NO ME OLVIDES

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La masculinidad puede ser un huracán devastador o una montaña donde los sentimientos afloran en su cima.

NO ME OLVIDES

Por Juan Carlos Araujo
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas

El abuelo ha llegado a casa de su hijo y nieto. La excusa, pedir ayuda para cambiar una llanta. La realidad, miedo ante la tormenta que se avecina y preocupación por la seguridad de su familia. En una primera escena la obra ha revelado la incapacidad de un hombre para expresar sus sentimientos, padecimiento que ha permeado a su hijo y del que su nieto se resiste a sus efectos. Tres hombres, gorilas que se golpean en señal de afecto, que prefieren el silencio a vulnerarse, se enfrentan a los vientos de un huracán que devastó Acapulco, pero que los llevó a un acto que pareciera imposible dentro del tóxico heteropatriarcado: darse un verdadero abrazo.  

La forma en que se construyen las masculinidades desde el entorno familiar, las prácticas tóxicas que se transmiten de una generación a la siguiente, y las dinámicas con que los hombres se relacionan entre sí, desde sus limitantes afectivas, todo en conjunción con la devastación sucedida en Acapulco por el huracán Otis en 2023, son las aristas que explora “No me Olvides” de la compañía teatral guerrerense Culebrinas Arte Acapulqueño. En voz de tres generaciones, cada una con sus propias heridas a causa de la figura masculina que le antecedió, la obra escrita y dirigida por Rodolfo Soto es una mirada necesaria y crítica a la manera en que sistémicamente los hombres han sido condicionados a actuar de una manera que en 2025 ya no debe de seguir siendo normalizada.  

El abuelo llevó a su hijo a la montaña. Sólo hay un arriba y un abajo, un principio y un final, le decía, frase que repitió a su nieto cuando realizó el mismo acto con él años más adelante. Este ritual, que implicaba llegar a una cima donde no había nada, era la manera de un hombre de expresar afecto, de pasar tiempo con su familia, de ser vulnerable sin poner en riesgo su virilidad, ideas que le fueron inculcadas desde el pasado. Héroe o villano, mentor o fumador empedernido, este hombre entenderá que el sabor Passion Fruit también es de hombres.  

Tras la pandemia el movimiento feminista cobró una gran fuerza, llevando el péndulo social hasta el extremo de la misandria con declaraciones como que todo peneportante es un violador. En un regreso a una realidad más equilibrada, “No me Olvides” no niega la toxicidad masculina, la critíca y visibiliza desde la dramaturgia, pero con un enfoque amoroso, balanceado, que no justifica ni avala, pero que sí explica y contextualiza. Es en el manejo de las tres generaciones que se da este equilibrio, desde ver actos similares entendidos a partir de diferentes edades y realidades, en realizar rompimientos con la ficción para que los actores discutan desde la distancia a sus propios personajes y traten de entenderles. Ciertamente, a momentos la dramaturgia cae en lugares comunes y en lo discursivo, más dentro del pulso actual, estos elementos se pasan de largo para dar foco al discurso raíz de la obra el cual tendrá enorme resonancia en la audiencia masculina heterosexual.  

El inicio de la obra es una vorágine que refleja la tormenta que se avecina y los mecanismos emocionales que se activan en los tres hombres de la obra. Visualmente es interesante, más oscurece la narrativa cuando apenas se comienza. Una tabla de madera en diagonal a donde brincan los tres da pie a una coreografía donde se van palmeando entre ellos, hombres caminando en cuatro como si de gorilas se tratara toman palos de madera que golpean en el piso de manera casi ritualistica, un plástico de gran tamaño los va cubriendo, simbolizando el huracán, y un forcejeo con una soga entre un gato y un león son algunas de las dinámicas físicas que se desarrollan en menos de 15 minutos, todo esto mientras entre las butacas Enock Rodríguez musicaliza y crea ambientes con un violoncello.  

La dirección de Soto combina toda una gama de elementos que incluyen el teatro de objetos, la música en vivo y movimientos escénicos cuidadosamente coreografiados para la escenificación de “No me Olvides”. Desde el usar unas figuras de acción de Batman, Robin y Superman para simbolizar las formas en que abuelo, padre y nieto se relacionan, hasta el uso de pelotas de gimnasio para marcar los intentos fallidos de comunicación entre un joven y su papá, incluyendo la explosión de una ventana lanzando papelitos al aire, la construcción de la puesta en escena demuestra una meticulosa orquestación que, aun cuando pueda ser abigarrada a momentos, o innecesaria, como la inclusión de dos falsos finales al término de la obra, mantiene la atención del espectador y lo lleva a compenetrarse anímicamente con los personajes interpretados con rigor y entrega por el mismo Soto a lado de Bruno Medellín Mota y Leonardo Cuesta Mazorra,   

“No me Olvides” de Culebrinas, Arte Acapulqueño y representante del estado de Guerrero, se presentó en el Teatro de la Ciudad el lunes 10 de Noviembre de 2025 dentro de la 45 Muestra Nacional de Teatro en la ciudad de Cancún, Quintana Roo. 

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: No Me Olvides

DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Rodolfo Soto

ELENCO: Bruno Medellín Mota, Rodolfo Rolando Soto Martínez y Leonardo Cuesta Mazorra

DÓNDE: Teatro de la Ciudad

DURACIÓN: 75 minutos sin intermedio.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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