STOP KISS
Para quienes entienden que hace no tanto un amoroso beso podía costar la vida.
STOP KISS
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“Me gustaría que me dijeras qué fue lo que pasó esa noche.”
El reporte de tráfico en una de las ciudades más caóticas de los Estaos Unidos y los inocentes sueños de una maestra recién desempacada de St Louis. Una combinación poco probable que dio pie a una linda amistad que poco a poco fue descubriendo entre botellas de vino, risas y miradas robadas un sentimiento que ninguna de las dos estaba dispuesta a confesar. Una caminata en el parque a las altas horas de la madrugada, un beso furtivo que marcó el nacimiento de un bello amor, un ataque de odio que acabó con todo en un instante y para siempre.
“A la hora que cierran los bares se abren las cloacas de la ciudad.”
Escrita por la dramaturga estadounidense Diana Son y estrenada en 1998 en Off-Broadway, donde fue ovacionada por la crítica neoyorquina, “Stop Kiss” es un tierno y romántico, pero a la vez duro y descarnado melodrama sobre la intolerancia, homofobia y discriminación. En voz de Callie y Sara, dos mujeres que son víctimas de la violencia por el simple hecho de atreverse a besarse en un lugar público en una época donde eso era casi impensable, la dramaturga critica una mentalidad que, lamentablemente a casi veinte años del estreno de la obra, sigue siendo relevante y de suma importancia.
“Pareciera que la que está en estado de coma es usted.”
Al ser contada con saltos temporales y de forma no lineal, donde el público conoce al mismo tiempo el inicio y desarrollo de la relación entre las protagonistas así como lo sucedido después del ataque en el parque, “Stop Kiss” carece de toda tensión dramática dado que la autora revela el desenlace de la historia desde un inicio, eliminando por completo el arco dramático o cualquier sentido de urgencia que se pudiera generar dentro de la historia. Esto trae como consecuencia que la trama se sienta alargada, sobre todo en los momentos en que se generan fricciones entre las dos mujeres, ya que uno como espectador sabe perfectamente que todo tendrá que desembocar en un fatídico beso. Sin embargo, los hechos ocurridos tras la violencia, plasmados en las discriminativas investigaciones policiacas, la tensa relación con la familia, los bien intencionados testimonios de una testigo y la amabilidad de una buena enfermera son de una fuerte calidad narrativa que ayudan a mantener la atención a falta de un verdadero conflicto en la obra.
“El tipo las estaba golpeando a las dos.”
Dos paneles que se mueven con cada cambio de escena para recrear diferentes espacios o tiempos y un mínimo de elementos sobre el escenario es parte de la visión que el director Sebastián Sánchez Amunategui propone en “Stop Kiss”, siguiendo claramente un estilo de dirección que se ha convertido prácticamente en su rúbrica. Tomando un tono serio y realista con el texto, pero imprimiéndole pequeños chispazos de comedia, Amunategui permite que el texto fluya con naturalidad y libertad, consiguiendo en algunas escenas verdaderos momentos de intimidad entre Callie y Sara, tanto en el tiempo en que se desenvuelve su relación como en el después, en un hospital donde una de ellas se encuentra postrada en una cama en coma. En la medida en que las funciones avancen y se solidifique el ritmo del montaje, así como el tiempo de transiciones entre las escenas, quedará en claro que Amunategui ha logrado sacar lo mejor del texto y lo ha plasmado con eficacia en escena.
“Si despierta, yo quiero estar aquí.”
Interpretar el papel de una mujer en el proceso de descubrir y aceptar su atracción por otra mujer, al mismo tiempo que debe proyectar el dolor, confusión y rabia tras haber sido víctima de un ataque de odio es la misión que se le encomienda a Claudia Nin en el papel de Callie, quien logra buenos resultados a pesar de una ausencia de acentos emocionales que podrían profundizar el personaje y mostrar una verdadera vulnerabilidad escénica. Por su parte, Alondra Pavón como Sara logra de manera más sostenida transmitir la personalidad de una chica provinciana llena de ilusiones y energía, dispuesta a devorarse el mundo con sus sueños de maestra del Bronx, proyectando de forma mucho más tangible los diferentes matices que le demanda su personaje. El resto del elenco, conformado por Giuseppe Gamba, Bernardo Benitez, Eduardo González y Mercedes Olea consigue buenos resultados, destacando sin duda la labor de Olea quien, en el papel de la testigo y la enfermera, le imprime una bocanada de aire fresco y de comedia a una puesta en escena que a momentos se percibe como demasiado sobria y seria.
“¡Pinches lesbianas machorras comechochas!”
A lo largo de mi vida he recibido insultos, he sido golpeado, hasta me han arrojado basura en la calle por el simple hecho de atreverme a ser quien soy en público. Hoy en día, orgullosamente de la mano de mi esposo, camino sin miedo a ser juzgado, insultado o violentado a sabiendas que aun en el 2016 corro un riesgo muy real de ser atacado por simplemente existir. El odio tiene que parar, la ignorancia tiene que ser vencida, lo único que tiene que importar en este mundo es el amor.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Stop Kiss”
DRAMATURGIA: Diana Son
DIRECCIÓN: Sebastián Sánchez Amunategui
ACTÚAN: Alondra Pavón, Claudia Nin, Giuseppe Gamba, Bernardo Benitez, Eduardo González y Mercedes Olea.
DÓNDE: Teatro Milán
DIRECCIÓN: Lucerna 64 esquina con Milán, Colonia Juárez.
CUÁNDO: Martes y Miércoles 20:30 hrs.
COSTO: $350. Boletos en taquilla y ticketmaster.
DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera así como las obras que se presentan en el Foro Lucerna, dentro del mismo edificio.