LUNA
Para quienes quieren ver teatro de cámara experimental.
LUNA
“Uno muere de muchas formas.”La luz azulada de la luna entra por la ventana e ilumina su cara, su cuerpo pero no toca su corazón ni su alma. El dolor, la desesperación, deseos incumplidos, fantasías frustradas, la tristeza y las ilusiones perdidas ocupan ese espacio. El vacío de saber que no queda nada donde alguna vez se quiso tanto.
“Ser mujer es muy cansado.”“Luna”, un monólogo de confrontación directa con el público, nos presenta a Luna, un hombre buscando liberarse de un mundo que considera sus deseos como algo pervertido y retorcido que deben de destruirse. El entorno familiar, la prostitución, el amor y el abuso son explorados dentro del entorno de un hombre perdido en su identidad, en sí mismo y sin ningún futuro por delante. El ser hombre o el ser mujer es irrelevante, sólo quiere ser feliz. Probablemente nunca lo será.
“¿Quieres ser como la puta de tu madre?”“Luna” apuesta a forma por encima de fondo. Honestamente, el tema de la homosexualidad, su aceptación, el travestismo, y los caminos peligrosos por los que puede llevar, no es nuevo. Sin embargo, bien se ha dicho que no hay nuevas historias en el mundo, sólo nuevas formas de contarlas. La forma que proponen, tanto actor como directora, es la de enfrentar al público asistente de forma directa y agresiva con el sentir y pesar del protagonista. La cuarta pared se rompe a medida que Luna se acerca a nosotros, los asistentes, no sólo para enfrentar y dialogar con nosotros, sino para incluso tocarnos, seducirnos y besarnos. Una experiencia fuerte que podría llegar a incomodar a más de uno que no esté dispuesto a enfrentar sus propias inseguridades.
“A los que compran, seguro les gusta lo retorcido.”La directora Xandra Orive tiene muy en claro las imágenes que quiere conseguir. Cuadros llenos de sentimiento y dramatismo son conseguidos a través de un par de tacones, unas velas y una tela que complementan la actuación de su actor. Sin embargo, la juventud de Orive se revela en ciertas decisiones de dirección que se pueden achacar más a su corta experiencia teatral que a una falta de talento. Un sonido de olas, un tanto demasiado fuerte, durante toda la función termina por cansar; Luna yendo de un lado a otro del lugar tratando de llenar el espacio disponible, cuando las palabras y la actuación, no el movimiento, son lo que llenarán por completo el recinto. Una mujer de clara visión y ambición que promete mucho en un futuro, Xandra se beneficiará de una de las máximas del director teatral: separarse de su obra para poder verla como público.
“La primera vez que te ves al espejo te das asco.”La actuación de Wolgang Bischof cae dentro de la misma categoría. La intensidad de su Luna es innegable al igual que su compromiso con el trabajo que realiza. El trabajo de mesa que se requirió para la creación de su personaje se puede notar a los cinco minutos de empezada la obra y uno puede ver en su manejo de diferentes elementos escénicos el fuerte entendimiento de la teatralidad. Ahora, hay que recordar que las grandes actuaciones se caracterizan por su habilidad de matizar y ahí es donde Bischof tiene su tarea a futuro. El azul profundo es un bello color, pero existe toda una gama de colores dentro del arcoíris actoral. Invito a este joven talento a que explote su habilidades explorando esto, consiguiendo un muy necesario equilibrio entre la forma y el fondo.
«Un ser atrapado en un reloj de arena.”Tuve la fortuna de ver “Luna” cuando se presentó dentro de “MicroTeatro: Por Sexo” hace unos meses. No las pienso comparar. Dos visiones absolutamente diferentes partiendo de la misma premisa, cada una con sus valores y áreas de oportunidad. Lo cierto es que “Luna” es una dura y bella historia claramente hecha con el corazón y una magnífica oportunidad para acercarse a lo que una nueva generación de teatreros tiene que expresar a través del arte escénico.
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