LA FÚTIL TRAGEDIA DEL CAFÉ INTERNET

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Para quienes entienden que discutir sobre una cafetera a veces esconde todo lo que está mal en la vida.

LA FÚTIL TRAGEDIA DEL CAFÉ-INTERNET

(que no tenía café ni internet)

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (@RiAlCastillo)

“Mercedes… no quiero pelear.”

Hoy es la gran inauguración y lo único que falta para que este día sea perfecto es que lleguen los clientes, ya sea para navegar por alguna página o disfrutar de una buena bebida caliente. Entre cantar una optimista canción del divo de Juárez y estudiar un ensayo iconográfico sobre los cómics, un matrimonio espera pacientemente, tal y como lo dicen los libros de Osho, a que se abra la puerta del negocio. Quién sabe, en una de esas alguien al llegar se fija en las magníficas pinturas con figuras de nariz chueca que cuelgan de la pared y hasta podría comprarla. No se engañen, este no es un café internet, es un infierno de donde nadie podrá escapar.

“¿Por qué nos ponemos así por una estúpida cafetera?”

El dramaturgo y director Carlos Talancón, quien recientemente fuera galardonado por los premios ACPT por su obra “La Cría” (crítica en www.entretenia.com), ofrece una ácida, violenta y cruda disección de un matrimonio absolutamente disfuncional bajo la fachada de una comedia ligera alrededor de la apertura de un nuevo negocio en su obra “La Fútil Tragedia del Café Internet”. Lo que en un principio provoca risa, como es una discusión sobre la gente que toma café en un café internet con claros toques absurdistas que remite de inmediato a La Cantante Calva de Eugene Ionesco poco a poco se van deformando en un cruel y feroz ataque entre dos personas que juraron estar juntas por el resto de sus vidas.

“Uno lleva en su interior la semilla de su propia derrota.”

Ciertamente el trabajo de Talancón como dramaturgo en “La Fútil Tragedia del Café Internet” es interesante y bien elaborado, a pesar de que podría pulirse aún más para que la toda la situación absurda e ingeniosa que se desarrolla entre el matrimonio conformado por Juan y Mercedes sea entretenida, como lo es sin duda, pero sin que se estanque en la parte media de la obra impidiendo un avance en la progresión dramática. De igual manera habría que darles una mayor contundencia a ciertos elementos presentes en la narrativa, específicamente en lo concerniente al personaje de Abraham, para que el público no se quede con puntos sin resolver. Una vez dicho esto, la obra es en verdad un deleite, insisto, sobre todo por los ecos que tiene a la dramaturgia de Ionesco, de Beckett o incluso de Yazmina Reza con su afamada obra Arte.





“En esta vida quien no vende no vale nada.”

Dentro del concepto de invasión que se le hace al Hostal Regina dentro del movimiento de Espacios Mórbidos, “La Fútil Tragedia del Café Internet” logra explotar de lleno las oportunidades que esto le ofrece gracias a una sólida dirección del mismo Carlos Talancón. De tal manera que una pelea puede suceder ante los ojos de los espectadores, o en el cuarto contiguo donde incluso se destruirán piezas nada baratas de tecnología, pero de manera invisible para el público o incluso llevarla al exterior del cuarto donde se presenta la obra para gritar a los cuatro vientos un arranque histérico de una mujer desesperada. Esta convención, aunada a un buen ritmo que logra llenar silencios con todo lo que Juan y Mercedes quisieran gritarse a la cara logra que el montaje funcione dentro del espacio que tiene a su disposición.

“Toda mi vida esperé mi gran momento y no llegó.”

Un acto de violencia a punto de consumarse se convierte en un desesperado abrazo que trata de callar todo el dolor e ira que su esposa le acaba de provocar en el alma; el simple comer de una galleta que encierra un desdén palpable hacia la persona con quien Juan comparte la cama; la desesperación con que se protege una revista y la rabia con que se lleva un cuchillo a una creación propia. Como el muy frustrado Juan, Mario Alberto Monroy despliega toda una gama de emociones en constante conflicto en “La Fútil Tragedia del Café Internet” que nos recuerdan cuán versátil puede llegar a ser el actor. A pesar de aún haber espacio para una mayor exploración interna donde la fractura que vive su personaje venga de un lugar mucho más de dolor y profundidad, es innegable que Monroy muestra una nueva maduración de su trabajo sobre el escenario, donde es capaz de trabajar con verdad al mismo tiempo que sigue recordándonos su inmensa capacidad para hacer reír. A su lado, el trabajo de Gabriela Orsen resulta solvente, sobre todo cuando explota su lado más cruel, aun cuando es imperativo que su personaje se aborde desde el fondo y no de la forma, donde las emociones sean absolutamente reales y descarnadas. Una vez que se alcance este nivel de honestidad escénica los resultados serán por demás contundentes.

“Nos necesitamos… para destrozarnos si quieres, pero nos necesitamos.”

Más de una vez he peleado con mi esposo por una cafetera… o por una toalla en el piso, o un plato no lavado, o un millón de otras nimiedades, siendo que el verdadero trasfondo de la discusión no tiene absolutamente nada que ver con esa ridícula cafetera. Un matrimonio es, casi por definición, una de las instituciones más absurdas que ha inventado el ser humano y es de verdad delicioso ver como Carlos Talancón ha logrado retratar con lujo de gracia y salvajismo puntos de agresión entre una pareja de los cuales yo mismo he sido culpable. Ni modo, supongo que tendré que disfrutar de la paz en la que me encuentro ahora en mi matrimonio… al menos hasta que se me vuelva a olvidar la cafetera.

 

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “La Fútil Tragedia del Café-Internet que no Tenía Café ni Internet”

DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Carlos Talancón

ACTÚAN: Gabriela Orsen, Mario Alberto Monroy, Irving Juárez y Carlos Talancón.

DÓNDE: Hostal Centro Histórico Regina
DIRECCIÓN: 5 de Febrero 53, Centro Histórico.

CUÁNDO: Miércoles 21:00 hrs.

COSTO: $200. Boletos en taquilla. Incluye una cerveza y uso de la terraza

DURACIÓN: 50 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking, pero hay un estacionamiento pasando el Hostal. Les recomendamos revisar la cartelera entera de Espacios Mórbidos que se presentan de Miércoles a Domingo en el mismo lugar.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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