Para quienes quieren ver una carta de amor a Disney disfrazada de una comedia muy ingeniosa.

12 PRINCESAS EN PUGNA

El “y vivieron felices para siempre” ya se acabó hace tiempo. Desde ese entonces, han cambiado mucho las cosas y se tiene que encontrar una solución urgentemente. Es por eso que Cenicienta ha decidido invitar a todas las demás princesas al castillo para tener una bonita cena y, tal vez, encontrar una solución. Claro que para eso, las demás tendrían que cooperar.

“Me parece muy extraño que Cenicienta nos haya invitado.”

Al momento de entrar al teatro, nos encontramos con un escenario que ha sido transformado en un libro para colorear. Paredes, cuadros, muebles, todos los elementos en el castillo de Cenicienta son en blanco y negro. Las tres llamadas antes de comenzar la función son dadas por el mismísimo Rickey Mouse, para gracia de algunos y sorpresa de otros. Se nos están planteando las reglas del juego; un juego llamado “12 Princesas en Pugna” lleno de surrealismo, humor y amor por las películas de Disney. No es necesario tomarlo en serio, nadie lo hace.

Cenicienta ha engordado horriblemente, Blanca Nieves es adicta a la cirugía plástica, Aurora padece de sus facultades mentales, Esmeralda tiene un cierto gusto por las pertenencias ajenas, Mulán es lesbiana mientras que Pocahontas es sencillamente esquizofrénica, oyendo voces por todos lados. A esto le sumamos la bestialidad de Jane, lo snob de Bella, lo apestoso de Ariel, el silencio furioso de Campanita, las preferencias políticas de Jazmín y la discriminación sobre Tiana, la de “La Princesa y el Sapo”, y lo que tenemos es un caldo de disfuncionalidad perfecto para una comedia sumamente ingeniosa, una farsa ridícula y deliciosa, con un humor en un 90% blanco, como pocas veces ya se ve en cartelera.

Ideada y dirigida por Quecho Muñoz, “12 Princesas en Pugna” sencillamente me sorprendió. De entrada, pocas veces he visto una carta de amor tan chistosa en mi vida. Claramente, Quecho adora las películas de Disney y es por ello que la obra no debe de tomarse como una burla o una sátira, sino como un homenaje a todo aquello que lleva la firma Disney. Hoy en día es muy fácil sacar la carcajada barata con un chiste de tetas y unas cuantas majaderías. Quecho se aleja por completo de esto para ofrecer en su lugar una serie de chistes, algunos muy bobos para lo ácido de mi sangre, que mantienen al público de la sala ahogándose de la risa sin albures, groserías o vulgaridades. En un mundo tan acostumbrado a esto, lo que “12 Princesas en Pugna” ofrece se agradece y mucho.

El elenco de 12 princesas y un repartidor de pizzas es más que adecuado. Las  actrices claramente se están divirtiendo, impulsadas por una dirección que las lleva a la exageración de sus personajes, más propia de la farsa que de la comedia. Esto se vale, pues en verdad, a medida que la obra avanza, todo se va volviendo más y más bizarro en un camino que va desde lo más inocente hasta llegar al burlesque. ¿Algunas actrices lo hacen mejor que otras? Sí. Pero este es un trabajo de ensamble y no de individuos y, como tal, se juzga. En “12 Princesas en Pugna” la suma de las partes es más sólido que sus elementos por separado.

Para el novicio, “12 Princesas en Pugna” será muy divertida, pero para el fan de todas estas películas, la obra será irresistible. Chiste tras chiste, bobera tras bobera, todas las películas de Disney son referenciadas, algunas de manera más evidente y otras de forma muy oscura pero créanme que ahí están. En mi caso, casi me ahogo de risa en el momento en que “El Rey León” apareció en el texto.Pero la obra no se queda únicamente en una comedia superficial, la cual hubiera sido simpática y entretenida de ser ese el caso. Se va mucho, mucho más allá. El montaje cobra un tinte ensombrecido cuando el repartidor de pizzas llega; se pone un poco más oscuro cuando Campanita abre la boca; para dar un giro de tuerca gigantesco al final. Sé lo exagerado que suena, pero de verdad “12 Princesas en Pugna” tiene uno de los finales más sorprendentes que he visto en los últimos años.

Princesas en crisis atacándose unas a otras, un montaje surrealista que incluye la hilarante entrega de un premio Oscar, humor blanco, en su mayoría, que es refrescante en una sociedad tan llena de doble sentido y un final que me obligó a reinterpretar todo el montaje. “12 Princesas en Pugna” lleva más de dos años en cartelera y ahora entiendo el por qué.

DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)