Para quienes quieren escuchar cantar a una verdadera intérprete.

NATALIA SOSA EN CONCIERTO

Oscuro. Una voz nos da la bienvenida. Es ella, Natalia. Un cerillo se enciende y una vela cobra vida y con ella el concierto comienza. Se ilumina el escenario y no hay más allá de un sillón, un viejo baúl con flores encima, un álbum de fotos y un retrato. Y claro, ella. No se necesita más. Su voz es lo único que necesitamos para pasar una velada deliciosa.

Natalia Sosa es valiente, no me queda la menor duda. Valiente por presentarse en un espacio como “El Bataclán”, donde las distancias entre cantante y público son mínimas, creando un ambiente no sólo íntimo sino un tanto atemorizante, la verdad. Valiente también pues, siendo que Natalia es conocida principalmente por su trabajo como cantante en musicales, decide no interpretar las canciones que sus fans han oído en su voz en los grandes escenarios como “Memory” de Cats u “On my Own” de Los Miserables.

En vez de complacer de manera fácil, Natalia eligió llevarnos por sus recuerdos, desde su natal Veracruz hasta sus inicios en Ciudad de México. Una mezcla entre bellas canciones de José Luis Rodríguez, Tin Tán y Yuri, entre otras, y sus recuerdos que compartió a manos llenas. Oírla cantar “Mi Vida”, con la cual ganara el tercer lugar del concurso OTI, o el son jarocho “La Bruja” fueron parte de un recorrido ecléctico y memorable que ofreció sentada como si nos hubiera invitado a la sala de su casa a pasar una cómoda tertulia. Esto no era un show, sino una hermosa serenata al oído a los espectadores que llenaron el espacio.

Natalia Sosa no canta. No canta porque no es una cantante. Cantantes hay muchas, esparcidas por toda la escena musical del país. Natalia es un bicho raro de los que ya no quedan muchos, es una intérprete. Ella vive cada canción, la siente, la goza o la sufre dependiendo de lo que esté diciendo la letra. Es por ello que cuando le canta al retrato de su madre o cuando nos ofrece una bachata, sus emociones se dejan sentir por todo el lugar, contagiando de melancolía, de amor o de alegría. Dos momentos perfectos para ejemplificar esto fueron “Fuera de mi Vida” de Valeria Lynch y “Yo Por Ti” de su disco Traicionada. La piel sencillamente se erizaba.

¿Algún reclamo? Sí, tengo dos. El primero fue, como ya mencioné, el que no cantara aunque fuera una sola gran balada de Broadway. Se le perdona ya que las canciones que interpretó y su misma personalidad alegre y sencilla, aunque diga lo contrario, nos hacen divertirnos cada vez más. El segundo, y ese sí no lo perdono de ninguna manera, el que sólo durara una hora y media el concierto. Quería más, mucho más. ¿Cómo no quererlo si esa voz resulta adictiva con su poder y su dulzura?

Westend México es una nueva productora de teatro y espectaculos que está apostando a una nueva forma de entretenimiento. El concierto que ofreció Natalia es parte de una serie de cuatro que incluyen a Efraín Berry, Mauricio Martínez e Italo Londero. Se presentarán los días 19 y 26 de Septiembre y el 3 de Octubre respectivamente, ahí mismo, en “El Bataclán”.

Les tengo una buena noticia. Para aquellos que lean este artículo y quieran vivir la hermosa velada que yo viví, Natalia Sosa se presentará en “FatCrow” de Antara el próximo 8 de Noviembre. Vayan y aplaudan a una de las más grandes intérpretes de los escenarios tanto teatrales como musicales de este país.

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