
EL NAVÍO DE LOS INGENUOS
Para quienes emprender una travesía clown, teológica, imaginativa y filosófica por alta mar.
EL NAVÍO DE LOS INGENUOS
“En el tiempo, nosotros navegamos juntos.”
Los ocho personajes, arlequines por sus vestimentas, navegantes por el barco en que viajan, y actores por profesión, persiguen sus sueños por los océanos al mismo tiempo que comparten la risa con aquellos que emprenden semejante travesía a su lado. Sin embargo, este tipo de aventuras no están libres de tragedias, la muerte acecha, y a momentos un Dios de la mitología portuguesa podría aparecer para que la fuerza de la naturaleza ponga en riesgo esta misión. Ocho payasos hicieron sus maletas y se embarcaron, quienes regresaron descubrieron, entre bellas burbujas, oleaje violento, hermosas medusas y escalofriantes sirenas, que la vida misma es un viaje del cual sólo se baja una vez para nunca volver.
“Buscamos tierras desiertas y un mundo que explorar.”
Desarrollada como el proceso de titulación para la generación 2020 del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, y basándose en aspectos de la mitología portuguesa, específicamente el mito de Adamastor creado por el poeta Luis de Camoes en su epopeya Os Lusíadas, El navío de los ingenuos, es un espectáculo escénico escrito y dirigido por Aziz Gual que a primera instancia podría interpretarse como un montaje clown que busca el entretenimiento de las jóvenes audiencias usando el mar como analogía para dejar que la imaginación navegue libremente. Sin embargo, a medida que la puesta en escena avanza se descubre como una propuesta mucho más compleja y ambiciosa que busca abordar toda una gama de líneas narrativas, incluyendo aspectos teológicos y filosóficos por demás complejos.
“Cuando un marinero se pierde, su risa se diluye.”
Durante su travesía por alta mar algunos de los payasos se ponen a pescar. Luego de que una de las tripulantes pierde su caña, el capitán del barco se lanza al mar para tratar de recuperarla, hecho que termina con su muerte, con una ceremonia donde su cuerpo es amortajado y devuelto al mar. Esta potente escena es seguida por una rutina clown donde los ocho personajes juegan con cubetas con agua para efectos cómicos. Acabada esta rutina clown, se abre una discusión sobre Dios. Entre lo bufo y lo dramático, lo lúdico y lo intelectual, entre buscar la risa en las infancias presentes en la audiencia y apelar al intelecto adulto, la dramaturgia en El navío de los ingenuos pareciera abarcar demasiadas líneas argumentales sin realmente comprometerse con ninguna de lleno. De tal manera, una clown obsesionada con la limpieza tiene una escena aislada sin consecuencias en la que vierte arena por el escenario y la barre y luego se sale. Lo mismo sucede con un cofre pequeño que representa una trampa tendida por el Dios portugués arriba mencionado, pero que solo es usado en un único momento, sin ser abierto ni explicado. Es en esta plétora de escenas sin cohesión, y en la multiplicidad de estímulos intelectuales que la propuesta pareciera tender una red demasiado amplia, donde ciertamente entretiene a les niñes con los recursos clown pero sus mensajes pasan por encima de ellos, al mismo tiempo que aquellos temas más profundos quedan atrapados en la superficie para que realmente sea diseccionado por el espectador adulto.
“Nosotros tejimos esta red para estar conectados con el silencio.”
Luego de una breve introducción al universo clown donde habita la obra, el telón se abre para revelar un barco que ocupa la mayor parte de la sección trasera del escenario. La parte frontal se ocupa para que, con una tela de gran tamaño, las olas del mar se muevan, donde medusas flotan, un espacio en que las burbujas del océano danzan en el agua con poética sencillez y belleza o donde un navegante sobre una barca reme en desesperación por un oleaje que podría devorarle en cualquier momento. Los pases de los clowns se marcan por una batería que se toca en vivo por Víctor Contreras, músico quien aporta percusiones a música de gaita, da ritmo al vaivén de las medusas marinas o la aparición de Adamastor en una luna que está proyectada gracias a un trabajo de videomapping. Donde El navío de los ingenuos brilla y atrapa la atención de los espectadores, independientemente de la edad, es en su propuesta estética. Aziz Gual consigue orquestar a todo un equipo de creativos para presentar una puesta en escena que demuestra que el poder de la imaginación es capaz de dar vida a todo un océano pletórico de belleza. Esto es a través de la iluminación por Álvaro Hegewisch, el diseño de escenografía y vestuario a cargo de Laura Marnezti, así como el diseño sonoro, musicalización y asesoría en percusiones por Edwin Tovar, entre otros.
“Navegamos hacia dentro de nosotros.”
Como medusas, algunos de los actantes se mueven con delicadeza por las olas del mar, lo mismo que cuando manipulan grandes globos blancos para que floten por el lugar haciendo las veces de burbujas que surgen de la espuma del mar. Cuando se asumen como clowns, los participantes juegan con agua y se empapan entre sí, luchan con palos como si de una batalla en alta mar se tratara, o se ponen máscaras en lo que se podría leer como una danza macabra. El elenco de El navío de los ingenuos está compuesto por Mariano Azcárraga, Montserrath Escalante, Andrea Hernández, Gabriela Mercado, Juan Manuel, Lorena Sosa, Alicia Villalobos y Raúl Vivanco García. Los ocho jóvenes actores y actrices se prestan al juego, cumplen con el cometido con creces, algunos desarrollando una personalidad de personaje mucho más solida que otros, más no por ello se deja de admirar el producto que nace de un proceso que los libera de la escuela y los lanza a los escenarios a nivel profesional.
“¿Quién seguirá soñando si se acaban los navegantes?”
Al final de la función, los aplausos resonaron por todo el teatro. Los niños se divirtieron con los clowns, los adultos apreciaron las risas que soltaron sus jóvenes acompañantes, y todos disfrutaron del viaje por alta mar. Si algunos de los espectadores se llevaron algunos de los preceptos filosóficos presentados por la puesta en escena, cuáles de las líneas argumentales resonaron con algunos o con otros, ya sea un tema de vida y muerte, o sobre el poder de la imaginación para seguir adelante como actores en un teatro que a veces se siente como la peor de las tormentas, es una pregunta que no puedo responder. De lo que sí estoy seguro es que varios de esos niñes que asistieron querrán volver a ocupar una butaca, y ya con eso me doy por bien servido, el barco ha llegado a buen puerto y ha cumplido su misión.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: El Navío de los Ingenuos
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Aziz Gual
ELENCO: Mariano Azcárraga, Montserrath Escalante, Andrea Hernández, Gabriela Mercado, Juan Manuel, Lorena Sosa, Alicia Villalobos y Raúl Vivanco García.
MÚSICO EN VIVO: Víctor Contreras
DÓNDE: Teatro del Bosque Julio Castillo dentro del Centro Cultural del Bosque.
DIRECCIÓN: Reforma y Campo Marte, detrás del Auditorio Nacional, Chapultepec.
CUANDO: Sábado y Domingo 12:30 horas. Hasta el 15 de Junio 2025.
CUANTO: $150 adultos, $80 infancias. Aplican descuentos. Boletos en taquilla y en Boletos | EL NAVIO DE LOS INGENUOS | Centro Cultural del Bosque
DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento.