EL JUEGO DE MAMÁ
Para quienes se atreven a descubrir el lado más siniestro y oscuro de la maternidad.
EL JUEGO DE MAMÁ
“¿Quién no es un poco raro?”
Hoy es el día de las madres, ocasión perfecta para que Mario conozca a toda la familia de su adorada novia. Libre de todo lazos sanguíneo a causa de la tuberculosis y afectado en su salud, el joven bibliotecario buscará la manera de congraciarse con todos en tan especial celebración, incluyendo con el monstruoso ser de tetas caídas y vagina expuesta que ha decidido sacarse las tripas de su vientre intempestivamente antes de la cena. Rencillas y rencores familiares, cicatrices que se niegan a cerrar, un hijo ausente y un horno prendido serán los elementos necesarios para que las festividades del día culminen en la más grotesca de las representaciones de una estatua de Miguel Ángel.
“Los actores han llevado esta escena demasiado lejos.”
El Proyecto Granguiñol Psicotrónico, liderado por el creador escénico Luis Alcocer Guerrero, responsable de montajes como Prostético del Corazón y Teatro de Momias, busca crear un teatro de lo siniestro a partir de la estética del Théatre du Grand Guignol de Paris que durante gran parte del siglo XX se dedicó a crear puestas en escena de terror de corte naturalista. Asimismo, el Proyecto se inspira en el humor negro y la estética de cine piscotrónico, mejor conocido como películas B, en las que los hilos de trucos son parte de la creación misma. De esta bizarra mezcla de elementos, a la cual se añade el uso de títeres y la danza, entre otros lenguajes escénicos, surge “El Juego de Mamá”, una surreal, grotesca y fascinante propuesta en la que la que el amor maternal cobra tintes espeluznantes.
“¿Qué hay de malo en la nada?”
El hombre como un primate que rompe membranas para poder salir a la luz es escenificado a manera de una danza en la que un hombre y una mujer con máscaras balinesas en la cabeza podrían estar seduciéndose o atacándose, fusionándose en una sola entidad o separándose por completo. Todo esto sucede mientras que en las esquinas dos seres con un ojo enorme cada uno tiemblan en la esquina. Esto es el inicio de “El Juego de Mamá”, un montaje que reta de inmediato al espectador a aceptar el tan exquisitamente raro lenguaje que utiliza, ya sea rompiendo las convenciones comunes al tener la voz del director y dramaturgo Luis Alcocer Guerrero interrumpiendo para explicar lo que sucede en escena, viendo como un hombre tiene un ataque que culmina con un esputo siendo expulsado con un hilo de su boca o con la irrupción de un pavo gigante de cuyo vientre pueden salir sus vísceras o la cabeza de una mujer anciana. El espectador ríe a momentos, en otros se retuerce en su asiento incomodo o incrédulo ante lo que ve, al final verdaderamente en shock por uno de los actos más bellos y naturales que una madre puede hacer con su hijo. Cada una de estas reacciones han sido planeadas por la propuesta, cuidadosamente diseñadas para horrorizar o fascinar en un acto de absoluta congruencia con los preceptos del Proyecto Granguiñol Psicotrónico. A pesar de que no todas las aristas están en favor de la narrativa, incluyendo una conclusión que no termina de amalgamarse con el resto de la propuesta, la obra funciona sin lugar a dudas.
“Los secretos nos unen.”
Mamá se ha querido suicidar una vez más. Sus hijas y su yerno están fastidiados de esta necesidad de llamar la atención. Sin embargo, Mario no puede con el asombro que este hecho le provoca. Tras ser curada, mamá, personificada como una botarga gigante de un pavo, deambula por el escenario clamando por su bello y perfecto hijo Fernando. Toda la escena pareciera salida de una pesadilla dantesca.
“¿Escupes tu propia carne?”
Dramaturgia y dirección en “El Juego de Mamá” se encuentran entrelazadas como si de un cordón umbilical se tratara. Esto claramente es producto del proceso creativo que Luis Alcocer lleva junto con su elenco conformado por Jorge Chávez Caballero, Héctor Iván González, Carmen Ramos, Itzhel Razo y Medín Villatoro. La exploración corporal de los actores va de la mano con la historia, al igual que el manejo de aspectos creativos adicionales como el vestuario de Sergio Mirón o el diseño sonoro y música de Rodrigo Castillo Filomarino. Ya sea desde el desenfado con que Carmen Ramos responde a las incrédulas increpaciones de Mario, la feral intensidad con que Itzhel Razo ataca el cuerpo de su amante o la perturbadora manera en que Héctor Iván González se saca un esputo de la garganta, o la forma en que el pavo gigante aparece calcinado tras entrar al horno, cada aspecto de la puesta en escena está en función de sí misma y de las viscerales reacciones de un espectador quien será sorprendido, escandalizado, fascinado o asqueado, quizás todas esas emociones sucediendo a la vez.
“Ojalá pudieras verme devorando tu hígado por toda la eternidad.”
El Proyecto Granguiñol Psicotrónico disfruta de una residencia artística en el Teatro El Milagro, hecho que se ha ganado a pulso al ser una propuesta verdaderamente disruptiva, innovadora y propositiva dentro del muy interesante punto de que sus bases están cimentadas en trabajos del pasado. Las nuevas teatralidades surgen a partir de entender las reglas del arte escénico que desean dislocar. Es claro que Luis Alcocer Guerrero lo está logrando con cada nueva puesta en escena que emprende y con la cual le congela la sangre al incauto espectador que espera un mero divertimento desde su butaca.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “El Juego de Mamá”
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Luis Alcocer Guerrero
ACTÚAN: Jorge Chávez Caballero, Héctor Iván González, Carmen Ramos, Itzhel Razo y Medín Villatoro.
DÓNDE: Teatro El Milagro
DIRECCIÓN: Milán 24, Colonia Juárez.
CUÁNDO: Jueves a Domingo 20:30 horas. Hasta el 1 de Marzo 2020.
COSTO: $250. Boletos disponibles en taquilla y en www.boletopolis.com Aplican descuentos.
DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.