BRAVAS MUCHACHAS
Valiente sí, sumisa no.
BRAVAS MUCHACHAS
LA HISTORIA TAMBIÉN ES NUESTRA
En medio del parque Agua Azul de Guadalajara, cuatro mujeres crean un círculo de comunión mientras que el público se va congregando. Vestidas en ropa propia de principios del siglo XX, en tonos beige, gris y caqui, y con canastos de fibra de enequén a su lado, las actrices están a punto de emprender una vital misión: corregir la historia. Minutos antes de la tercera llamada, la lluvia ha comenzado a caer. Sin embargo, este elemento resultará completamente irrelevante tanto para la presentación como para los asistentes, dada la importancia del mensaje que se está a punto de escuchar.
En Yucatán, durante la tercera década del siglo XX, cuatro mujeres hicieron historia. Rosa Torre González fue la primera regidora, mientras que Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y Beatriz Peniche Barrera fugieron como diputadas. Las cuatro consiguieron estos cargos públicos mediante el voto popular, hecho inusitado hasta ese momento en nuestro país. No obstante, la historia, más bien dicho aquella escrita por hombres que decidieron invalidarlas e invisibilizarlas, se encargó de que el tiempo las olvidara dado que sus acciones y logros resultaban una amenaza directa a la heteronorma que domina el sistema. El colectivo Corriendo con Lobas, Experiencia Escénica, decide abordar este tema para construir “Bravas Muchachas, La Historia también es Nuestra”, un montaje que busca educar a audiencias mayormente femeninas desde el juego, la participación y, principalmente el empoderamiento a partir de cuestionar paradigmas.
De las canastas las cuatro mujeres toman pelotas imaginarias que van lanzando al público para que se las devuelvan, el primer mensaje que se lanza es que las canicas se ganan jugando, hecho que en principios del siglo XX era imposible pues a la mujer no se le permitía jugar en la calle como a los varones. Mientras que saltan a la cuerda, junto con una asistente, una ronda infantil se convierte en un manifiesto feminista sobre el dejar atrás el bajar la cabeza ante le autoridad hegemónica masculina. Entre jugar avión, lanzar una serie de piropos inapropiados, y cuestionar los sistemas de educación sobre lo que se le debería de enseñar a mujer, que en definitiva no es a cocinar o coser, se ha creado una clara idea de cómo era la sociedad en aquel tiempo con la mujer, específicamente la yucateca.
Didáctica en su naturaleza, lúdica en su involucramiento con el público, política, discursiva y, a momentos panfletaria en su comunicación, “Bravas Muchachas, La Historia también es Nuestra”, dramaturgia de Sol Sánchez y dirección de Liliana Hesant, debe ser apreciada desde su búsqueda de abrir conversaciones y cambiar paradigmas en sectores poblacionales primordialmente femeninos que siguen siendo regidos por una ideología heteronormada. Siendo que el montaje se presenta principalmente en plazas públicas, escuelas, y demás espacios abiertos, enfocándose en la mujer como potencial público, la puesta en escena es una oportunidad para que personas que no necesariamente ocupan una butaca con regularidad se encaren con una realidad abrumadora: la historia omitió a la mitad de la humanidad y es momento de que esto se rectifique.
En una reunión en que se discute si las mujeres deberían de tener el derecho a votar, las cuatro actrices se convierten en caricaturas de hombres bigotudos y panzones diciendo una verdadera sarta de sandeces al respecto de tan urgente tema. Un cuerpo tan frágil como el de la mujer no aguantaría la presión que implica el voto, esconderían papeletas en las amplias mangas de sus vestidos son algunos de los argumentos que estos ridículos seres presentan para negar a todo un sector poblacional el más primordial de los derechos democráticos. El trabajo actoral que Miriam Chi Chim, Alex Benavides, Gelisle González y Hada Mariel Cortinas realizan se divide entre encarnar a Rosa Torre González, Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y a Beatriz Peniche Barrera para contar sus historias, y realizar otros papeles a fin de ilustrar diversos momentos en las vidas de estas revolucionarias políticas. Sin embargo, cuando las interpretes se tornan en ellas mismas, hablan desde sus realidades y violencias, confrontan el pasado con el presente, ya sea levantando pancartas o entregando trípticos informativos sobre educación sexual, es que el trabajo en escena cobra mayor fuerza y la urgencia del tema se acentúa.
“Bravas Muchachas, la Historia También es Nuestra”, de la compañía Corriendo con Lobas Experiencia Escénica, y representante del estado de Yucatán, se presentó en el Parque Agua Azul el viernes 10 de 2023 dentro de la 43 Muestra Nacional de Teatro en la ciudad de Jalisco, Guadalajara.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Bravas Muchachas, la Historia También es Nuestra
DRAMATURGIA: Sol Ochoa
DIRECCIÓN: Liliana Hesant
ELENCO: Miriam Chi Chim, Alex Benavides, Gelisle González y Hada Mariel Cortinas.
DÓNDE: Parque Agua Azul
DURACIÓN: 50 minutos.