MARY POPPINS
Para quienes quieren ver la clásica historia de Disney en una producción espectacular
MARY POPPINS
Una mancuerna imposible de resistir para todos los amantes del teatro musical: Ocesa y Disney. En 1997, cuando se estrenó en México “La Bella y la Bestia”, reviviendo oficialmente al teatro musical después de un largo letargo, recuerdo que mi reacción fue claramente la de estar viendo por primera vez una caricatura en vivo. Sencillamente no podía creer con mis propios ojos que se pudiera recrear una escena como la de “Be our guest” sobre un escenario. Además, si he de ser honesto, tenía muchas dudas de que en verdad se pudiera hacer un musical de calidad internacional en nuestro país en ese entonces. 21 musicales después, Ocesa vuelve a hacer equipo con Disney para traernos Mary Poppins, el musical. La magia no se ha extinguido.
Basado en los cuentos de P.L. Travers y la película de 1964 con Julie Andrews y Dick Van Dyke, Mary Poppins nos cuenta la historia de la familia Banks, una tradicional familia londinense de principios del siglo veinte, que es revolucionada hasta sus raíces con la llegada de la nueva nana que se encargará de los pequeños Michael y Jane.
Esta premisa realmente simple da pie para una producción que deja boquiabiertos a muchos de los niños que estaban presentes durante la función que atendí como a los adultos, incluyéndome a mí en uno que otro momento. Gris, café y negra en los momentos de realidad, la obra toma todos los matices de los colores existentes en cuanto entramos al mundo mágico que trae Mary Poppins guardado en su maletín. Desde detalles tan sencillos como un french poodle verde hasta un viaje por las estrellas, estatuas vivas y cocinas que se destruyen y reconstruyen son parte del juego visual que hace de Mary Poppins una delicia.
Es importante aclarar que Mary Poppins no es una versión exacta de la película, sino una mezcla entre los cuentos originales y la adaptación de Disney. Esto lo menciono pues en un momento me sentí confundido al ver como la historia en escena se iba desviando de lo que yo recordaba de mi niñez.
Bianca Marroquin, quien se ha convertido en una leyenda dentro del teatro musical en nuestro país al haber conseguido triunfar en la obra “Chicago” tanto en México como en Broadway, es la encargada de cargar el peso de la obra como Mary Poppins. Antes de ver la obra, había escuchado algunos comentarios negativos con respecto a su actuación. Es mi opinión que Bianca logra el papel exactamente como debe de ser. La cuestión aquí es que Mary Poppins realmente no es una nana dulce y tierna y apapachadora. Es una criatura mágica que se sabe por encima de los humanos, autonombrándose “prácticamente perfecta”. Es una mujer sumamente arrogante que trae lecciones de vida para aquellos que ella considera deben aprenderlas. Qué el método de enseñanza sea a través de magia, canto y danza no la hacen menos, hasta cierto punto, distante y fría. Bianca Marroquín es deliciosamente artificial en este papel pues cada movimiento que hace es calculado y efectivo para transmitir todas estas características del personaje. He de decir que sus “salidas triunfales” de escena son de los momentos más divertidos de la obra.
A lado de ella está Mauricio Salas en el papel de Bert, el amigo y enamorado “mil usos” de Mary. Mauricio llena el papel, lo hace suyo y se nota hasta el último asiento de la sala que tanto está disfrutado hacerlo. Su sonrisa contagiosa y su calidad dancística brillan a lo largo de la sala en un papel que funciona entre un narrador y la contraparte más humana de Mary. Bert podría pasar mucho más desapercibido, si no fuera por los números musicales de “Supercalifragilisticoexpialidoso”, donde la coreografía sencillamente maravilla y marea al mismo tiempo y, sobre todo, por “Vé al Compás”, donde ver a Mauricio bailar tap de cabeza en el techo del teatro es digno de un número principal del Cirque du Soleil.
Una actuación más que quisiera destacar es la de Laura Cortés quien se merece una ovación tanto en el papel de la pordiosera en la plaza que pide “Denles Pan” a las aves, como en el de la nemesis de Mary Poppins, la nana malvada, la srita Andrews. Ver a Bianca Marroquin y a Laura Cortés en una guerra de nanas logró que no dejara de sonreír durante toda la canción.
No todo es perfecto, la verdad. Es mi parecer que la obra a momentos se vuelve demasiado episódica para justificar la duración de dos horas y media que tiene, resultando a momentos un poco pesada, sobre todo para los niños. La obra tiene momentos serios, como las canciónes “Denles Pan” o “Bueno para Nada” que pueden ser hermosos, pero no ayudaron a que los niños de 7 y 9 años que tenía sentados a mi lado se mantuvieran sentados en sus butacas. Sin embargo, el resultado final es positivo pues una vez que Mary Poppins vuela hacia las estrellas al final de la obra, los niños no dejaban de aplaudir y brincar de emoción.
No estoy seguro si Mary Poppins es una gran obra de teatro, pero estoy convencido de que es un gran espectáculo digno de verse y de ser aplaudido. Sus valores de producción y su elenco hacen que sea una gran adición a la lista de grandes musicales que Ocesa nos ha regalado. Yo solo quisiera terminar con una pregunta: ¿Para cuándo “El Rey León”?
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Mary Poppins, El Musical
DIRECCIÓN: Cuahutemoc 19 Colonia Roma, esquina con Avenida Chapultepec.
DURACIÓN: 150 mins.con un intermedio de 15 mins.
FUERA DE TEMPORADA