LA TERNURA
Para quienes desean carcajearse con una comedia shakesperiana que el bardo inglés jamás escribió.
LA TERNURA
“¡Vivan las islas desiertas para mujeres despiertas!”
La Reina Esmeralda, junto con sus hijas la Princesa Rubí y la Princesa Salmón, han huido de aquello que más detestan a una isla desierta… o al menos eso es lo que ellas piensan. Durante veinte años, el leñador Marrón, junto a sus hijos el leñador Azul Celeste y el leñador Verdemar, han vivido felizmente por 20 años lejos de aquello que repudian… hasta ahora. Este enredo podría ser a causa de un sueño de una noche de verano, podría suceder en una noche de epifanía, o a causa de una fierecilla domada que hace mucho ruido con pocas nueces. La verdad, es que todo lo que habrá de suceder en esta isla no tan desierta es consecuencia de aquel sentimiento del que muchos huyen y temen, pero al que al final sucumben, el amor.
“¿Qué pasaría si naufragasen aquí unas mujeres?”
La guerra entre los sexos, los cambios de identidad, el ingenio para insultar y un poco de magia son algunos de los elementos presentes en las comedias de Shakespeare, todos ellos presentes en la galardonada y aclamada obra “La Ternura” del muy reconocido dramaturgo español Alfredo Sanzol. Evidenciando su vasto entendimiento del teatro isabelino y de la comedia de época, haciendo gala de su habilidad para jugar con el lenguaje, específicamente para crear diálogos llenos de lírica propia del verso blanco, y a partir de crear seis personajes evidentemente ridículos, más no por ello caricaturescos sino complejos en sus virtudes y defectos, Sanzol demuestra que la comedia de Shakespeare es tan actual y divertida hoy en día como lo fue en sus días, haya sido escrita por el bardo mismo o por un colega español en la contemporaneidad.
“¿Es necesario vestirnos con la apariencia de lo que más detestamos?”
Tal y como sucediera en Noche de Epifanía o en A Vuestro Gusto, una mujer, o tres, se disfrazan de hombre para ocultar su naturaleza, provocando enredos y sucumbiendo ante el amor a pesar de las barbas que portan en la cara; como si se tratara de La Fierecilla Domada o de Mucho Ruido y Pocas Nueces, el Leñador Marrón y la Reina Esmeralda claramente se detestan, aun cuando no pueden evitar sentirse profundamente atraídos el uno del otro; haciendo referencia a La Tempestad o a Sueño de una Noche de Verano, la Reina Esmeralda hace uso de la magia que tiene a su disposición, creando al final la más caótica y orgiástica de las confusiones. Más allá de cuán delectable resulta el ir descubriendo las múltiples referencias que “La Ternura” presenta alrededor de la dramaturgia de Shakespeare, la obra de Sanzol es una hilarante comedia perfectamente disfrutable para aquel que no se encuentre versado en el teatro del bardo inglés y meramente busque un divertimento. Al ser claramente ridículos y dignos de crítica los personajes, los argumentos tanto misóginos como misándricos de hombres y mujeres en la obra se reciben con ligereza y libres de cualquier ofensa, adicionalmente porque son lanzados con ingenio que alude al estilo isabelino, al mismo tiempo que se aprecia enormemente la manera en que el autor maneja los juegos de identidad, y la atracción entre hombres por consecuencia, libre de cualquier indicio de homofobia. Tanto para aquellos que conocen a fondo la dramaturgia del bardo inglés, como para quienes meramente buscan una sólida comedia, “La Ternura” es un hilarante texto que desborda ingenio e inteligencia.
“¿Es cierto que nunca habéis visto a una mujer?”
