PERSONAS, LUGARES Y COSAS

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Para quienes desean acompañar a una gaviota herida en su brutal travesía hacia la rehabilitación.

PERSONAS, LUGARES Y COSAS

Por Juan Carlos Araujo
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas

“¿Qué nombre pongo en la hoja?”

Nina se colapsó en escena, el drama chejoviano convertido en un desastre producto de cualquier cantidad de sustancias corriendo por las venas de una actriz que se cree demasiado inteligente para su propio bien. Ahora, en el interior de una instalación médica y usando el nombre de Emma, la mujer pasará por los horrores de la desintoxicación, se enfrentará a una doctora que constantemente le recuerda a su madre, confrontará a un grupo de personas pasando por un trance similar con una superioridad moral que en realidad oculta cuán profundas son sus heridas. Ella se quiere “graduar”, quisiera estar libre de adicciones, pero para lograrlo, una loba solitaria de muchos nombras tendrá que primero ser honesta, declararse indefensa, y enfrentar el infierno que ella misma construyo para sí misma.

“Necesito que me des contexto de tu historial de consumo.”

Una dura y potente visión a la adicción a las drogas y el alcohol, así como al doloroso proceso que conlleva la rehabilitación, es el centro del discurso de la obra “Personas, Lugares y Cosas” del dramaturgo inglés Duncan Macmillan. Escrita originalmente con la intención de crear un vehículo actoral para una actriz, dado que el autor notaba una fuerte ausencia de roles femeninos desafiantes en el teatro contemporáneo, la obra pone el foco en Emma, una actriz adicta que ha visto como su vida se colapsa a causa del abuso a sustancias, y su llegada a una clínica de rehabilitación. Con ácido humor, veracidad y dolor, el dramaturgo entreteje el camino hacia la recuperación de Emma con un potente discurso en torno a la imposibilidad que muchas personas viven diariamente con el lidiar con una existencia que les resulta insatisfactoria, frustrante, plagada de rechazos y soledad, y donde la ficción pareciera ser más llevadera que la realidad.




 “Tienes que ser completamente honesta o el proceso no va a funcionar.”

En sus primeras sesiones de terapia de grupo, Emma es hostil, negada a cualquier tipo de participación, crítica no sólo de los procesos, también de quienes participan, un grupo de adictos en recuperación como ella, aunque ella así no lo vea o no esté dispuesta a aceptarlo, y quienes estarían en la mejor disposición de ayudarla si tan sólo se lo permitiera. Entre enfrentamientos con médicos y guías, siendo atacada verbalmente por un viudo fuera de control o padeciendo los dolores físicos que conlleva la desintoxicación, lidiando con sus demonios familiares o con su propia mente llena de ruido pseudointelectual, Emma chocará, literalmente, hasta llegar a un punto de colapso que la dejará hueca por dentro, lista para comenzar su reconstrucción.

“A mí la realidad me resulta un poquito difícil.”

La dramaturgia de Macmillan se ha distinguido por su habilidad de tocar temas profundamente sensibles para las jóvenes generaciones de una manera real, dolorosa y veraz, a la vez siendo profundamente entretenidas e incluso divertidas a partir del uso de un ácido sentido del humor. Esto se puede apreciar en Pulmones, donde aborda el tema de la paternidad en un mundo al borde de la destrucción climática, o con Puras Cosas Maravillosas, donde el suicidio es el tema central. Con “Personas, Lugares y Cosas”, título que alude a los detonadores que los adictos tienen para consumir, el autor crea en el personaje de Emma no sólo a una mujer controlada por las drogas y el alcohol, también da voz a millones que prefieren evadirse en la fiesta, en tomar toda la noche o inhalar una línea de coca, en vez de enfrentar todo aquello que les hace infelices. Es en esta capacidad de volver universal el discurso de la obra, de convertir el uso descontrolado de drogas en un espejo en el que el espectador se confronta con sus propias inseguridades, heridas y dolencias, que Macmillan crea su más potente obra a la fecha.




“Por muy intelectualmente inferior que sea, estoy tratando de salvarte.”

Lámparas de halógeno reflejan el estado alterado de Emma, palpitando, tomando tonos blancos helados o verdes oscuros. Cuando comienza su proceso de desintoxicación, varios miembros del elenco se visten como ella y cubren su cara, para representar las diferentes etapas del proceso, como el vomitar, tener temblores incontrolables o sentirse paranoico. Con pocos elementos, como un módulo rectangular, blanco, y alto de madera, el espacio pasa de ser una función de La Gaviota de Chéjov a el interior de un antro, a la sala de recepción de una clínica de rehabilitación. Cuando Emma se enfrenta a sus demonios, la escena pareciera surreal, con distintas versiones de la misma persona apareciendo en la mente de la protagonista, como son los enfermeros en turno. Sin embargo, al momento de estar en la terapia de grupo, el tono es completamente realista, las palabras tienen que resonar desde la honestidad con que se escenifican.

“Si me niego la capacidad de decisión, ¿quién soy?”

