Por Juan Carlos Araujo | 11 marzo, 2015 0 Comentarios

Para quienes quieren enfrentar el fin del mundo con una cerveza en la mano y una sonrisa en la boca.

RESIGNACIÓN

Por Juan Carlos Araujo

“Esto es lo que nos sucedió una noche antes del final.”

La lluvia no para y el mundo se acaba. Cada gota que cae sobre la tierra marca de manera inalterable e inexorable el fin de la humanidad. En algún lugar del planeta, dónde no importa, cuatro seres humanos esperan con mayor o menor paciencia a que deje de caer agua del cielo y con ello se termine todo. Quiénes fueron antes de que empezara el diluvio es irrelevante, en esta nueva realidad las etiquetas, los miedos, los errores cometidos o el pasado en general se han ahogado junto con toda esperanza. No hay nada que hacer, la situación no va a cambiar, todos van a morir y sólo hay que aguardar al final.

 “No puedo dejar de pensar en lo que sucederá cuando se detenga la lluvia.”

Tras el impactante éxito de “Negación” (crítica en www.entretenia.com), la compañía teatral Sin Sonrisa Teatro continúa su ambicioso proyecto de presentar una pentalogía lidiando con cada una de las cinco fases del duelo con la más reciente creación del dramaturgo Daniel de la O, “Resignación”. Alejándose por completo de la trama presentada en la primera parte de la serie, pero ofreciéndole a quienes la aplaudimos una sutil y hermosa referencia a ella, de la O plantea un mundo a punto de fallecer a causa de un fenómeno meteorológico que ha provocado lluvia incesante en todo el planeta. Este catastrófico evento es visto a través de los ojos de Maurice, Solange, Lucy y Alexander, quienes tienen que tomar diferentes caminos para poder llegar a la aceptación de que muy pronto el futuro dejará de existir para todos.

“Las cosas desaparecen, lo hacían antes de la lluvia.”

Con diálogos que transitan entre lo fúnebre, lo poético y lo cotidiano, “Resignación” envuelve al espectador en una atmósfera fatídica que lo obliga a evaluar su propia mortandad, su naturaleza efímera y lo lleva a cuestionarse sobre sus propias elecciones si el temido apocalipsis llegará algún día. Entre imágenes cargadas de platos de jamón enlatado y botellas de cerveza, Daniel de la O concilia los temores de sus personajes, tanto del pasado como del no futuro, en una serie de escenas que convierten a un par de zapatos en una agridulce imagen sobre la vanidad que se niega a morir, a la cornisa de una azotea en un resquicio de paz para la contemplación y la meditación, y a un baile con nadie en una cápsula que encierra la felicidad de un mundo entero que ya no respira. Un texto plagado de duras imágenes que fascinará a quien se dé el permiso de viajar hasta el final.

“Hasta para morir hay que tener buen gusto.”

Apoyado por un excelente equipo de producción, especialmente el trabajo de Félix Arroyo en la escenografía e iluminación, Josejuan Meraz dirige “Resignación” estableciendo el ritmo necesario y capturando el tono preciso que un tema tan lúgubre requiere, sin volverlo en un montaje denso, pesado o carente de humor. A través de la creación de espacios definidos y de cuadros escénicos poderosos en su sencillez, Meraz es capaz de transformar unos zapatos en una metáfora de la naturaleza humana, una cerveza en un placer exquisito y amargo a la vez y unos globos en una analogía de todo cuanto se está perdiendo con el fin del mundo. Una propuesta de dirección más madura y menos manipuladora que la vista en “Negación”, que consigue que el espectador se transporte al mundo apocalíptico propuesto desde la dramaturgia.

“Muy pronto parará de llover y no sé si estoy lista.”

Capturar y proyectar los sutiles sentimientos que se generan cuando se alcanza la etapa de la resignación es un reto actoral monumental. Guadalupe Damián, Marissa Saavedra, Constantino Morán y Jorge de los Reyes hacen uso de cada uno de los recursos histriónicos que tienen a su alcance para conseguir tal objetivo con resultados variantes, a veces magistrales, a veces no tanto. “Resignación” es un trabajo arduo de andar y es misión de cada uno de los actores involucrados compenetrarse hasta el fondo de sus entrañas y de la psicología de sus personajes para así poder convertirse en un ensamble sólido capaz de llevar hasta sus últimas consecuencias cada uno de los conflictos que se desarrollan en su interior. Dada la experiencia y capacidad de los cuatro involucrados, estoy convencido de que esto sucederá con absoluto éxito.

“Será como si nunca hubiéramos estado aquí.”

Las expectativas que se generaron sobre “Resignación”, tras la contundente ovación que recibió “Negación”, eran inmensas, al punto de convertirse en imposibles de alcanzar. Sin embargo, muy inteligentemente, Daniel de la O y Josejuan Meraz no se repiten ni buscan una copia calca de su propio producto exitoso sino que exploran terrenos nuevos, atreviéndose a romper esquemas y lo consiguen con resultados afortunados. Aun cuando existan áreas de oportunidad que mejorar, “Resignación” se levanta y se sostiene por sus propios méritos y le ofrece a su público una obra de teatro tanto poética como cruel sobre la inalterabilidad de la realidad.

“No tengo miedo, vamos a bailar.”

“Negación” me sacó lágrimas de dolor al mismo tiempo que mis manos explotaban en aplausos, “Resignación” me dejó meditabundo, con pensamientos mórbidos en mi cabeza sobre la muerte y las elecciones que tendría que tomar si me encontrara en una situación similar. Quiero ver la tercera parte, lo antes posible, aunque no sepa cuál es la fase que sigue o cuándo se habrá de estrenar. Querer algo con toda mi alma no lo vuelve realidad. Lo único que me queda es aceptar que tengo que esperar pacientemente y confiar en que la mancuerna que han hecho Josejuan Meraz y Daniel de la O continúe dando tan exquisitos frutos como hasta ahora.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)