EL CUIDADOR
Para quienes quieren nunca olvidar ni sus recuerdos ni a La Pecas.
EL CUIDADOR
(¡Mamá, Las Llaves del Coche no Van en el Refri!)
“Pinche memoria… y decidí ser actor.”
Las enormes carcajadas que alguna vez arrancó de millones de personas en la televisión se han convertido en el silencio de una mente que flota libre del peso de todo recuerdo. La encantadora y talentosa actriz que se entregó por completo a su público, entendiendo la monumental importancia de divertir, hoy descansa plácidamente en una casa de retiro con la mirada perdida, nublada, tranquila en el vacío que ha quedado en ella. Lo que ahora queda es el máximo regalo que un hijo le puede dar a una madre, devolviéndola al escenario, compartiéndonos sus memorias.
“Mi madre fue, es y seguirá siendo actriz.”
Leonorilda Ochoa, mejor recordada por su trabajo en un gran número de series de televisión cómicas durante las décadas de los sesentas y setentas como “Salón de Belleza”, “Hogar Dulce Hogar” y ante todo “Los Beverly de Peralvillo” en su inmortal papel de La Pecas, se encuentra hoy en día en una casa de retiro, bajo el cuidado de su hijo el actor Sergio Ochoa, debido a su estado avanzado de Alzheimer, una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable, que provoca entre muchos otros síntomas la pérdida de la memoria.
“Yo no sé si pueda tener o heredar la enfermedad.”
En un acto de amor y de exorcismo, Sergio Ochoa desarrolla, junto con el adaptador y director Omar Medina” el espectáculo unipersonal “El Cuidador”, un monologo que narra en tono ligero de comedia la vida del actor junto a su famosa madre, rindiéndole un muy merecido homenaje en vida a quien tanto hizo reír al público mexicano en su época, y que al mismo tiempo busca hablar de la manera más honesta posible sobre el doloroso proceso que ha sido el ver la progresión del Alzheimer en su madre, al punto donde ella ya no es capaz de reconocerlo siquiera.
“Nos tenemos que abandonar porque nos amamos.”
El trabajo dramatúrgico en “El Cuidador” viene desde un lugar honesto, de amor, y eso se aplaude y se respeta sin duda. Sin embargo, el bagaje que tanto Sergio Ochoa como Omar Medina cargan dentro del campo de la improvisación revela una cierta falta de entendimiento en el manejo de arcos dramáticos en la creación de una obra como esta que logren mantener la atención del público, sin que la narrativa se disperse del verdadero objetivo que se busca. A momentos muy divertida, a otros enternecedora, y con un final verdaderamente conmovedor y desgarrador, la obra debería evitar tomar tangentes innecesarias, como la historia de una visita con el proctólogo, que diluyen el impacto de una anécdota tan poderosa.
“Quise culpar su demencia a su ritmo de vida.”
La dirección a cargo de Omar Medina en “El Cuidador” sigue la misma línea establecida por la dramaturgia, al imponer el uso de ciertos recursos escénicos, como usar una banana falsa como teléfono, para provocar una risa fácil que la obra no requiere y que, al contrario, le perjudican al adentrarse en el terreno de la frivolidad o la banalidad ante un tema que se debería tomar con toda seriedad, aun dentro de la comedia. Sin embargo, se aplaude el magnífico uso que se le da a un piano en escena, resignificándolo en una plétora de elementos muy afortunados, algo que mantiene la imaginación del espectador volando. En cuanto la dirección se tome a sí misma más en serio y logre establecer el ritmo adecuado, lo que en un principio son unas cuantas risas se volverán carcajadas y los suspiros al final serán lágrimas cargadas de dolor y amor absoluto por la gran Leonorilda.
“Me da miedo preguntar algo porque no sé si ya lo pregunté cien veces.”
A nivel actoral, el único elemento que resulta absolutamente necesario para que “El Cuidador” sea una obra contundente que logre impactar al espectador es la honestidad. Sergio Ochoa logra este cometido en una gran parte de la obra, la que se enfoca en el verdadero tema de la misma, para deleite y dolor del espectador quien no puede evitar conectarse emocionalmente con un niño que le daba pena bailar, con un actor imitando deliciosamente a Lucila Mariscal, o con un hijo lidiando con la frustración, desesperación, enojo y tristeza de ver a su madre partir bajo el yugo del Alzheimer. La valentía de Ochoa para revivir momentos tan duros de su vida, la habilidad con la que recuenta momentos entrañables de su infancia o adolescencia y el amor que proyecta hacia Leonorilda hacen de este trabajo algo digno de aplaudir con todo el corazón.
“Hice un monólogo, conté tu historia.”
Mi abuela Irma padeció Alzheimer durante muchos años de su vida y desde entonces vivo con el más grande terror de padecerla algún día. Los recuerdos, mis memorias de todo lo que he vivido en 42 años de edad son mi más grande tesoro, aquello que nunca quiero perder jamás. Yo sé lo que es llegar a casa y encontrar un caos de papeles, yo recuerdo las lágrimas en los ojos de mi abuela tratando de recordar mi nombre, sé muy bien lo que es perder a quien amas cuando aún se encuentra con vida. En donde sea que estés Leonorilda, te deseo que en algún lugar perdido de tu mente sepas que aún hay miles que te admiramos y recordamos por las risas que nos regalaste.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “El Cuidador”
DRAMATURGIA: Sergio Ochoa
ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN: Omar Medina
ACTUAN: Sergio Ochoa
DÓNDE: Cine Tonalá
DIRECCIÓN: Tonalá 261, Cuauhtémoc, Roma Sur.
CUÁNDO: Jueves 21:00 hrs. Hasta el 25 de Mayo.
COSTO: $250entrada general. Boletos en taquilla y en la página del recinto.
DURACIÓN: 80 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.