TODO ESTÁ BAJO CONTROL
Para quienes desean enfrentarse a los miedos capaces de boicotear a una relación.
TODO ESTÁ BAJO CONTROL
“Siempre tengo que esperar y estoy harta de esperar.”
Lalo y Lala quieren estar juntos, pero pareciera que no quieren tener una relación. Mientras que uno espera eternamente a que llegue una señal, la otra ya esta agotada de aguardar a que algo suceda, aunque no está segura de qué. En esta danza interminable, impulsada por sustancias que los alejan aún más de ese compromiso que tanto les aterra, dos seres humanos se consumen como cigarrillos en un ir y venir que no llega a ningún lugar.
“Me asusta mucho quererte.”
Las relaciones interpersonales en el nuevo milenio están plagadas de personas a quienes les oprime la soledad, ansían estar con alguien, aunque al mismo tiempo la idea de compromiso les asfixia. Esta compleja fórmula es explorada por la dramaturga y actriz Iankarla Castillo en “Todo Está Bajo Control”. En voz de una no-pareja cisgénero heterosexual, en las que hombre y mujer funcionan como espejo distorsionado de las carencias emocionales del otro, Castillo expone que la idea del matrimonio puede ocasionar una trágica pesadilla, que pareciera que la única manera de sentir algo es a través de meterse drogas, que por más que se desea, el amor no es suficiente para que dos personas estén juntos cuando no hay capacidad de entrega.
“Eres mi curita.”
Lalo y Lala se conocen en una fiesta donde lo único que desean es que todos se vayan para que puedan estar juntos. A pesar de que el estar juntos les produce placer a ambos, se niegan a ponerle una etiqueta que los ataría más de lo que están dispuestos. Dramatúrgicamente, “Todo Está Bajo Control” parte desde un lugar honesto, desde experiencias propias de la escritura. Sin embargo, el constante ir y venir de las limitantes de sus personajes llegan a empantanar la progresión dramática, culminando en un cierre narrativo que no alcanza contundencia al carecer de una verdadera tesis propositiva. Ciertamente la creación de personajes es loable, su exposición de sus problemáticas muy reales, elementos que se aplauden en la joven creadora.
“Nunca he sido suficiente para nada, ni para nadie.”
Lala sueña con la idea del matrimonio. En escena, ella toma de la parte trasera del escenario una bandeja en la que se encuentran objetos múltiples y la posa sobre uno de los cojines amarillos, con figuras que representan ramas secas o venas. Mientras que se proyecta un video al fondo, Lala imita la acción, en teatro de objetos. Un par de cigarrillos Chesterfield son Lalo y Lala; un llavero de la torre Eiffel representa la luna de miel, un estuche para anteojos un ataúd para un desenlace fatídico. “Todo Está Bajo Control” es beneficiada por la dirección de Pamela Caloca quien hace uso de toda una serie de lenguajes teatrales para darle fluidez y mayor fuerza a la dramaturgia. Ya sea con una serie de coreografías que emulan aspectos clave de la relación, música original que refleja el estado emocional de los protagonistas, o jugando con la distribución de los múltiples cojines para reflejar la cercanía o distanciamiento anímico que viven los personajes, Caloca explora vórtices para la narrativa que a momentos alcanzan contundencia, en otros meras propuestas que quedan en el juguete escénico.
“No sé si el amor se mida en rayitas.”
El primer encuentro entre Lalo y Lala se lleva a cabo en una fiesta. El deseo que se tienen se manifiesta en escena con movimientos precisos, cíclicos alrededor del escenario. Luis Arturo Rodríguez maneja precisión dancística en sus movimientos, a su lado Iankarla Castillo es una pareja solvente, brillando particularmente al ser su contraparte durante un tango. Actoralmente, «Todo Está Bajo Control» encuentra su estado más sólido dentro de la propuesta que se enfoca en aspectos coreográficos y dancísticos. Emotivamente, los dos intérpretes están operando desde la pretensión emocional, desde voces provenientes de la garganta, no desde la entraña, la fractura emocional. Una mayor introspección, un verdadero riesgo anímico, exploraciones hacia las honestidad interpretativa serán de gran fortaleza para la propuesta.
“Te diviertes conmigo, pero jugamos distinto.”
“Todo Está Bajo Control” se presenta los días jueves en el Centro Cultural El Hormiguero a las 20:00 horas. Su temporada será hasta el 16 de Febrero de 2023.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Todo Está Bajo Control
DRAMATURGIA: Iankarla Castillo
DIRECCIÓN: Pamela Caloca
ELENCO: Luis Arturo Rodríguez y Iankarla Castillo.
DÓNDE: Centro Cultural El Hormiguero
DIRECCIÓN: Gabriel Mancera 1539, Del Valle.
CUÁNDO: Jueves 20:00 horas. Hasta el 16 de Febrero 2023.
COSTO: $250. Disponibles en taquilla y Todo está bajo control – Boletópolis (boletopolis.com)
DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con valet parking o estacionamiento.