Para quienes desean envolverse por el aroma de un montaje que huele a amor, flores y muerte.

LA CADUCIDAD DE LA LAVANDA

“Las lavandas huelen raras combinadas con mi sangre.”

En la frialdad de la morgue, entre el olor del alcohol y del formol, el aroma de la lavanda ha llegado encerrado en una bolsa negra. Al abrirla, un médico forense se encuentra cara a cara con su pasado. El supuesto desconocido sobre la mesa de metal, el paciente que debe de analizar, el cuerpo al que le debe de realizar una autopsia es en realidad un río que alguna vez unió su caudal al suyo, un amor que jamás pudo nombrarse, una flor que creció en el interior de un cráneo. Sobre la mesa hay órganos, piel, un corazón que ha dejado de palpitar. Más en la mente de un hombre atormentado hay una conversación con un muerto, una danza macabra, que busca desesperadamente envolverse en ese penetrante perfume al que llaman amar.

“No hay nada más palpitante que los olores de nuestro cuerpo.”

El olfato como una forma de traer el pasado de vuelta, el reencontrarse con un amor que jamás recibió un abrazo de verdad, un enfrentamiento con demonios que jamás han quedado en el olvido a partir de un cadáver sobre una plancha en una morgue. Estos son algunos de los aspectos sobre los que se basa “La Caducidad de la Lavanda” de Aldo Martínez Sandoval, una dramaturgia que en su búsqueda poética antepone la forma sobre el fondo. El resultado es una sobreextendida dramaturgia, bella en su sonoridad, y capaz de evocar imágenes líricas y perturbadoras al mismo tiempo. Sin embargo, las letras de Martínez Sandoval son igualmente intencionalmente ambiguas, con una progresión dramática retardada, y con un conflicto sin verdadero sentido de urgencia que se establece en la primera parte de la obra para no avanzar con la misma intensidad con la que el autor enfatiza su poeticidad.

“Deseo que cuando mueras, tu perro se acuerde de ti.”

En cada asiento se encuentra una rama de lavanda. Este aroma irá permeando todo el espacio escénico a lo largo de la puesta en escena. Al centro del escenario está el cuerpo inerte de un indigente dentro de una bolsa de cadáver sobre una plancha metálica. Debajo de ella, una tina de plástico está dispuesta para recibir cualquier fluido que pudiera llegar a caer del cuerpo que pronto será examinado. A medida que la mente del médico forense se va apoderando de la realidad, y el cuerpo al que debe realizarle una autopsia se revela como el de ese hombre a quien amó en su juventud, ese espacio va cobrando un aura onírica que va de la mano de la dramaturgia. La dirección de César Chagolla en “La Caducidad de la Lavanda” es congruente estéticamente con el texto, capaz de crear y evocar sensaciones a partir del olfato, de coreografiar un movimiento escénico que se enfoca más en la ternura y la fragilidad que en el deseo, con permitir que la liricidad tome el centro del escenario. Una vez dicho esto, dicha decisión estética impacta directamente sobre el ritmo de la puesta en escena, mismo que se aletarga, e incluso empantana, en la misma medida en que lo hace la historia. Esto se refleja en el trabajo del elenco conformado por Carlos Ordoñez y Santiago Alfaro, quienes operan desde una letárgica evocación de sus sentimientos, una donde los matices son sutiles en demasía, impactando por ende el fluir del montaje.

“Vamos a descubrir cómo te hirieron.”

Bajo la dirección de César Chagolla y con un elenco conformado por Carlos Ordoñez y Santiago Alfaro, “La Caducidad de la Lavanda” de Aldo Martínez Sandoval se presenta los lunes y martes a las 20:00 horas en el Teatro El Milagro. Tendrá una temporada hasta el 22 de Julio de 2025.

DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: La Caducidad de la Lavanda

DRAMATURGIA: Aldo Martínez Sandoval

DIRECCIÓN: César Chagolla

ELENCO: Carlos Ordoñez y Santiago Alfaro

DÓNDE: Teatro El Milagro

DIRECCIÓN: Milán 24, Colonia Juárez.

CUÁNDO: Lunes y martes 20:00 horas. Hasta el 22 de Julio 2025.

CUANTO: $300. Aplican descuentos. Boletos en taquilla y en La caducidad de la lavanda – Boletópolis

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.