ELACTOR

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El teatro también se hace desde caballos de acero. 

ELACTOR

Por Juan Carlos Araujo
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas

Durante una de las escenas iniciales, Elías cuenta su gestación y alumbramiento desde el interior del vientre materno. Para escenificar esto, los titiriteros Ignacio Alejandro Muñoz Silva y Ana Laura Herrera Ortega unen en el pecho del actor Fernando Antonio Aguirre Manzanera el muñeco de un cuerpo de bebé que representa al feto, mismo que irán manipulando dado que Aguirre Manzanera se encuentra en una silla de ruedas, su cuerpo inmóvil a consecuencia de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padece. Al momento de nacer, el trauma de entrar al mundo se representa con una guerra de almohadas, los titiriteros golpeando al interprete en el cuerpo y cara. El shock que este acto genera en la audiencia es intencional, un símbolo que confronta la fragilidad del actor con los prejuicios que se pueden tener en torno a su condición física.  

Basándose en El Centauro, un texto de la dramaturga y codirectora Ana Herrera, sobre un hombre que nace parapléjico y que con los años va mejorando hasta convertirse en conferencista, “Elactor” es una ficción que expande la mirada sobre la discapacidad, al potencial creativo que se puede desarrollar aun cuando el cuerpo no responde, al poder de la imaginación y la escritura como fuerza artística, que nos recuerda a todes que lo normal no es un molde universal.  

El baño de una persona inmóvil se convierte en una aventura submarina, estar en una burbuja donde el oxígeno y el alimento se brindan desde mangueras no es limitante para emprender una batalla campal contra un dragón cuyas alas están adheridas a una andadera, el estar anclado a una silla de ruedas nunca será un impedimento para que un vaquero pueda luchar contra sus enemigos con una pistola que al disparar saque una banderita con la palabra BANG. En medio de todas estas aventuras, un elemento siempre presente es el amor de sus padres, principalmente su madre, quien le recordó todo el tiempo que su condición no lo podría detener jamás de alcanzar sus sueños.  

En el intercalar las fantasías del protagonista con narraciones sobre su condición y los diferentes retos que implicó crecer con ella, “Elactor” desarrolla una estructura que da la sensación de estar viendo un biodrama y no una ficción. Es en esta falsa realidad dramatizada, acentuada aún más por la interpretación que realiza Fernando Antonio Aguirre Manzanera quien se apropia por completo de su rol como Elías y saca a relucir sus habilidades como narrador oral, que la dramaturgia alcanza a tocar el corazón de la audiencia, quien es capaz de acompañar al personaje por carreras donde compite contra quimeras y medusas, al mismo tiempo que se replantean sus preconcepciones en torno a las personas que no gozan de sus mismos privilegios físicos. 

Elías se convierte en un pez y nada por los mares. A partir del uso de luz negra, aparecen tiburones, calamares gigantes y pequeños pecesitos que brillan en la oscuridad. Con el uso de máscaras, dragones y cíclopes compiten y luchan contra el personaje, el primero teniendo sus alas adheridas a una andadera, el segundo caminando con un bastón para ciegos. Sin embargo, con la ayuda de un pegaso cuyas alas están en unas muletas, el hombre alcanza la meta.  

La dirección conjunta de Ana Herrera y José Ángel Soto inyecta de teatralidad la puesta en escena de “Elactor” a partir de elementos como el teatro de objetos y el uso de máscaras, mismos que incluyen elementos asociados con la discapacidad motriz. En el resignificar una escafandra de buzo como elemento de supervivencia para el protagonista, en el usar una soga enganchada a la silla de ruedas para crear la ilusión de un caballo y su jinete, que el mundo interior del personaje cobra vida a los ojos de la audiencia. Sin embargo, es en la precisa y cuidadosa manera en que Fernando Antonio Aguirre Manzanera es manipulado por Ignacio Alejandro Muñoz Silva y Ana Laura Herrera Ortega en su cuerpo y cabeza para que el actor sea capaz de gesticular y expresarse más allá de la voz, que la obra escénicamente alcanza su mayor contundencia. En este rubro es que el montaje confronta e impacta, trasciende su anécdota y acentúa la dramaturgia al obligar al espectador a replantear los alcances que pueden tener las personas discapacitadas.  

En el marco de la Muestra Nacional de Teatro, “Elactor” se presentó el mismo día que “¿nOrMaL…?”, obra para jóvenes audiencias a cargo de Proyecto Perla que lleva a la audiencia a cuestionar lo que se debe considerar como normal en nuestra sociedad en torno a cuestiones de belleza, género, violencias, y por supuesto discapacidad. Al momento en que el personaje de Elías declara que él es normal, el mensaje de la obra previa golpea con más fuerza, de une con el de esta puesta en escena, deja una hermosa herida en todes les asistentes quienes no tienen más remedio que preguntarse cuántas veces en la vida, incluso ese mismo día, han caído víctimas de juzgar lo es la norma social.  

“Elactor”, representante del estado de Durango, se presentó en el Teatro 8 de Octubre el martes 11 de Noviembre de 2025 dentro de la 45 Muestra Nacional de Teatro en la ciudad de Cancún, Quintana Roo.  

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Elactor

DRAMATURGIA: Ana Herrera

DIRECCIÓN: Ana Herrera y José Ángel Soto

ELENCO: Fernando Antonio Aguirre Manzanera, Ignacio Alejandro Muñoz Silva y Ana Laura Herrera Ortega

DÓNDE: Teatro 8 de Octubre

DURACIÓN: 55 minutos sin intermedio.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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