DIVINO PASTOR GÓNGORA
Para quienes entienden que no hay cárcel que pueda encerrar al teatro.
DIVINO PASTOR GÓNGORA
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“Soy cómico, sí lo confieso.”
Entre las frías paredes de una mazmorra, atrapado por los barrotes de un encarcelamiento no merecido, condenado por la intransigencia moralista del gran Inquisidor, un cómico itinerante ha decidido escapar del miedo ante lo que le depara haciendo uso de la única herramienta que jamás le ha fallado en esta vida: el teatro. Mientras haya público que lo escuche, sin importar que sean virreyes o compañeros de celda, con una sonrisa en la cara, un baile en el cuerpo, hambre en el estómago y terror en la mirada, un hombre dedicado al escenario enfrentará a su destino como si se tratara de la más grande de todas las comedias.
“Entre rejas yo no puedo actuar.”
El reconocido dramaturgo Jaime Chabaud se embarca en un proyecto tanto hermoso en su manufactura como ambicioso en su alcance con la obra “Divino Pastor Góngora”, un conmovedor monólogo que con la misma facilidad puede arrancar una carcajada o un lamentable suspiro. Tomando el estilo de dramaturgia propio del siglo de oro español al hacer constantes referencias a trabajos de grandes escritores de la época como Calderón de la Barca y Lope de Vega, el autor entrega un texto que sorprende por su belleza lírica, su poeticidad y un gran sentido del humor aderezado con un buen toque de acidez e ironía.
“Es mi pellejo o vuestro deleite.”
Diego Fernandez de Cevallos convertido en el Gran Inquisidor, las delicias del sainete del Alcalde Chamorro, una obra de teatro acusada de ser incendiaria y un comediante que termina pagando los platos rotos en una mortecina celda son algunos de los elementos de los que Chabaud hace uso para la nada fácil labor de construir “Divino Pastor Góngora”. Lo que podría haber sido sencillamente un pretencioso ejercicio de escritura en un estilo clásico resulta relevante, delicioso y potente sobre todo gracias a la inteligente manera en que el autor hilvana la perorata de un condenado con la bella melódica de un estilo de hacer teatro que marcó a toda una época.
“Estos son los desvaríos a los que me somete el hambre.”
Bajo la experta dirección de Mauricio García Lozano, uno de los directores más reconocidos y admirados del país, “Divino Pastor Góngora” cobra dimensiones lúdicas y mágicas que transportan al espectador a un universo que se antoja del pasado al mismo tiempo que resuene por completo en nuestro presente. Apoyado por un estupendo trabajo de escenografía y vestuario a cargo de Mario Marín del Río, la sólida iluminación de Ingrid Sac y el preciso diseño sonoro de Xicoténcatl Reyes, García Lozano consigue una estética y estilo que de inmediato remiten al impecable trabajo que realizó en su reciente montaje del “El Hombre de la Mancha”, siendo este punto por demás relevante ya que ambas obras comparten la misma temática del teatro como herramienta de sanación y salvación. Ya sea con toda la parafernalia de un musical de gran formato o con un monólogo intimista de corte ligero, Mauricio García Lozano demuestra una y otra vez las razones por las que se ha logrado posicionar como una de las voces más poderosas del teatro mexicano contemporáneo.
“¿Por qué olvidas las leyes divinas de la representación?”
Una vez establecido todo esto, el verdadero deleite y razón primordial para ver y aplaudir “Divino Pastor Góngora” radica en el magnífico trabajo actoral que realiza José Sefami. Ya sea bailando y cantando con gracia y desenfado, alucinando la presencia de su maestra de actuación debido al miedo y el hambre que padece o declarando entre suspiros su amor, cada uno de los diferentes matices que Sefami imprime a su interpretación resulta deliciosa de atestiguar. Honestidad, vulnerabilidad, comicidad y entrega son algunos de los elementos que hacen de la representación de este magnífico actor en una verdadera delicia que merece una ovación de pie al término de cada una de las funciones.
“Os voy a recordar como el peor público.”
En una época dominada por la tecnología, la siempre presente velocidad de movimiento, donde la capacidad de atención es cada vez menor y donde pareciera que lo único que realmente importa es la capacidad de generar dinero, las artes se han convertido en más necesarias que nunca sobre todo gracias a su poder liberador. No importa que tan aislado se pueda sentir uno, atrapado por barrotes o por una vida llena de insatisfacciones, el arte siempre será una vía existente para poder volar y ser libre por completo. En el caso de este escritor, el teatro ha sido siempre la puerta a un mundo donde nadie me puede tocar, donde soy libre y siempre feliz.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Divino Pastor Góngora”
DRAMATURGIA: Jaime Chabaud
DIRECCIÓN: Mauricio García Lozano
ACTÚAN: José Sefami
DÓNDE: Teatro El Galeón dentro del Centro Cultural del Bosque.
DIRECCIÓN: Paseo de la Reforma y Campo Marte S/N.
CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 hrs.
COSTO: $150 entrada general. Boletos en taquilla y ticketmaster. Aplican descuentos.
DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: El Centro Cultural del Bosque cuenta con una extensa cartelera en sus diferentes teatros, les recomendamos revisarla. Cuentan con dos estacionamientos gratis al mostrar sus boletos para la obra.