ser la mejor y más extraña opción de la noche.

Amo la Navidad. Diciembre recién ha comenzado y tres árboles de navidad ya adornan mi casa. Sin embargo, yo confieso que uno de ellos es un árbol negro con decoraciones alusivas a Halloween en homenaje a Jack Skellington y una de las obras maestras de Tim Burton “The Nightmare Before Christmas”. Disfruto enormemente de las celebraciones, de los regalos y de todo aquello que diga Navidad, pero hay también un pequeño demonio interno dentro de mí que también adora burlarse de todo esto. Los invito profusamente a que liberen su lado más oscuro, dejen escapar a ese psicópata que llevan dentro y vayan a aplaudir el magnífico trabajo que Hiram Molina, Anabel Domínguez y Christel Klitbo realizan en “Psicosis Decembrina”. Santa Claus los pondrá en su lista de mal portados si no lo hacen. ¿Se van a arriesgar?

 

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(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

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