Para quienes quieren ver una historia de amor clown para toda la familia.

LA CAPRICHOSA HISTORIA DE LA DAMA Y EL FAROLITO

Él camina por el mundo, bastón en mano, sin una sola preocupación en su mente; ella se prueba el más nuevo perfume en esperanzas de encontrar al hombre ideal. Él sigue su camino, un vago sin rumbo en busca de descansar sus pies en la banca de algún parque; ella se pone un nuevo par de medias y sale a algún parque soñando con el amor. El destino juega y se divierte juntando a parejas que se atreven a soñar con una vida juntos, para después separarla sin piedad alguna, hasta que muchas primaveras, veranos, otoños e inviernos después, una carta logre reavivar un fuego que nunca realmente se apagó. El destino es extraño y cruel, azaroso y caótico. El destino es un payaso con una bella flor en la mano.

La oferta de Clown en nuestra ciudad no sólo es mayor día con día, sino de mejor calidad. Una estética precisa que ofrece tan sólo un guiño a la clásica nariz roja; un sentido del humor que a veces es clásico en su comicidad como el embrollo que puede implicar ponerse un saco, y a otras de niveles sublimes de absurdo surrealista como una barrendera atrapada en una especie de saco que la convierte en una bizarra enana; una música que nos remonta a épocas pasadas; todos estos elementos y muchos más han sido conjuntados por la compañía de teatro Clownoscopio para crear “La Caprichosa Historia de la Dama y el Farolito”, un espectáculo Clown que divierte muchísimo a los niños, sin ser propiamente un espectáculo infantil, y que mantiene fascinados a los adultos.

El encuentro fortuito entre un vagabundo y una mujer en busca del amor es la premisa en la que “La Caprichosa Historia de la Dama y el Farolito” se basa para dar rienda suelta a un singular espectáculo clown de tonos agridulces, aunque siempre cómicos, bajo la promesa de que el verdadero amor sobrevive el paso del tiempo e incluso el estar amarrado a unas vías del tren en China. Con esta historia bajo el brazo, la directora Nohemí Espinosa no necesita de gran parafernalia escénica para crear su montaje. Tan sólo un puñado de elementos escenográficos o de iluminación es suficiente para capturar la atención de los asistentes, quienes realmente están capturados por un ritmo cambiante entre lo vertiginoso y lo pausado. Claramente Espinosa entiende el mundo del clown y lo plasma de manera pulida en el escenario.

Como complemento a la dirección escénica del montaje, “La Caprichosa Historia de la Dama y el Farolito” cuenta con la presencia de los músicos David M. García y Alejandro Quintero. Su habilidad con toda una colección de instrumentos de percusión, cuerdas, vientos y otros que sencillamente no sabría cómo definir, imprimen mayor color y dinamismo, incluso llegando a participar directamente en la obra tomando las funciones de un coro griego un tanto metiche.

“Quise gritar tu nombre pero recordé que nunca me lo dijiste.”

 

Julio César Ortega es el vagabundo de esta historia y realmente hace un estupendo trabajo como clown. Su corporalidad está al servicio de la historia y en favor de hacernos reír una y otra vez, así sea con tan sólo estar sentado en una banca, esperando a su amada, durante las cuatro estaciones del año. Aun cuando el actor no está a la misma altura que el clown, Ortega se luce constantemente durante toda la función, huyendo de un enjambre de abejas o simplemente leyendo el periódico. A su lado, Jocelyn Castañeda muestra gran vena cómica como la dama en cuestión en “La Caprichosa Historia de la Dama y el Farolito”, con una fuerte expresividad física, un claro sentido de cómo interactuar con el púbico y una ligereza que consigue volverse entrañable. Sin embargo, la verdadera magia ocurre cuando estos dos talentos se juntan para crear escenas tanto adorables como hilarantes, alcanzando alturas que claramente me recordaron a Bugs Bunny y al Pato Lucas. Una pareja clown que se logra ganar el corazón de todos los asistentes. Jesica Bastidas Cruz completa el elenco añadiendo un delicioso y bizarro toque de absurdo a la dinámica clown, inyectando un contraste de sumo interés a la propuesta.

“¿Mañana, en el farolito?”

Una de las cosas que más admiro del clown es su habilidad para contar historias terribles a través de la sonrisa y no de la lágrima. Soñar con el hombre ideal, encontrarlo en una banca de parque, para después perderlo por años y años es de lo que están hechas las tragedias, los melodramas, no las comedias. Clownoscopio ha ignorado por completo esta regla para recordarnos que no hay nada que no se pueda mejorar con una buena carcajada, que el amor siempre es razón para alegrar el alma y que una flor puede contener toda la belleza de este mundo.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)