BASHIR LAZHAR
Para quienes entienden que aquel que se dedica a la enseñanza es capaz de cambiar al mundo.
BASHIR LAZHAR
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“Lo último que hizo fue darle una patada a su silla de maestra.”
La maestra del sexto año B ya no podrá continuar con sus clases por lo que se necesita de un profesor sustituto que se pueda hacer cargo de los estudiantes. Sin embargo, la situación es delicada ya que es necesario tomar en cuenta las circunstancias alrededor de tan trágico incidente. Lo acontecido claramente es consecuencia de una realidad que duele y que los niños, por más jóvenes que sean, han percibido de manera mucho más profunda que la aparente. Un refugiado de guerra, aunque el gobierno no lo quiera considerar como tal, lleva la pasión de su esposa por un pizarrón negro y por la enseñanza, a un salón de clases donde pareciera que hablar en voz alta sobre los verdaderos sentimientos que reside en el corazón es penalizado. Que comience la lección.
“Yo también necesito recreo para descansar de ustedes.”
La dramaturga canadiense Evelyne de la Cheneliére escribe una poderosa denuncia en contra de los horrores de la guerra, la desgastante situación de los refugiados, el abismo social existente entre diferentes sociedades, así como de la fragilidad infantil en su mundialmente reconocida obra “Bashir Lazhar”. Esta delicada oda a la enseñanza es un primoroso monólogo donde un hombre proveniente de Argelia intentará por todos los medios disponibles a su alcance impartir enseñanza a sus alumnos al mismo tiempo que trata de lidiar con las cicatrices que quedaron en los niños de su clase tras el suicidio de su anterior maestra.
“Mi escuela es la más bella pero es una lisiada de guerra.”
La magia y el poder de “Bashir Lazhar” reside en la diestra habilidad que muestra la escritora para hilvanar la comedia con el drama, el estallar de una carcajada que se ahoga por un nudo en la garganta. El gran placer que le produce a un maestro poder conseguir resultados en una clase entremezclado con el dolor de un esposo que ha perdido a su mujer bajo trágicas circunstancias. Diálogos lleno de ingenio y simpatía se funden con confesiones provenientes del alma, la angustia de tratar encontrar un modus vivendi, el negociar con la señora directora, el lidiar con chamacos latosos, el llanto de una familia perdida por el enojo de una sociedad estúpida, toda una serie de emociones y sentimientos que Evelyne de la Cheneliére logra conjuntar en un solo hombre de gran corazón y alma partida.
“Hay que saber escuchar a los alumnos antes de que griten demasiado fuerte.”
Con tan sólo una silla, un escritorio, unas cuantas luces y un magnifico sentido del espacio, Mahalat Sánchez dirige “Bashir Lazhar” con inteligencia y gran estética, sabiendo sacar lo mejor de la dramaturgia y aprovechándose al máximo de los recursos disponibles. Con un preciso entendimiento tanto del texto como del subtexto embebido en las palabras de este simpático profesor, Sánchez logra manipular al espectador a su antojo, llevándolo de la comedia al drama y de regreso de una forma tan delicada que desdibuja cualquier línea entre los géneros, permitiendo que los diferentes sentimientos confluyan dentro del público en perfecta armonía.
“No quiero que mi familia sirva de lección para toda la humanidad.”
Claro que para que esto sea posible, “Bashir Lazhar” necesita de un actor capaz de enunciar las palabras del personaje titular con absoluta honestidad y compromiso tanto en el dolor que esconde como en el amor que muestra. Boris Schoemann, uno de los directores teatral más reconocidos de nuestro país, fundador de la compañía teatral Los Endebles y el pilar que sostiene al Teatro La Capilla, nos regala un regalo de exquisita delicadeza al subirse a los escenarios para demostrar que su capacidad teatral no se encuentra limitada a ningún rubro escénico. Su interpretación del profesor Lazhar es entrañable, cautivando al espectador en menos de cinco minutos de empezada la obra, con tan sólo repetir una serie de variaciones a un mismo saludo. Sin embargo, la dulce mirada de Schoemann es también capaz de proyectar un vacío inmenso, un fuero interno motivado por heridas pasadas o una rabia contenida. El maestro Boris Schoemann, y ese título no es capaz de enmarcar todo lo que este hombre representa para la escena mexicana contemporánea, se posesiona del alma de Bashir y, al mismo tiempo que trata enseñar gramática a unos alumnos de sexto grado, ofrece una lección a todos aquellos que tienen la oportunidad de ovacionarlo al final de la obra.
“Yo sólo quiero un pizarrón con ojos que lo miren.”
Aparte de mis diferentes labores teatrales, llevo 21 años dedicado a la enseñanza de idiomas, lenguaje corporal y oratoria para adultos. Impartir clases no es fácil. Uno es profesor al mismo tiempo que se convierte en confesor, confidente, psicólogo, amigo y consejero, tratando de guiar a los alumnos por el mejor camino posible dentro de sus propias circunstancias. En 21 años he enseñado a dueños de bancosuno de ellos haya dejado algo en su vida, pues ciertamente las miles de personas que han pasado por mi salón de clases me han dejado mucho a mí. Soy un mejor ser humano gracias a cada uno de ustedes. A cada uno de mis alumnos… gracias.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Bashir Lazhar”
DRAMATURGIA: Evelyne de la Cheneliére
DIRECCIÓN: Mahalat Sánchez
ACTÚAN: Boris Schoemann
DÓNDE: Teatro La Capilla
DIRECCIÓN: Madrid 13, Colonia Del Carmen Coyoacán.
CUÁNDO: Miércoles 20:00 hrs.
COSTO: $150 entrada general, aplican descuentos.
DURACIÓN: 75 minutos sin intermedio
DATOS DE LOS TEATROS: La Capilla tiene una extensa cartelera toda la semana. Les recomendamos revisar las demás opciones que ofrece. No cuenta con valet parking o estacionamiento.