Una Ifigenia contemplativa atrapada en la Espiral del spin off

Por  |  0 Comentarios
COMPARTE!

Una Ifigenia contemplativa atrapada en la Espiral del spin off

Fernando Martín Velazco

Una cierva-humana se desplaza entre los maderos del bosque. Su figura crepuscular es seguida, en silencio, por un cazador Aqueo. El ambiente, la música, los gestos, aluden a un sueño. El rey Agamenón dará muerte al cérvido, desatando con ello la furia de la diosa lunar, Artemisa. La escena precede a la dramaturgia de la obra, pero determina el tono y la propuesta de su montaje. Dirigida por Gabriela Ochoa, esta versión del clásico Ifigenia en Áulide de Eurípides, por la Compañía Nacional de Teatro, inició el ciclo del Proyecto Espiral, que clausuró la 45 MNT en Cancún.

Ifigenia en Áulide relata el dilema al que el rey de los griegos, Agamenón —interpretado por Miguel Ángel López—, se enfrenta en los albores de la guerra contra Troya. Congregado su ejército en Áulide y atracados los barcos en el puerto, se ven sorprendidos por la imposibilidad de partir: no soplan los vientos. El oráculo sentencia: un pueblo que quiere ir a la guerra debe estar dispuesto a ver morir a sus hijos. Sólo si el monarca sacrifica a su primogénita, Ifigenia (Estefanía Estrada), los griegos podrán partir y conquistar Troya. El monarca urde un plan para, mediante una serie de engaños, llevar a su hija a Áulide y ahí sacrificarla. Durante la trama observaremos cómo emergen las dudas sobre la moralidad del acto que funda la guerra, aún cuando este responda a un designio divino. 

La escenificación se presta a pocas novedades —la obra fue escrita hace más de dos milenios y cuenta con múltiples adaptaciones—, y sin embargo, Ochoa logra darle su sello a partir de un montaje limpio y coreográfico en el que la luz y la música se vuelven elementos plásticos para la construcción de atmósferas y situaciones emocionales. 

De acuerdo a Nicole Loraux, Ifigenia en Áulide plantea la oposición de dos discursos: el del lecho (nupcial/materno) y el de la guerra. Encarna el primero, en una potente interpretación de Muriel Ricard como la reina Clitemnestra. En oposición, el ejército griego y las imposiciones de la razón de Estado. La brevedad de la adaptación hace imposible que los matices de la dramaturgia original queden asentados. Mientras en el texto original los personajes principales —Agamenón, Menelao y la misma Ifigenia— vacilan entre ambas posiciones, en esta, la resolución debe precipitarse abruptamente, eclipsando la progresión de los personajes. La misma directora reconoce esta situación: una tragedia necesita tiempo, dice en entrevista con Luz Emilia Aguilar Zinzer. Pero el montaje se vio obligado a durar únicamente 60 minutos, por las características del Proyecto Espiral.

Ochoa resuelve con una estrategia ingeniosa, mientras los protagonistas avanzan en la trama canónica en un tono ‘heroico’, el coro —encarnado por un grupo de nereidas interpretado por Amanda Schmelz, Itzel Riqué y Ana Cristina Ross— se mantiene en escena añadiendo matices, introduciendo elementos melodramáticos y dando dinamismo a las escenas, que pueden resultar acartonadas debido a la falta de acciones y la rígida escenografía diseñada por Jorge Kuri Neumann.

El Proyecto Espiral de la Compañía Nacional de Teatro —del cual Ifigenia en Áulide es la primera entrega— consiste en una relectura del ciclo de La Orestíada (de Esquilo), a partir de entregas episódicas destinadas a presentarse en funciones consecutivas. El proyecto se propone revisar el ciclo de los Aqueos (la historia de Agamenón y su hijo Orestes) a partir del montaje de las obras de los tres clásicos de la tragedia (y alguno que no lo es), con cuatro directores distintos, un elenco común y una misma escenografía.

