¡VIOLENCIA!

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Para quienes desean convivir con los múltiples alter-egos que habitan en la absurda e hilarante mente de una mujer despechada.

¡VIOLENCIA!

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“No puedes encerrarte en casa sólo porque un hombre no te quiere.”

Violencia López tiene el corazón destrozado. Su amado Marcel la ha abandonado y pareciera que la única salida para su dolor es hundir la cabeza dentro de la taza del baño hasta que las voces que acechan su mente se callen para siempre. Sin embargo, su madre le ha traído un regalo… un tanto peculiar que podría ser una muy real alternativa al suicidio, al menos más placentera y seductora. Entre la versión de ella que come compulsivamente, la que habita en la basura, la que se rehúsa a tirar ropa vieja, la cabeza que no para de hablar desde el congelador, y un seductor iberoamericano de plástico, resulta casi imposible que nadie sea capaz de convencer a Violencia de que las cosas van a mejorar sin el inútil de su exnovio. O ya de perdida, que alguien de todos los que habitan en la mente de la compositora de jingles la haya obligado a levantarse de su sufrimiento para cerrar la perilla de la estufa.

“¿Siempre ha estado así de cucú?”

Ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo 2020, “¡Violencia!” de la dramaturga Valeria Loera es una ácida farsa cargada de humor negro. A través de la risa y el absurdo, la obra explora las múltiples violencias que una mujer experimenta dentro de su propia mente a consecuencia de una ruptura, reflejo de los pensamientos negativos que invaden a cualquiera al entrar en crisis, yendo desde el deseo de comer sin parar, el sentirse menos que basura, o el aferrarse a un pasado inútil, hasta contemplar el quitarse la propia vida. A través de 3 personajes reales, Violencia, su fogosa madre, y el actor fracasado de su novio, y siete entes que representan los diálogos internos de la dolida, incluyendo su difunto padre y un muñeco inflable que habla, la autora despliega su indudable capacidad para la farsa, al mismo tiempo que revela partes profundamente frágiles y dolorosas de una mujer que sencillamente no puede superar el que su novio ya no quiere estar a su lado, tema con el que cualquiera puede conectar desde sus propios referentes personales.




“Desde que se inventaron los penes de goma las cosas son mucho más fáciles para nosotras.”

Tras una muy peculiar visita de su madre, en la que anuncia su próxima boda y le entrega a su hija un regalo que le ha brindado muchas horas de placer, Violencia decide que quizás es mejor colgarse del techo antes que enfrentar su triste realidad. La Violencia que habita en el baño se aparece por primera vez, en toda su malevolencia, para cantar sobre cuán maravilloso sería ver arderlo todo en su vida. Más adelante, cuando Viole, como le llaman de cariño, decide explorar el amor de manera más alternativa, inicia un muy romántico baile mientras que las cinco alter-egos de ella la observan con absoluto encanto. Dentro de los múltiples aciertos con los que cuenta “¡Violencia!”, a nivel dramatúrgico, destaca que la narrativa existe en dos universos paralelos que a simple vista podría parecer casi imperceptibles. Por un lado, el público se carcajea constantemente gracias al tan mordaz diálogo que la autora ha desarrollado, a lo ridículo de las situaciones en las que la protagonista se encuentra, a cuán patéticos son tanto los personajes del mundo real como los que existen en su mente. Sin embargo, uno nunca debe de perder de vista que todo aquello que está produciendo hilaridad es producto de una profunda soledad que invade a Violencia, de una desesperación por seguir adelante, es el sistema de defensa que una mujer está utilizando para no quitarse la vida. Es en esta dicotomía que la obra resulta más admirable, ya que consigue una profunda crítica a las relaciones toxicas y codependientes, mientras que se arma una trama que sencillamente brilla por su tan alto nivel de comedia.

“Tú no me amas porque sea real, yo soy real porque tú me amas.”

