LA CANCIÓN MÁS ALEGRE DEL MUNDO
Para quienes quieren reírse de cuán ridículas, tristes y hermosas son las relaciones humanas.
LA CANCIÓN MÁS ALEGRE DEL MUNDO
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“He visto pornografía, he visto cómo se hace.”
La tecnología es capaz de juntar a las dos personas más disparejas del mundo para iniciar una relación. Una amante de todo lo estridente, fan no aceptada de Timbiriche, mal hablada y salvaje en cada una de sus acciones, y un joven introvertido con serios problemas para relacionarse con el mundo exterior, callado y ordenado, se han reunido en un café tras haberse conocido por internet. ¿Qué puede salir de esa combinación tan poco compatible? Un beso quizás, pero podría haber algo más si ambos se atrevieran a bajar sus defensas y se mostraran ante el otro tal y como son de verdad.
“¿Por qué nunca sonríes, no te gusta?”
La complejidad de las relaciones afectivas en el nuevo milenio es el tema que Adriana Nájera aborda con gracia en “La Canción Más Alegre del Mundo”, una bien intencionada comedia con tintes melodramáticos que provoca mucha risa en el espectador debido al patetismo de dos jóvenes que buscan el amor sin tener la menor idea de cómo encontrarlo, aún teniéndolo enfrente de sus propias narices.
“A la verga con lo que no sirve.”
Más allá de la anécdota, que carece de una verdadera tensión dramática, el gran logro de Nájera en “La Canción Más Alegre del Mundo” se encuentra en la manera en que ha diseñado a sus dos personajes para crear un exquisito retrato de dos sectores sociales que no tienen nada que hacer juntos. Wendy y Oswaldo, una lobuki desenfrenada y un nerd con la gracia de un mueble, resultan entrañables y divertidos dentro de sus propias deficiencias de carácter, tanto por el realismo con que se han escrito sus diálogos, como por el ingenio con que va evolucionando su muy disfuncional convivencia. Sin duda, el verdadero placer a nivel dramatúrgico de esta puesta en escena radica en las carcajadas que estos dos personajes son capaces de arrancar.
“Se sintió chido aunque duró poquito.”
La dirección escénica de Enrique Aguilar, la cual incluye la presencia de un DJ en vivo durante la función, resulta interesante sobre todo en cuanto al aprovechamiento del escenario se refiere. Un departamento perfectamente ordenado al centro de la escena, uno completamente en caos al fondo, y un espacio vacío al frente para representar el resto del universo es la forma en que Aguilar resuelve el flujo de la acción, resultando en un ritmo sólido que apoya tanto los momentos cómicos de la obra como los más serios aportando, a nivel visual, dimensión y profundidad a “La Canción Más Alegre del Mundo”. Aun cuando ciertos elementos fársicos dentro de la dirección resultan innecesarios, el público se entrega de lleno a la obra, riendo con gusto. Se aplaude también el trabajo de musicalización de Brandon Torres y el de iluminación de Mariana Herrera, ya que ambos son elementos que visten con mayor teatralidad el montaje.
“¿Por qué no te comportas como una persona normal por un momento?”
Dado que el verdadero valor dramatúrgico en “La Canción Más Alegre del Mundo” radica en sus dos personajes, resulta imperante la presencia de dos actores que pudieran capturar la verdadera esencia detrás de estos dos muy disfuncionales jóvenes. Fernanda Enemi y Mario Rendón se entregan por completo a la creación de Wendy y Oswaldo con talento y arrojo, elementos vitales y absolutos para el buen resultado de la propuesta. Mientras que Fernanda es capaz de apachurrar y devorar un Gansito con gula, para deleite de los espectadores, segundos antes de bailar como una oligofrénica al ritmo de “Besos de Ceniza”, Mario se deja llevar por la pusilanimidad de su personaje con absoluta honestidad, ya sea entonando con gozo una canción de Roberto Carlos o preparándose para dar el primer beso en su vida. “La Canción Más Alegre del Mundo” es un buen vehículo para el lucimiento actoral de sus intérpretes, y ambos lo aprovechan al máximo.
“Nunca he hecho nada chido con mi vida.”
El amor no tiene reglas. Puede llegar en cualquier momento, el día menos esperado y, a veces, en la persona más improbable del mundo. ¿Realmente es posible el amor entre una lobuki y un nerd? Si un banquero, con un maravilloso ojo para la fotografía, se puede enamorar de un crítico teatral que en las mañanas se dedica a dar clases de idiomas, me queda claro que en este mundo todo puede suceder. El amor en maravilloso, démosle la bienvenida, no importa bajo qué envoltura venga.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “La Canción Más Alegre del Mundo”
DRAMATURGIA: Adriana Nájera
DIRECCIÓN: Enrique Aguilar
ACTÚAN: Mario Rendón y Fernanda Enemi
DÓNDE: Teatro La Capilla
DIRECCIÓN: Madrid 13, Colonia Del Carmen Coyoacán.
CUÁNDO: Viernes 17:00 hrs.
COSTO: $150 entrada general, aplican descuentos.
DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.
DATOS DE LOS TEATROS: La Capilla tiene una extensa cartelera toda la semana. Les recomendamos revisar las demás opciones que ofrece. No cuenta con valet parking o estacionamiento.
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