Se cuenta como una serie de cuatro capítulos —dice en entrevista Aurora Cano, directora artística de la Compañía y mente curatorial detrás del proyecto—, cada uno dura una hora y tienen estos cuatro muy distintas dramaturgias y direcciones de escena. En la lógica del spin off, Ifigenia en Áulide se añade como una suerte de historia de origen del sangriento ciclo familiar, que originalmente da inicio con el regreso de Agamenón de la Guerra de Troya, pero que en este caso incluye la precuela del filicidio.

El formato de Espiral es en principio novedoso e imaginativo —una estrategia para acercar nuevos públicos a los textos clásicos—, asemejando al de los contenidos audiovisuales que proliferan en las plataformas de streaming. Sin embargo, conlleva los mismos riesgos que han condenado a las “grandes narrativas” del cine y las series televisivas durante las últimas décadas: privilegia la brevedad sobre la profundidad, brinda poco tiempo a los creativos y sobrecarga a los actores, tiene dificultades para mantener la coherencia y la calidad al franquiciar sus contenidos y termina diluyendo criterios técnicos o estéticos en función de decisiones corporativas. 

Es claro que Ifigenia en Áulide se ve condicionada por su obligada brevedad y la dificultad de los intérpretes de, en un mismo día, hallar tonos distintos para direcciones y dramaturgias distintas. A su vez, la obligación de usar la escenografía preestablecida para el proyecto actúa como camisa de fuerza para explorar su propia poética. Aún así, Ochoa logra entregarnos una lectura imaginativa e inédita de un clásico. 

Al equiparar la Ifigenia-hija con la cierva cazada por Agamenón, esta versión brinda una imaginativa coherencia al arco dramático, resolviendo el carácter inconsecuente que Aristóteles le atribuía a la obra y brinda una lectura ecocrítica y totémica de la tragedia de Eurípides. La transgresión del tabú que inicia el ciclo trágico —el delito que da origen a la espiral de violencia entre humanos semejantes—, es el atentado contra la naturaleza. La redención de Ifigenia radica en el reconocimiento de su parentesco con la bestia. Su muerte aplazada, ya humana, ya cierva, nos recuerda que la tragedia de los Aqueos sigue abierta en cada acto cotidiano de apropiación de los cuerpos ajenos.

Ficha técnica

Autoría: Eurípides
Dirección y versión: Gabriela Ochoa

Con el elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro:
Agamenón – Miguel Ángel López
Clitemnestra – Muriel Ricard 
Anciano / Calcas – José Carlos Rodríguez
Corifeo – Amanda Schmelz
Aquiles – Alberto Santiago
Menelao – Gustavo Schaar
Mensajero – Medín Villatoro
Ifigenia – Estefanía Estrada
Coro de mujeres – Itzel Riqué
Coro de mujeres – Ana Cristina Ross

Diseño de escenografía e iluminación: Jorge Kuri Neumann
Diseño de vestuario, maquillaje y peinados: Gabriel Ancira
Música original y diseño sonoro: Genaro Ochoa
Coreografía: Iván Ontiveros
Asesorías de trabajo corporal: Irene Repeto
Asistente de escenografía e iluminación: Melisa Värish
Asistente de dirección: Andrea Meza Rodríguez
Producción residente: Ximena Alfonso
Producción ejecutiva: ARTES HARTAS S.A. de C.V.

Operación en gira:

Dirección artística: Aurora Cano
Subdirección de producción: Raúl Munguía
Coordinación de planeación y programación: Mónica Juárez
Dirección técnica: Alejandro Carrasco
Coordinación de gira: Luis Rivera
Difusión: Rocío Ramonetti
Producción residente: Ximena Alfonso
Equipo técnico CNTeatro: Christian Núñez (Escenografía), Juan Carlos Ledezma (Iluminación, Audio y Multimedia), Viridiana Grados (Utilería), Taemi Casillas (Vestuario), Berenice Esquivel (Traspunte)

COMPARTE!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *