DESPUÉS DE CASA DE MUÑECAS

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Para quienes desean enterarse lo que fue de Nora después de haber cerrado la puerta y abandonarlo todo.

DESPUÉS DE CASA DE MUÑECAS

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Cortesía de la Producción

 

“No tenía idea de si ibas a regresar algún día.”

La puerta que cerró con decisión hace quince años hoy se vuelve abrir para dejarla entrar. Muy lejos ha quedado la ardilla que decoraba árboles de navidad felizmente con su familia mientras se deleitaba con unas almendras y unos cuantos cumplidos. En su lugar ahora se encuentra una mujer exitosa, una reconocida escritora ni más ni menos, que habla del matrimonio como si se tratara de una de las peores pestes de la humanidad. Sin embargo, Nora necesita de la ayuda de aquel a quien ella abandonó, una firma es todo lo que necesita para alcanzar su absoluta felicidad. Todo tiene un precio, y muy alto es el que ella tendrá que pagar.

“Yo no soy la misma persona que salió por esa puerta.”

Considerada como una de las obras de teatro más importantes del siglo XIX, tanto por su discurso feminista y su poderosa crítica a la institución del matrimonio, como por ser una de las primeras obras insertadas dentro de la escuela realista de teatro que marcaría la primera parte del siglo XX, Casa de Muñecas de Henrik Ibsen ha capturado la imaginación del mundo entero desde su publicación en 1879. El destino de sus protagonistas tras el icónico portazo que diera Nora al final de la obra, abandonando a marido e hijos en busca de su propia felicidad, es la pregunta que el muy reconocido dramaturgo estadounidense Lucas Hnath propone resolver en su muy osada y atrevida obra “Después de Casa de Muñecas”.





“No creo que te guste quien soy en realidad.”

Haciendo uso de un lenguaje coloquial contemporánea en favor de uno más adecuado a la época, moda muy común dentro de la dramaturgia actual estadounidense, y con un sentido del humor poco ortodoxo, “Después de Casa de Muñecas” es un debate sobre el escenario. Bajo el pretexto de la necesidad de necesitar una firma para conseguir su divorcio, Nora se enfrenta uno a uno con quienes dejó quince años atrás en voz de la nana Ana María, Torbaldo y su hija Emmy. Cada uno de los personajes, incluyendo la misma Nora, expone frente a los mismos espectadores sus propias ideas y creencias tanto sobre el abandono de la protagonista como de la posición de la mujer a finales del siglo XIX, algo que se refleja de inmediato en el aquí y ahora del 2018, y sobre el matrimonio. Lejos de escribir una obra feminista, Hnath cuestiona y abre la conversación para que sea el mismo público quien tome una postura y forme su propia opinión.

“Hay mucha gente que quisiera arrastrarme por el lodo.”

Una casona enorme desprovista de todo mueble o decoración a excepción de cuatro sillas, un ventanal de donde entra de lleno la luz del sol o la de la luna, una luz que cambia cada vez que los personajes se dirigen directamente al público en un claro rompimiento de la cuarta pared y un vestido que pareciera tener su propio reflector por la manera en que llama la atención tanto por su belleza como por el rompimiento que genera con la época y con el resto del vestuario. Apoyado por un sólido equipo creativo conformado por Adrián Martínez Frausto, Víctor Zapatero y Mauricio Ascencio en el diseño de escenografía, iluminación y vestuario respectivamente, el director Mauricio García Lozano propone una visión de “Después de Casa de Muñecas” perfectamente alineada con la propuesta original de Nueva York, aun cuando claramente se está haciendo con una voz propia, creativa y eficiente. Resaltando los saltos atemporales, en ningún momento proponiendo un montaje realista a la usanza de Ibsen, sino más bien una puesta en escena cargada de rompimientos, guiños al público y confrontaciones entre personajes y entre las butacas, García Lozano crea una Nora poco afable, de hecho se podría leer fácilmente como la antagonista de la obra dado su patente egoísmo, donde será el debate propuesto el que se encargue de darle o no la razón en la mente de cada espectador. Aunado a esto, el director se deja llevar por las palabras para establecer el ritmo pertinente a la acción, cambiando sobre todo cuando entra la brisa fresca al salón, representado por la joven y aun enamoradiza Emmy.





“Encuentro que soy una mejor versión de mí misma cuando estoy sola.”

Luciendo un vestido blanco con detalles negros y de espalda descubierta que únicamente se puede describir como espectacular, Nora hace su petición de divorcio a Torbaldo. En ningún momento trata de agraciarse con él, incluso pareciera regodearse en antagonizarlo. Contraste que se percibe en su trato con la nana Ana María el cual es mucho más afable, aunque a la hora de ser juzgada, Nora salta como tigresa al ataque, argumentando sus decisiones sin la menor benevolencia. De igual manera, la protagonista pareciera verse vulnerable al ser confrontada por la hija que abandonó hace 15 años, pero en su intento se vislumbre su egoísmo y lejanía. La propuesta que el director de “Después de Casa de Muñecas” establece para Nora le queda como anillo al dedo a la flemática presencia escénica de Cecilia Suárez quien da vida a su personaje con frialdad y un cierto distanciamiento. El claro contraste se percibe en la interpretación que Assira Abbate realiza como Emmy, quien alterna papel con Paulette Hernández. Mientras que la Nora de Suárez proviene de un lugar gélido y preciso, hermoso de ver como lo es su vestido, pero imposible de tocar, Abbate es real, vulnerable y encantadora, casi hipnótica en un rol que de ser claramente secundario en papel toma una voz principal por su fuerza interpretativa. El elenco lo completan Juan Carlos Colombo como Torvaldo y Beatriz Moreno como la abnegada nana Ana María.

“No tienes por qué darle rienda suelta a cada emoción que sientes.”

Casa de Muñecas, considerada como parte de la memoria del mundo desde 2001 por parte de la UNESCO, no tiene una segunda parte. Lo que verdaderamente sucedió con Nora tras haber azotado la puerta sólo lo podría haber respondido una sola persona, Ibsen, y ese secreto se lo llevo a la tumba. “Después de Casa de Mulecas” no es más que la visión que tuvo un dramaturgo, su propia propuesta, a partir del material original. Es por ello que invito a todos aquellos detractores puristas de la obra a que no malgasten su tiempo en ataques innecesarios. Mejor tomen pluma y papel y creen su propia visión de qué podría haber sido el destino de Nora tras dar el portazo más reconocido en la historia del teatro.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Después de Casa de Muñecas”

DRAMATURGIA: Lucas Hnath

DIRECCIÓN Y TRADUCCIÓN: Mauricio García Lozano

ACTÚAN: Cecilia Suárez, Juan Carlos Colombo, Beatriz Moreno y Assira Abbate/Paulette Hernández.

DÓNDE: Teatro Xola

DIRECCIÓN: Eje 4 Sur Xola y Nicolás San Juan, Colonia Del Valle

CUÁNDO: Viernes 129:00 y 21:00, Sábado 18:00 y 20:00, Domingo 17:00 y 19:00 hrs.

COSTO: $600. Boletos en taquilla y ticketmaster.

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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