GUÍA DE TURISTAS

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Para quienes se atreven a adentrarse en los más oscuros y violentos aspectos de una relación que supone ser afectiva.

GUÍA DE TURISTAS

Por Juan Carlos Araujo
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas

“¿Qué es lo que quieres de mí?”

Las ruinas en las que se conocieron Martín y Cristóbal estaban en una zona arqueológica zapoteca en el corazón de Oaxaca, presagio de lo que quedaría de ambos una vez que se amaran y destruyeran con toda pasión. La diferencia de edad, sus equidistantes situaciones de vida, e incluso sus contrastantes cosmogonías debieron ser advertencia suficiente para que se alejaran el uno del otro. Sin embargo, el deseo les consumió, les aprisionó en una guerra de poderes disfrazada de amor, les condujo a una cabaña sin puertas ni ventanas de la que nadie puede escapar.

“Mas vale hacer una pausa antes de que las cosas se salgan de las manos.”

Botho Strauss es considerado como una de las voces más importantes en el teatro alemán contemporáneo, y una enorme influencia en las dramaturgias mundiales. En Guía de Turistas de 1986, el autor se adentra en los macabros terrenos de las relaciones tóxicas y codependientes al unir a dos amantes en un juego de voluntades y violencia donde claramente nadie tendrá la carta ganadora. Originalmente ubicada en Grecia, y con una pareja heterosexual, la obra es revisitada y adaptada por Luis Mario Moncada y el también director Martín Acosta, no sólo para replantear la geografía a México, sino también para intensificar el discurso sobre la barbarie humana, los límites de la agresión y la corrupción del poder al cambiar el enfrentamiento a que suceda entre dos masculinidades.




“Estoy completamente seguro de que algún día te perteneceré.”

Luego de enganchar a Cristóbal, Martín no sólo revela que está enamorado de alguien más, sino que tiene el atrevimiento de traerlo a casa de su amante para que duerma en su cama. Luego de que Cristóbal lo corre de su hogar, Martín termina rebajándose a dormir en una cama de perro, a gritar desquiciadamente el nombre de quien dice desear, a cantarle patéticamente canciones que escucha en su walkman. Luego de darle dinero para tratar, infructuosamente, de salvar al tercero en discordia, Cristóbal y Martín escapan del mundo para tratar de rescatar una relación que no entiende ningún lenguaje mejor que el de la extrema violencia. El camino a la destrucción que plantea Strauss en Guía de Turistas es mórbido y fascinante, apelando a esa emoción primaria del espectador por observar un desastre que no hay manera de salvar desde la comodidad de una butaca. El ímpetu que trae la juventud de Martín se contrapone a la desilusión que exuda Cristóbal, un hombre de mucha mayor edad; el puño con que Cristóbal controla la relación, al tener una superioridad económica e intelectual, se da un encontronazo con el golpe que Martín es capaz de lanzar con su descaro, con la conciencia que tiene de su atractivo, con la fuerza que obtiene del no tener nada que perder más que su propia alma. Estos contrastes y complementos, formula perfecta para que una relación se torne en ponzoña es explotada hasta sus últimas consecuencias no sólo por el autor, sino igualmente por los adaptadores quienes entienden la variante que conlleva el plantear la narrativa dentro de una relación homosexual.

“Me estás utilizando para algo que no entiendo.”

El hogar de Cristóbal se encuentra detrás de un telón de acrílico ámbar, división que colorea falsamente la realidad de ambos hombres en tonos amables que quisieran ocultar la brutalidad. En el segundo acto, cuando la pareja se halla en una cabaña en medio de la nada, ya no quedan ilusiones con que ocultar la barbarie, misma que aparecerá con toda su furia para lanzar un ataque de tal magnitud que deja al espectador congelado ante el nivel de violencia escénica. En un universo donde Schubert y Eurythmics convergen, la mística prehispánica se manifiesta en el cuerpo de un amante muerto quien encara a dos amantes como lo que realmente son: contrincantes en una lucha donde no habrá sobrevivientes. La dirección escénica que Martín Acosta propone en Guía de Turistas apuesta por un equilibrio entre lo violento y lo poético, entre lo gráfico y lo sugerente. De tal manera, el combate escénico entre los participantes en el escenario es osado, gráfico y explícito, mientras que la relación sexoafectiva entre los protagonistas está marcada más por la sugerencia, el roce y el intercambio de miradas. Igualmente, las agresiones verbales se presentan descarnadas, al mismo tiempo que el escenario cobra tintes cálidos y acariciantes. Este constante juego de contrastes acentúa la violencia, le imprime una fuerte dosis de mórbido entretenimiento para el espectador, dentro de lo que realmente es una propuesta intimista. A pesar de un aletargamiento en el ritmo a causa de las transiciones entre escenas que se tornan repetitivas en su estímulo, la dirección de Acosta es capaz de capturar la esencia de Strauss, más haciéndola propia.




“¿No soy demasiado insignificante para ti?”

Como guía en la visita a una zona arqueológica, Martín es un joven de voz temblorosa, inseguro y apocado. Como amante de Cristóbal, el joven de Oaxaca es feroz, aguerrido y hasta cruel. Sin embargo, al verse sólo, condición que sencillamente no puede manejar, el joven se muestra desesperado, dispuesto a humillarse con tal de ser aceptado de nuevo por quien dice que ama. Tanto física como emocionalmente, el trabajo actoral de Manuel Cruz Vivas en Guía de Turistas demuestra una entrega absoluta sobre el escenario. Ya sea siendo lanzado por los aires por un guerrero indígena, llevándose la mano de Cristóbal al pecho para que lo abrace, o gritando de manera animalística toda su rabia, Cruz Vivas tiene control de voz, cuerpo y emociones durante toda la obra, aun cuando sea necesario que cobre mayor conciencia del espacio escénico para modular la voz y no caer en la cacofonía del eco que se puede experimentar en el Teatro El Milagro. A su lado, José Daniel Figueroa realiza una labor igualmente loable, aun cuando las demandas de su personaje se hallen en áreas más contenidas a nivel anímico. Esto da como resultado un buen equilibrio entre ambos intérpretes, y en la creación de ambos amantes. El elenco lo completa con presteza Juan Carlos Reyna.

“¿Crees que nuestra historia tendrá un final feliz?”

No soy ajeno a las relaciones tóxicas, codependientes o sencillamente destructivas. De hecho, puedo confesar que 14 años de mi vida estuvieron envueltos con parejas que abusaron de mí, se aprovecharon, donde la violencia era la regla, o donde la guerra de poder era cosa del día a día. Sin embargo, he logrado sobrevivir, he llegado a buen puerto y hoy estoy felizmente casado con un par, con un hombre a quien considero como mi igual en todos los sentidos. Claro, uno nunca debe olvidar, no sea que la dulce e hipnótica voz de Annie Lennox llegue un día a mi vida a recordarme que algunas personas sólo quieren destruirnos.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Guía de Turistas

DRAMATURGIA: Botho Strauss, versión de Luis Mario Moncada y Martín Acosta.

DIRECCIÓN: Martín Acosta

ELENCO: Manuel Cruz Vivas, José Daniel Figueroa y Juan Carlos Reyna.

DÓNDE: Teatro El Milagro

DIRECCIÓN: Milán 24, Colonia Juárez.

CUÁNDO: Martes y Miercoles 20:00 horas. Hasta el 20 de Noviembre 2024.

COSTO: $$300 y $150. Boletos en taquilla y en GUÍA DE TURISTAS – Boletópolis (boletopolis.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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