
EL BESO
Para quienes quieren reír de las neurosis, secretos y deseos que esconden una, o dos o tres parejas.
EL BESO
“Yo voy a seguir haciendo lo que siento y está bien.”
Todo comenzó como una divertida anécdota en una celebración de año nuevo entre amigos. Sin embargo, entre los quejidos constantes de Jimena, el incesante beber de Mónica, y la obsesión que Pablo pareciera tener con su terapeuta, esta fiesta se convirtió en la ocasión perfecta para que Gonzalo se liberara de miedos, decidiera ser feliz y decidiera hacer lo que venía deseando desde que estaba en la escuela. Claro, a cada acto hay una reacción… o varias, mismas que redefinirán el tipo de relación… o varias con acabará esta velada.
“Tal vez te convendría cambiar de terapeuta.”
El creador escénico argentino Nelson Valente ha alcanzado cierto reconocimiento en México debido a muy exitosos montajes de sus dramaturgias, específicamente El Loco y la Camisa y Los Perros. Con su muy particular estilo de comedia ácida y oscura para representar las psicopatías humanas y las relaciones disfuncionales, Valente aborda en “El Beso” el tema de las relaciones fluidas, al mismo tiempo que explora algunos de los mecanismos que las personas desarrollan para aparentar felicidad cuando en realidad están llevando vidas de desesperación reprimida.
“No sé si te he dicho que estoy muy feliz contigo.”
Más allá de la muy cuestionable relación que tiene con su terapeuta, Pablo nunca va a ser un adulto hecho y derecho hasta que no logre cortar el cordón umbilical que lo une de manera asfixiante a su madre; Mónica siempre tiene una sonrisa plantada en la cara, pero sus sueños y su manera de beber, dicen que sus sentimientos son muy distintos; la vida de dolor en la que vive Jimena es un arma de manipulación que le permite investigar cuántas horas al día puede estar tumbada en un sillón sin tener que hacer absolutamente nada; Gonzalo ha hecho lo correcto toda su vida, pero cuando decide liberarse descubrirá que ya no tiene muchos pelos en la lengua.
“¿Qué es lo que te produce tanto odio?”
Desde un tono mucho más accesible y ligero que en obras pasadas, Valente presenta a lo largo de cuatro escenas las distintas formas en las que los adultos hoy en día no alcanzan la felicidad debido a su incapacidad de ser transparentes con sus deseos y anhelos, mismos que se representan en ese acto de usar los labios para mostrar afecto y que da nombre a la obra. De tal manera, a pesar de que a primera vista “El Beso” no es más que una comedia sin mayores pretensiones que la de hacer reír a través de cuatro personajes profundamente ridículos, la dramaturgia revela un discurso mucho más profundo en torno a la manera en que las personas son profundamente inmaduras, egoístas, neuróticas o sencillamente infelices a pesar de presentarse en sociedad como adultos perfectamente funcionales.
“Tú no te confundiste, estás confundido.”
Un cuadro de estilo cubista representando un beso entre dos personas domina el escenario que se ha convertido en una sala de clase media. Al principio de la obra, Pablo trata de servirle una copa de vino a Mónica, pero ella no deja de girarse de un lado al otro del sillón, lo que provoca que su amigo este yendo y viniendo con la botella como una caricatura. Este momento pareciera indicar una comedia que apuesta por la risa fácil, pero en realidad es un momento aislado en lo que en verdad es una puesta en escena que apuesta por la seriedad para provocar momentos en los que el teatro entero estalla en carcajadas.
“Esto es una liberación.”
La dirección de Gonzalo Villanueva Irañeta en “El Beso” consigue un montaje limpio, uno que se enfoca en mantener el tono de comedia en la seriedad en la gran mayoría de las escenas. Esta decisión permite que la critica y la acidez del texto salgan a flote, al mismo tiempo que el público ríe constantemente ante las muy patéticas formas en que los personajes juegan a ser adultos. Ciertamente el ritmo tiende a decaer durante las transiciones y a lo largo de los planteamientos con que empiezan cada una de las escenas. Sin embargo, cuando las neurosis se liberan, y los afectos van recalibrándose, es que la comedia alcanza su máximo potencial.
“¡Clonazepam, flores de Bach y los otros lejos!”
Luego de haberse mostrado apacible, conciliadora y con su mejor sonrisa, Mónica decide poner un hasta aquí, siguiendo la recomendación de la muy querida y quejumbrosa Jimena. La ira que se desencadena risa por todo el teatro y culmina con una muy merecida ovación. Un pequeño desliz freudiano por parte de Pablo en relación a un procedimiento médico es razón suficiente para que Gonzalo libere su lado más oscuro en contra de un hombre que se ve reducido a un niño que quiere ir a esconderse bajo las faldas de su mamita, mientras que la pasivo-agresiva de Mónica disfruta plenamente la miseria de los demás, todo esto recibido con deleite por la audiencia.
“¡Eres la peor propaganda para un psicólogo!”
Al centro de “El Beso” se encuentra un elenco que opera como una unidad armónica, perfectamente alineada en el tono y estilo que requiere la comedia, sin que nadie se desborde o se contenga. Mariana Gajá, Pablo Perroni, Yuriria del Valle y Mariano Aguirre se prestan al ridículo desde el realismo con que se monta la obra, cada uno creando un personaje patético e hilarante, fallido y encantador. Ciertamente la carga cómica se recarga más en los personajes femeninos, cuestión que Gajá y del Valle aprovechan al poner todas sus herramientas actorales al servicio de la puesta en escena, ya sea con una pausa llena de rencor, con un grito desquiciado a causa de un sueño antes de mostrar una falsa sonrisa, o con el mero cargar de una charola como si lo estuviera haciendo un zombi y no una mujer muy medicada. Una vez dicho esto, Perroni y Aguirre tienen sus propios momentos para demostrar sus capacidades en la comedia, ya sea con un muy sutil y divertido rascado de manos o con el dejar de lado la amabilidad para despotricar con rabia en contra de su suegra.
“Siempre en los extremos nosotros.”
Todavía recuerdo el primer beso que le robe a mi marido. Fue en Un Teatro, mientras veíamos La Lechuga de César Sierra en nuestra primera cita. En ese instante en que nos conectamos a través de los labios el mundo era perfecto, pues los dos éramos perfectos. Nada más lejos de la verdad. Doce años después seguimos juntos, y muy felices, pero a sabiendas de que los dos estamos plagados de traumas, neurosis, obsesiones, manías y demás psicopatías que nos hacen profundamente fallidos y, en pocas palabras, humanos.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: El Beso
DRAMATURGIA: Nelson Valente
DIRECCIÓN: Gonzalo Villanueva Irañeta
ELENCO: Mariana Gajá, Pablo Perroni, Yuriria del Valle y Mariano Aguirre.
DÓNDE: Teatro Milán
DIRECCIÓN: Lucerna 64 esquina con Milán, Colonia Juárez.
CUÁNDO: Martes 20:45 horas.
COSTO: $500 y $350. Boletos en taquilla y Boletos para El Beso | Detalle de fechas para Obras de teatro | Ticketmaster MX
DURACIÓN: 85 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.