PURAS COSAS MARAVILLOSAS
Para quienes desean aplaudir un poderoso monólogo sobre todas las razones que existen para ser feliz.
PURAS COSAS MARAVILLOSAS
“1- Helado, 2- Guerras de agua.”
Hay una infinidad de motivos para seguir con vida. Si se le pregunta a un niño de siete años, quizás responda que las montañas rusas o el tener un piano en la cocina. Si la respuesta viene de un hombre enamorado, podría ser el poder dormir hasta tarde con la persona que se ama. En un mundo tan complejo y difícil como este, una madre puede olvidar por completo las razones por las cuales siempre será preferible escoger la vida sobre la muerte. Su hijo se encargará de recordárselas, y le tomará toda su existencia completar la lista.
“Tu mamá hizo algo estúpido.”
El deseo de quitarse la vida y la pasión por vivir, la palpitante emoción de enamorarse y el dolor de la separación, la imperiosa necesidad de encontrarle sentido a respirar todos los días y las respuestas que un perro de calcetín pueden otorgar. Temas en contraposición que el dramaturgo Duncan Macmillan y el comediante Jonny Donahoe amalgaman con destreza y amplia teatralidad en su obra unipersonal “Puras Cosas Maravillosas”, provocando contantes carcajadas en los asistentes al mismo tiempo que ofrecen una caricia al alma y un ligero apretón al corazón.
“Empecé la lista después de su primer intento.”
Tomando como punto de partida una familia disfuncional conformada por una madre suicida, un padre imposibilitado para comunicarse y un niño de siete años que decide escribir una lista para poder darle sentido a su horrenda realidad, “Puras Cosas Maravillosas” logra fascinar al público gracias a la profunda honestidad con que sus escritores logran capturar la esencia de todo aquello que puede hacer feliz a un ser humano a pesar de vivir en un mundo plagado de situaciones elaboradas para ser infeliz. Ya sea descubriendo la magia que guarda un libro nuevo, recibiendo ese primer beso que no se olvida o simplemente dejándose llevar por las notas de una estupenda canción, la obra obliga a los presentes a reflexionar con todo aquello que tiene el poder de arrancar una sonrisa en nuestro diario ir y venir.
“Yo voy a ser yo a los siete años.”
En un escenario conformado por incontables papelitos recortados, cada uno de ellos representando una de las miles de cosas maravillosas a las que alude la obra, el narrador invita a un miembro del público a que sea una veterinaria. Con una pluma llena de pentobarbital, el espectador aplica una inyección mortal en el muslo de un sweater que representa al perrito de un niño de sietes que se tiene que enfrentar a la muerte por primera vez. En esta nueva temporada de “Puras Cosas Maravillosas” el director Sebastián Sánchez Amunátegui ha replanteado el montaje de manera mucho más contundente al posicionar a su único actor en el centro del Foro, con el público a cuatro frentes. El resultado de esto es una puesta en escena mucho más firme en su manejo de la energía, imprimiéndole un nuevo y fortalecido ritmo, pero con la misma intimidad y elegancia que la han convertido en una propuesta tan entrañable, libre de todo chantaje emocional, pero con un involucramiento por demás personal de todos y cada uno de los miembros del público. Aunado a esto, una mejor iluminación, capaz de crear momentos de enorme intimidad como la muy incomoda plática entre un niño y su padre encerrados en un auto camino al hospital, y una sólida musicalización y sonorización consiguen ambientes que fortalecen la dramaturgia sin entrar en ningún momento en la manipulación o en la ilustración escénica.
“No es justo sentirse así, pero es natural.”
Mientras una mujer del público, interpretando a la novia del protagonista, lee parte de la lista de cosas maravillas que ella ha aportado, Pablo Perroni con una sonrisa enternecedora y cargada de amor las recita para sí mismo como si se trataran de un mantra. Pareciera por un momento que el público entero ha desaparecido y sólo existen ellos dos en todo el Foro Lucerna. En otro momento de la obra, Perroni se convierte en un adulto queriendo desesperadamente tener siete años de nuevo mientras habla por teléfono con un perro calcetín que difícilmente le va a dar las respuestas que tanto necesita. El trabajo actoral que el protagonista de “Puras Cosas Maravillosas” ofrece es pura honestidad y entrega sobre el escenario. A medida que la obra ha continuado su larga carrera y Perroni se ha apropiado del personaje, su dominio de las emociones se ha vuelto absoluto, contundente y francamente entrañable en una interpretación que con cada nueva función se alimenta del público y crece.
“Fuera de contexto esta lista era una tontería.”
Han pasado ya varios años desde que escribí mi primera crítica sobre “Puras Cosas Maravillosas”. Desde entonces mi lista ha crecido, se han sumado nuevos puntos que han de mi vida algo extraordinario. Quisiera compartirles algunas de mis cosas maravillosas:
- Llorar desde el corazón cuando se hace el oscuro final de una gran obra de teatro.
- Llorar de la risa durante toda una función.
- Esperar con ansias a que termine una puesta en escena para ponerte de pie y ovacionarla.
- Ser testigo del crecimiento actoral de un amigo.
- Aplaudir con ganas el trabajo actoral de un amigo.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Puras Cosas Maravillosas”
DRAMATURGIA: Duncan Macmillan y Jonny Donahoe
TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN: Pilar Ixquic Mata
DIRECCIÓN: Sebastián Sánchez Amunategui
ACTÚA: Pablo Perroni
DÓNDE: Foro Lucerna
DIRECCIÓN: Lucerna 64 esquina con Milán, Colonia Juárez.
CUÁNDO: Martes 20:45
COSTO: $250. Boletos en taquilla y ticketmaster.
DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera así como las obras que se presentan en el Teatro Milán, dentro del mismo edificio.