El escenario se encuentra vacío salvo por la presencia de un gran telón azul en la parte trasera, mismo por el que entran y salen los personajes desde distintas aperturas. Son pocos los elementos de utilería, lo que realmente da vistosidad a la puesta en escena es el vestuario de época, diseñado por Estela Fagoaga, que de inmediato transporta al espectador a tiempos isabelinos. Visualmente, la versión mexicana de “La Ternura”, dirigida por Benjamín Caan, hace claros ecos al montaje original en España a cargo del mismo Alfredo Sanzol que hace referencias a la manera de hacer teatro en tiempos de Shakespeare. Tonalmente, Caan maneja la comedia con algunos tintes de farsa, exacerba a algunos personajes o escenas, en un claro intento por buscar la risa fácil del público como si el texto no fuera suficiente para lograrlo. Esto se puede percibir claramente con la innecesaria inserción de canciones populares en un par de escenas; Sopa de Caracol de Garibaldi no tiene nada que hacer en la narrativa de la obra, pero se incluye mientras dos de los personajes preparan la cena en un evidente esfuerzo por hacer un chiste complaciente y más cercano al pastelazo. Una vez dicho esto, es loable el buen manejo de ritmo, mismo que mantiene fluyendo la obra a paso sostenido y dejando respirar y que se fortalezca el humor hasta alcanzar su punto más alto al momento en que la Reina Esmeralda crea el mayor caos con su humo seductor.
“Luchemos juntos por mantenernos separados.”
Cada vez que la Reina Esmeralda tiene una idea, su cara se ilumina con divertida malevolencia, anuncio de que probablemente un nuevo enredo está por acontecer; en el momento en que el muy inocente Príncipe Azul Celeste descubre que se encuentra atraído a la Princesa Salmón, quien está vestida de hombre, lejos de sentir algún rechazo, se siente fascinado ante este nuevo sentimiento que es el amor; cuando la Reina se disfraza como el Príncipe Verdemar, este habla y actúa con la voz y los manierismos de la monarca con toda precisión. El elenco de “La Ternura”, conformado por Alejandro Calva, Mónica Dionne, Arap Bethke, Carla Medina, Pierre Louise y Luisa Guzmán Quintero, se entrega de lleno a la locura que el texto propone con evidente habilidad para la comedia. A pesar de que Calva presenta un leñador Marrón mucho más cercano a la farsa que a la comedia, exagerando cada emoción que presenta al punto de que sus diálogos son más gritados que hablados, se destaca la labor de Dionne, Bethke y Louise, quienes dan una mayor complejidad a sus personajes. Igualmente se aplaude y admira la labor a cargo de Medina y Guzmán Quintero, quienes ya sea como princesas o vestidas de hombre, resultan por demás hilarantes en sus intentos por resistir a sus impulsos o dejándose llevar por completo a ellos.
“La comedia de los errores se ha resuelto.”
Resulta verdaderamente refrescante ver a la casa productora Mejor Teatro poniendo en escena dramaturgias contemporáneas y no textos que tuvieron fama en el siglo pasado, apostando por un elenco menos famoso, pero con mayores tablas en el teatro, y produciendo un montaje divertido e inteligente que no se presenta como una comedia oligofrénica de tintes televisivos. Espero en verdad que “La Ternura” sea la punta de lanza de un verdaderamente mejor teatro, que cree en la inteligencia del público y que no tiene que recurrir a un humor que ya no tiene lugar en 2024. Eso espero… espero…
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: La Ternura
DRAMATURGIA: Alfredo Sanzol
DIRECCIÓN: Benjamín Caan
ELENCO: Alejandro Calva, Mónica Dionne, Arap Bethke, Carla Medina, Pierre Louise y Luisa Guzmán Quintero.
DÓNDE: Nuevo Teatro Libanés
DIRECCIÓN: Barranca del Muerto esquina con Minerva y 2 de Abril. Colonia Crédito Constructor.
CUÁNDO: Viernes 19:00 y 21:30, Sábado 18:00 y 20:30, Domingo 17:00 y 19:30 horas.
NOTA IMPORTANTE: ESTA OBRA ALTERNA FUNCIONES CON OTRA PUESTA EN ESCENA POR LO QUE ES IMPORTANTE REVISAR EN REDES SOCIALES EL CALENDARIO DE PRESENTACIONES.
COSTO: $1250, $1100, $950, $850 y $750. Boletos en Taquilla y en Boletos para La Ternura | Detalle de fechas para Obras de teatro | Ticketmaster MX
DURACIÓN: 110 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.