La dirección de Paula Zelaya Cervantes en “Personas, Lugares y Cosas” captura el camino de Emma, en todo su horror y dolor, sin por ello crear una obra densa o difícil de recibir. Muy por el contrario, explotando las capacidades actorales de su elenco y el humor inherente en el texto, y estableciendo variaciones tonales a lo largo de los dos actos para crear un ritmo ágil y fluido en el que las palabras alcancen su máxima potencia, el montaje que se propone es de fácil recepción, elemento esencial para que la audiencia conecte de manera más profunda con tan dura temática. Apoyada por la iluminación y escenografía de María Vergara, la música original de Dulce Mariel y el vestuario de Fernanda García, Zelaya Cervantes demuestra, una vez más, su capacidad de llevar a escena temas delicados con profunda teatralidad, desarrollando montajes que llevan al espectador por una travesía emocional que trastoca, impacta y transforma.




“Creo que me intenté suicidar.”

Al llegar a la clínica, el habla de Emma está afectada, arrastra las palabras, situación que desaparece cuando su cuerpo está libre de sustancias. Al enfrentarse a la doctora que la atiende, una mujer firme, dispuesta a ayudar, pero estableciendo límites, Emma es condescendiente, llena de ego y autosuficiencia, hablando de Foucault para sentirse superior, características que perderá cuando vuelve una segunda vez a la clínica vencida y ensangrentada, rogando por asistencia. Saúl, uno de los adictos que conoce Emma, pasa de ser una bestia feral a un ser iluminado, mismo que encarna en un ejercicio al papá de la protagonista con nerviosismo y respeto, estrujándose las manos todo el tiempo, cosa que no es propiamente en línea con la realidad. Por su parte, la guía de la terapia de grupo, mucho más hippie en su arreglo, se muestra como una más del equipo, alguien más accesible, pero con autoridad, que cuando asume el rol de la madre de Emma, es una mujer dispuesta a escuchar y perdonar, alguien que no es la mujer dolida y rendida, fúrica y resignada, que recibe a su hija en su casa ya sin esperar nada más que una decepción más.

“Si no tengo un personaje, no estoy segura de que existo.”

El reto actoral que le representa “Personas, Lugares y Cosas” a Ana González Bello es, sin temor a exagerar, monumental. Encarnar a una mujer rota y dominada por la adicción, violenta y acorazada, hiriente y agresiva, para después mostrarse vencida, frágil y vulnerable, casi como una niña desvalida, todo esto con realismo y humor, con un ritmo que sostiene por lapso de casi dos horas y media, es un logro a manos llenas que la actriz alcanza a través de la creación de un personaje tridimensional que se aleja de trabajos previos. En el simple tomar de la mano a quien representa a su hermano muerto, o en el escuchar a su padre y madre reaccionar a su rehabilitación con la cara fracturada por las heridas que ella misma ha ocasionado son pruebas fehacientes del crecimiento actoral que González Bello ha alcanzado. A su lado, tanto Alejandro Morales como Lisa Owen entregan dos actuaciones dignas de una ovación de pie, ambos desplegando su rango actoral, capaz de cambiar de personaje, o transformarlo, en segundos, con un rápido cambio de vestuario, con una nueva corporalidad, con la experiencia que llevan sobre el escenario al servicio de la puesta en escena. El elenco se completa con Luis Eduardo Yee, Juan Carlos Medellín, Lilia Navarro, Marcos Radosh, Samantha Coronel, Rodrigo Olguín, Michel Santré, Marco Gatica y Mon de Monarca, todos entregando un trabajo sólido y en línea con la propuesta del montaje.

¿Cómo crees que acaba este cuento?”

Todos tenemos historias trágicas que contar, razones suficientes para rendirnos y entregarnos a los excesos que ayudan a evadir la realidad, heridas que por más años que tengan sigan doliendo en lo más profundo del alma. Es en las decisiones que tomamos, en la responsabilidad que asumimos de nuestra propia existencia en vez de culpar a los demás de ella, que se aprende a vivir en un mundo que a veces se siente como demasiado difícil para seguir. Rupturas amorosas, demasiadas muertes, discriminación y odio a mí mismo me pudieron haber destruido, guiado por el mismo camino de Emma, convertirme en una gaviota herida en busca de consuelo en una copa, en una jeringa. Elegí la alternativa, elegí la vida, y en ella sigo trabajando por encontrarme y ser lo más feliz que se pueda.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Personas, Lugares y Cosas

DRAMATURGIA: Duncan Macmillan

ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN: Paula Zelaya Cervantes

ELENCO: Ana González Bello, Lisa Owen, Alejandro Morales, Luis Eduardo Yee, Juan Carlos Medellín, Lilia Navarro, Marcos Radosh, Samantha Coronel, Rodrigo Olguín, Michel Santré, Marco Gatica y Mon de Monarca.

DÓNDE: Foro Lucerna

DIRECCIÓN: Lucerna 64 esquina con Milán, Colonia Juárez.

CUÁNDO: Lunes 20:00 horas Hasta el 12 de Enero 2026.

COSTO: $500. Boletos en taquilla y en Boletos para Personas, Lugares y Cosas | Detalle de fechas para Más Teatro y Culturales | Ticketmaster MX

DURACIÓN: 150 minutos con un intermedio de 10 minutos.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.

 

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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