Sobre el escenario se ha recreado el departamento completo de Violencia. Entre lo real y lo ficticio, donde una estufa funciona, el retrete tiene agua, y el closet está lleno de ropa, pero al mismo tiempo parte de los elementos están hechos de cartón de manera caricaturesca, el drama de Violencia se desarrolla. Cuando el congelador se abre, la gélida cabeza de su papá aparece, con el cabello escarchado, las venas claramente definidas por el frio. La meticulosidad con que tanto el mundo interior y el real de la protagonista se han expuesto en la puesta en escena de “¡Violencia!” es parte del cuidadoso trabajo que realiza Diana Sedano como la directora. Tanto para reflejar estos conceptos, o para potencializar el humor, la labor que se realiza junto con Anabel Altamirano en la escenografía, Melisa Varish en la iluminación y Gabriel Ancira en el vestuario, caracterización y peinados dan como resultado un caos orquestado cuidadosamente diseñado. Sin embargo, donde la dirección de Sedano verdaderamente brilla es en el claro entendimiento del género de la farsa, en el tono que establece para la puesta en escena, donde el equilibrio entre lo hilarante y lo patético se conjuntan con firmeza dentro de una exageración de las emociones, de una irrealidad de las situaciones. De tal manera un muñeco inflable es capaz de ser el más seductor de los galanes, mientras que la amenaza de desaparecer puede provocar pánico no sólo en Violencia, sino en todos sus alter-egos y hasta en un actor mediocre que se siente extrañamente atraído hacia él.




“¡No toques nada, la ropa aún huele a él!”

La irritante neurosis de una cabeza congelada, la alta agresividad de la Violencia que habita en el basurero, la ridícula manera en que Marcel muestra su rango actoral, lo maquiavélico de aquella que salió del baño, o la telenovelesca forma en que Rody trata de seducir a su dueña. La gran mayoría de los personajes que aparecen en “¡Violencia!” son portadores de un alto nivel de absurdo y humor que mantienen al espectador en constante diversión. Interpretados por José Cavián, Jorge León, Ana Paola Loaiza, Miguel Ángel López, Dulce Mariel, María del Mar Nader, Gabriela Núñez, Cecilia Ramírez Romo, Óscar Serrano Cotán y Mariana Villaseñor, cada uno de los personajes en la obra son habitados desde el tono exacto que la dirección de Sedano ha establecido. No obstante, mientras que hay un cómico caos a su alrededor, la verdadera Violencia encarnada por Mireya González nunca es motivo de la más mínima sonrisa. Su sufrir es real, proviene de una honesta fractura, elemento que no se pierde ya sea pensando en ahorcarse, poniéndose un vestido amarillo para una cita o imaginaria o confrontando los excesivos exabruptos emocionales de su madre. Es en este contraste que la farsa cobra verdadera fortaleza.

“¿Crees que esto es un final feliz?”

En uno de los momentos cumbre de “¡Violencia!”, en que la protagonista rompe una botella para amenazar a su madre, me descubrí a mí mismo dando un grito de sorpresa y horror cuando se da un giro de tuerca con dicha arma en manos de Violencia. Hacía mucho tiempo que no me involucraba emocionalmente con tal fuerza con una farsa, una obra que me hiciera olvidar por completo mi rol de analista para simplemente ser un espectador que no podía creer que la salida del aire de un objeto sería razón para que me aterrorizara al mismo tiempo que no paraba la risa. Gracias en verdad por tan deliciosa velada, por regalarme tales carcajadas, por angustiarme con una inevitable sonrisa al darme cuenta de cómo sería el final a tan dramática y simpática historia.

 

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: ¡Violencia!

DRAMATURGIA: Valeria Loera

DIRECCIÓN: Diana Sedano

ELENCO: José Cavián/Jorge León, Mireya González, Ana Paola Loaiza, Miguel Ángel López, Dulce Mariel, María del Mar Nader, Gabriela Núñez, Cecilia Ramírez Romo, Óscar Serrano Cotán y Mariana Villaseñor.

DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico

DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Guadalupe Inn.

CUÁNDO: Martes 20:00 horas. Hasta el 13 de diciembre 2022.

COSTO: $155. Boletos en taquilla y Boletos | ¡VIOLENCIA! | Centro Cultural Helénico (sistemadeboletos.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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