NUNCA SE ES DEMASIADO VALIENTE
Para quienes se quieren unir a Bruce Willis en la lucha contra las nubecitas.
NUNCA SE ES DEMASIADO VALIENTE
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“¡Un niño me abrazó!”
Los archivos históricos del mundo han sido borrados, ya no hay memoria del pasado, y la civilización se ha dividido entre los chingones y los nubecitas. Mientras que unos creen en un régimen militarizado, inspirado por los preceptos incuestionables de los Scouts, donde una amabilidad puede ser sinónimo de una bofetada en la cara, los otros viven en un mundo degradante y repulsivo lleno de fiestas sorpresas, sonrisas y, peor aún, cariño. Una división social de esta magnitud no puede permitirse, una de estas dos facciones debe ser destruida. Nada más hay que esperar a que llegue Bruce Willis para que encabece la revolución.
“Están viendo la tormenta y salieron a jugar canicas.”
Un mundo distópico donde todas las reglas del buen convivir se han convertido en algo detestable es el punto de partida para que Hamlet Ramírez, Sara Pinet, Raúl Villegas y Luis Eduardo Yee escriban, dirijan y actúen “Nunca se es Demasiado Valiente”, una muy inteligente comedia que critica con mordacidad e ingenio a toda una serie de sectores sociales, dependiendo de la lectura que se le quiera dar a la obra. Ya sea interpretada como una cachetada a los defensores de las buenas costumbres, a la clase política gobernante, a los ecologistas, a los puritanos del lenguaje, los hispters o a todos juntos por igual, “Nunca se es Demasiado Valiente” resulta sumamente entretenida por la seriedad con que cuatro ineptos rebeldes se enfrentan a una situación por demás ridícula donde jamás habrán de ganar.
“¿Por qué nos atacan utilizando globos, confeti y pastelitos?”
A través de un lenguaje florido y libre de toda censura, diálogos rápidos y fluidos, y desvirtuando por completo el decálogo de los Boy Scouts, “Nunca se es Demasiado Valiente” consigue pitorrearse de una sociedad que pareciera deleitarse en quejarse absolutamente de todo, lo que sea, en una constante muestra de inconformidad. Ya sea tratando de escapar con terror del dulce abrazo de un niño, declarando con absoluta seriedad la guerra en contra de la bicoloridad del lenguaje o tratando de entender la última carta que el líder del grupo ha dejado, cada nuevo giro en la historia que sufren los rebeldes arranca carcajadas sobre todo por la gran inteligencia con que ha sido construida la anécdota.
“Tal vez ser nubecita es progreso y no degradación.”
A nivel escénico, “Nunca se es Demasiado Valiente” resulta sumamente eficaz con apenas unos cuantos elementos muy bien aprovechados. Un baúl, una gorra militar, una película VHS, una muy acabada botarga de león, algunos cacharros de cocina y un evidente entendimiento de lo que conforma la teatralidad contemporánea consiguen que la dirección de “Nunca se es Demasiado Valiente” se aproveche de la fantástica comunicación y confianza que existe entre los miembros del elenco para así poder explorar con libertad aspectos de fisicalidad escénica con absoluto desenfado. El manejo preciso del tono de comedia dentro de una situación que podría a momentos antojarse como fársica es un elemento importante adicional que se aprecia y agradece, pues mantiene el ritmo de la obra constante y congruente con la propuesta misma.
“No hay Bruce, no hay héroe.”
La entrega con que cada uno de los actores se deja llevar por su personaje en “Nunca se es Demasiado Valiente” es evidente y exitosa. Ver a Hamlet Ramírez liderando con convicción pero mucha ineptutud, a Sara Pinet tratando de sonreír y ser agradable cuando lo que quisiera es golpear a alguien o a Raúl Villegas auto abofeteándose por no cumplir con las reglas de impropiedad son constantes motivos para reír y apreciar el maravilloso logro teatral que se consigue cuando el grupo es sólido. Completando el cuadro, Luis Eduardo Yee consigue resultados acertados como el miembro más estoico del grupo. Sin duda Ramírez, Pinet y Villegas han conseguido posicionarse como fuerzas imparables en la escena mexicana actual y en este montaje demuestran una vez más el por qué.
“Un Scout silba ante las dificultades.”
Todos somos diferentes. Todos tenemos opiniones, gustos y posturas diversas y es por ello que durante toda la historia de la humanidad siempre han habido guerras. Ya sea por el color de la piel, por tener religiones distintas o por mantener posturas políticas en conflicto, el ser humano nunca ha aprendido a lidiar con sus diferencias de forma pacífica. Es por esta razón que un amante de los globos y el confeti nunca podrá estar en paz con quien ama el sonido de una bala saliendo disparada de un arma. Yo me declaro una nubecita, amante de los globos y del confeti, pero no por ello dejo de estar en contra de muchas cosas que otros creen. Supongo que todo se resolvería con el simple uso de la palabra respeto. Sin embargo, estoy convencido de que todavía nos falta mucho por evolucionar como raza antes de poderla aplicar.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Nunca se es Demasiado Valiente”
DRAMATURGIA, DIRECCIÓN Y ACTÚAN: Sara Pinet, Luis Eduardo Yee, Hamlet Ramírez y Raúl Villegas.
DÓNDE: Foro “El Bicho”
DIRECCIÓN: Colima 268, esquina con Insurgentes. Colonia Roma. Estación de Metrobus Durango.
CUÁNDO: Lunes 20:30 hrs.
COSTO: Cooperación voluntaria sugerida $150. Entrada general. Reservaciones en nuncaseesdemasiadovaliente@gmail.com
DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio
DATOS DEL TEATRO: Un foro independiente en el corazón de la Roma que apuesta por un teatro diferente e innovador. No cuentan con lugar para estacionarse, pero hay estacionamientos públicos en el área.